La multitudinaria peregrinación a Covadonga Nuestra Señora de la Cristiandad organizó el 25 de julio una misa en el Santuario de Covadonga siguiendo la denominada Forma Extraordinaria del Rito Romano, las misas en latín en las que el oficiante se coloca "ad orientem" (hacia el este), por lo que da la espalda a los fieles. Son las también denominadas misas tridentinas. Este rito quedó relegado tras el Concilio Vaticano II, pero no vetado. De hecho, existieron sucesivas regulaciones canónicas; la última, del papa Francisco, establece que solo existe una forma de celebración de la misa (la fijada en el Concilio Vaticano II), si bien la tradicional puede celebrarse con autorización del obispo diocesano.

La peregrinación a Covadonga contaba con permiso de la Santa Sede, según fuentes diocesanas, y la celebración de la misa tridentina se llevó a cabo con conocimiento y permiso diocesano. De hecho, semanalmente se celebra una misa tridentina en una parroquia ovetense. El asunto de las misas tridentinas tiene enjundia: el pasado año, el papa Francisco emitió un "motu proprio" (documento por iniciativa papal) en el que regulaba el ritual de las misas por la unidad de la Iglesia tras un conflicto con los seguidores de Marcel Lefebvre.