"Es positivo, pero creemos que es una más. Llevamos muchos años de reuniones con la Administración y siempre nos transmiten que están poniendo todas las facilidades y luego sobre el terreno no se refleja". Es la queja que manifiesta Valentín Morán, presidente de la Federación Asturiana de Caza. El plan para controlar la población de jabalíes propuesto por la Consejería de Medio Rural y cohesión territorial es considerado por el sector cinegético como "una medida de escasa trascendencia, ya que es algo que ya tiene regulación, aunque esperamos que no se quede en una declaración de intenciones", afirma José Ramón Martino, presidente de la Asociación de Cazadores de Piloña.

Entre las dudas que suscita la iniciativa lanzada por el Principado, la Federación destaca el desconocimiento de los "términos en los que se aplicarán las medidas. En cuanto al tema del jabalí, no sabemos qué pretenden hacer porque los propios cotos ya se encargan de controlar la población. No interesa que haya exceso ni que escaseen las piezas porque afectará a los socios. Tiene que haber un equilibrio", sostiene.

Cómo controlar la especie en las zonas próximas a núcleos urbanos es otra de las cuestiones que están en el aire. Según afirma Morán, "es un problema llevar a buen término el plan en zonas urbanas. Hemos pedido que nos dejen emplear métodos que no son peligrosos. No veo problema para que, con conocimiento de la Guardia Civil, podamos entrar con los perros en las poblaciones para ahuyentar a los jabalíes hacia el monte. Es algo que se ve como una barbaridad pero que se hace en otros sitios". De no controlar el número de jabalíes, Morán advierte de las consecuencias que esto podría tener para la convivencia. "Hay riesgo de accidentes, transmisión de enfermedades e incluso ataques a personas", explica.

Sobre este asunto, José Ramón Martino asegura que "en las ciudades es más difícil cazarlos: están en Gijón, Oviedo, Avilés, entre las casas. Yo he llegado a encontrarme hasta cuatro jabalíes por zonas donde hay urbanizaciones. Nosotros no podemos hacer una cacería con veinte armas y diez monteros en pleno Gijón, tampoco se puede ir a cazar 20.000 o 40.000 jabalíes porque cada coto tiene su historia. Además, no es una actividad que socialmente esté bien vista y eso lo hace más complicado". Por el momento, según los datos que maneja la Federación, se matan cerca de 12.000 jabalíes al año; sin embargo, observan que "este año puede que haya mayor densidad de población debido a la modificación del reglamento el año pasado, que hizo que en Asturias varios cotos no pudieran cazar".

Entre las dificultades que arrastra el sector, incluyen la falta de relevo generacional como uno de los puntos que más preocupan. "Pueden dar más o menos facilidades, pero lo que hace falta son cazadores, que sea todo más barato y fácil", asegura Martino. Entre los factores que alejan a los jóvenes a iniciarse en este mundo, señalan cierta "mala fama". "Nos ven como los malos de la película y eso no motiva a la juventud", cuenta Amador Rolán, vicepresidente responsable de la sociedad de cazadores que gestiona el coto de Lena.

"Lo que esperamos es que la iniciativa se convierta en hechos, aunque hay puntos del plan que no están claros. ¿Lo de ‘flexibilizar’ qué significa? ¿Acaso el Seprona no va a salir al monte? Si no se cambia la ley no hay flexibilización", afirma Rolán. Destaca, además, el compromiso del sector con la Administración para controlar la especie. "Estamos tomando muestras de sangre de jabalíes adultos para valorar las enfermedades que transmiten. Siempre estamos dispuestos a hablar y creo que es necesario que el problema se ponga sobre la mesa. Deben contar con el sector de la caza porque ayuda a gestionar el medio natural", declara Rolán.