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Javier Ortega Smith Secretario general de Vox

"La triste conclusión es que el PP es un trilero: negocia y firma, pero no cumple"

"Veo Asturias con preocupación porque fue una tierra de oportunidades y hoy no queda nada, basta hablar con los agricultores y los ganaderos"

Javier Ortega Smith, en Penarronda, una de las playas de su infancia. A. M. Serrano

Disfruta estos días el secretario general de Vox, diputado y concejal en el Ayuntamiento de Madrid por el mismo partido, Javier Ortega Smith-Molina (Madrid, 1968), de su descanso estival en Asturias. En Figueras pasaba sus vacaciones cuando era un niño y a tierras castropolenses vuelve todos los veranos y siempre que puede darse una escapada: en lo que va de año lleva tres. «Me encanta coger el coche y ver los pueblos», dice orgulloso de una Asturias «con grandes recursos y futuro», donde nació su abuela paterna y de la que está enamorada su mujer.

–¿Qué se encuentra en Asturias?

–Buen ambiente y buena gente. Lo primero que veo es el verde y lo primero que siento el fresco. Me gusta la tranquilidad que se respira y la buena sintonía que hay entre el veraneante y el oriundo del lugar. Cada vez más viajo en invierno porque Castropol tiene el encanto de pueblo pequeño con la gente del lugar. Este año ya hice tres con mi mujer, una enamorada de este lugar; tres escapaditas cortas, de tres o cuatro días. Me siento a gusto porque tengo el lazo familiar y todo me lleva a los recuerdos de la infancia.

–¿Y desde el plano económico, social y político?

–Con preocupación porque Asturias fue una tierra de trabajo, de minería, de pesca, de industria. Una tierra donde se palpaba el trabajo por todos lados. Una tierra de oportunidades, y hoy no queda nada. Basta hablar con los ganaderos. Muchos me cuentan que su negocio es inviable, que tendrán que cerrar y sacrificar a sus vacas. Hablas con los agricultores, y tampoco mejora la reflexión. Te encuentras con los pescadores y lo que te cuentan es que les tratan como a delincuentes, como si todos fueran furtivos. Así no se puede vivir. Los trabajadores de estos sectores son los primeros interesados en conservar lo que les da de comer. Pero hay mucho «ecologeta» de salón que viene a decirles lo que tienen que hacer.

–En este escenario, ¿qué soluciones plantea Vox?

–Lo primero, romper con la agenda climática, una secta que actúa en contra de lo que dice. Convertirán todo en un páramo. No se puede recoger las piñas, ni soltar al ganado ni limpiar los márgenes del arroyo. Ahora todo es una vitrina. Pero la agenda es hipócrita porque en la frontera entran todo tipo de productos, sin controles. Pues nada de fronteras abiertas sin pedir reciprocidad en los procesos.

–Vox no logró los resultados esperados en Andalucía, ¿se desinfla su partido?

–Vox era la quinta fuerza y ahora es la tercera. Aumentó un 25 por ciento sus votos y tiene más diputados. Eso es ir a mejor. Somos un partido que crece. Pero estábamos acostumbrados a exitazos brutales. Por supuesto, nos gustaría ir más rápido porque, cuanto antes echemos a Pedro Sánchez del poder, mejor.

–¿Apoyarían un gobierno en solitario del PP sin entrar en él si es la única vía para desbancar a Pedro Sánchez?

–No vamos a engañar a nuestros votantes. El PP lo hace sin pudor. Nosotros no. No vamos a decir que el voto a Vox es un cheque en blanco para otros. Siempre que de nosotros dependió, la izquierda no gobernó. Pasó en Madrid, pasó en Murcia, pasó en Ceuta y en Andalucía ¿El PP hará lo mismo? Tendrá que decidir si quiere los pactos de Estado de Feijóo, el abrazo al bipartidismo u otra cosa. Nosotros, con gentuza como Pedro Sánchez, distancia infinita.

–¿Cambia el enfoque sobre lo que se puede hacer y lo que no cuando se asume el poder?

–Lo que dijimos en campaña, donde gobernamos lo aplicamos, pero no tenemos mayoría para hacerlo todo.

–Ponga ejemplos.

–En Castilla y León, acabamos con las leyes de sectarismos históricos y estamos tramitando una ley de reconciliación histórica sin imponer una visión determinada. Dijimos que acabaríamos con leyes de imposición LGTBI, que solo mira de una forma a la pareja y se trabaja en una ley integral contra la violencia. Apoyamos a agricultores y ganaderos y destinamos todo lo que se iba en sindicatos, patronal y otros chiringuitos; es decir, 20 millones de euros a inversión real, a puestos de trabajo y no a vivir del cuento. Avanzamos según nuestra cuota de poder.

­–¿Macarena Olona les ha abierto una crisis con su marcha? Ustedes cuestionaron la salida de Adriana Lastra, que argumentó causas médicas. ¿Es el mismo caso?

–Por aquí han pasado muchas personas y se han ido. Es lo normal. Hay que respetar decisiones. La marcha de Macarena no provoca crisis cuando la organización es sólida. No recuerdo criticar a Adriana Lastra. Entendemos su marcha.

–El Gobierno de Sánchez establece unas medidas de urgencia y ahorro energético; Ayuso se ha mostrado radicalmente en contra, aunque otros dirigentes del PP no han sido tan beligerantes. ¿Qué va a hacer Vox allá donde gobierna?

–Se puede recurrir por inconstitucional. Donde gobernamos no vamos a sancionar a los negocios porque se pasen de temperatura. Son medidas populistas de un gobierno que maquilla un problema por no hacer un plan nacional energético y explotar nuestros recursos. España tiene petróleo en aguas de Canarias, lo explotan los marroquíes. Tiene litio, uranio, minerales, gas... ¿Por qué renuncia a esos recursos? Tenemos una colección de fanáticos que se creen ecologistas y lo único que hacen es arruinar a la gente.

–¿Cuál sería para usted la receta para combatir la inflación y ante el escenario que se viene encima?

–Reducir los costes de producción, reducir impuestos, cortar de raíz el gasto político, como los 20.000 millones del Ministerio de Igualdad para política ideológicas sin sentido, y centralizar competencias.

–¿Cómo son las relaciones con el PP? ¿La ruptura en el gobierno local de Tordesillas es una excepción local o evidencia dificultades de entendimiento entre ambos partidos?

–Entre las presidencias la relación es fluida, pero es difícil llegar a acuerdos porque no los cumplen. No hay manera. La triste conclusión es que el PP es un trilero. Negocia y firma, pero no cumple. Por eso hay que vigilar desde dentro. Somos partidos muy distintos y defendemos cosas muy diferentes.

–¿Será Ignacio Blanco el candidato autonómico en las próximas elecciones regionales?

–A día de hoy parecería que sí . No lo afirmamos porque esa decisión se toma en los órganos competentes del partido. 

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