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LAS DISTINCIONES DEL DÍA DE ASTURIAS
Raúl Entrerríos | Exjugador de balonmano internacional y olímpico

"Siempre tuve claro de dónde vengo; Asturias es mi casa"

"Nuestra región es un lugar del que presumir y del cual estar orgulloso! | "Se necesitan más apoyos para el balonmano asturiano; a nivel masculino, se echa en falta un equipo en la élite"

Raúl Entrerríos. RICARDO SOLÍS

El palmarés de Raúl Entrerríos (Gijón, 1981) habla por sí solo. Once títulos de Liga Asobal, nueve de Copa del Rey, tres de Liga de Campeones, un MVP de la Liga Asobal y seis premios al mejor central de la liga adornan sus vitrinas, a lo que hay que sumar sus logros con la selección española, donde sumó dos bronces olímpicos; un oro y dos bronces en Mundiales; y dos medallas de oro, una de plata y otra de bronce en los Europeos. En su última actuación con España, en Tokio 2021, fue uno de los pilares del equipo, logrando un meritorio tercer puesto que puso un broche casi ideal a sus más de veinte años como profesional. El 8 de septiembre, en la fiesta regional, recibirá la Medalla de Asturias 2022 en el acto institucional del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, premio que, según reconoce, ocupará un lugar especial en su concurrida vitrina de galardones.

-¿Qué significa Asturias para usted?

-Asturias es mi hogar. Es el lugar donde tengo mis raíces, no solo por mí; mi familia y mi mujer son asturianas. Hay muchas cosas que me unen a mi tierra, creo que es un sentimiento que tienen todos los asturianos. Estoy muy orgulloso de ser de mi ciudad, Gijón; de ser de Asturias. Con el paso del tiempo y viviendo fuera, acabas echándola de menos. 

-¿Tanto la ha echado de menos?

-A la familia principalmente. Como he dicho, mi mujer es de Asturias, por lo que toda nuestra familia está allí. También los paisajes, la gente, la calidad de vida que se disfruta en el Principado… Ahora que vuelvo de vacaciones te hace vivir las cosas con más tranquilidad. Tengo más tiempo libre y puedo disfrutar mucho de la gastronomía y de la forma de ser de los asturianos. Siempre hay un ambiente muy sano y estando fuera lo valoras mucho.

-¿Qué supone para usted recibir la Medalla de Asturias?

-Para mí es un honor y un privilegio. He tenido la fortuna de tener una carrera larga, mis inicios en Asturias fueron claves para llegar a ser profesional. Tengo claro que mis raíces están en el Principado y tener este tipo de reconocimientos me hace muy feliz. Es algo muy especial, estoy muy agradecido por el premio y es algo que valoro muchísimo.

-Ha sido pregonero del Descenso del Sella, ha recibido la Medalla de Plata de Gijón… Su retirada está llena de galardones.

-Es difícil de imaginar, cuando eres pequeño, que puedas tener una carrera así. Al margen de los logros deportivos, hay reconocimientos alrededor del mundo del deporte que te hacen muchísima ilusión. Ser pregonero, que tu ciudad reconozca tu trabajo… Son cosas auténticas de la tierra, muy nuestras. Para mí es especial por el cariño que le tengo a la región. Este tipo de galardones tienen un hueco muy importante en mi vitrina de éxitos.

-¿Cómo de importante ha sido Asturias en sus éxitos en el balonmano?

-Siempre he tenido claro de dónde vengo. En primer lugar, es mi casa, eso lo tengo muy claro. Es un lugar del que presumir y del cual estar orgulloso. Siempre lo he tenido claro en mi etapa como deportista y ahora, en mi nueva faceta, también. Asturias es un sitio al que hay que valorar muchísimo.

-Ha pasado más de un año desde su retiro de las pistas. ¿Cuánto de ese tiempo ha pasado en Asturias?

-Sobre todo he aprovechado este verano, es el que más he podido disfrutar en años. Después de los Juegos Olímpicos no tuve muchos días. Por suerte tuve muchos actos y días ajetreados, por lo que no pude aprovechar mis vacaciones como querría, ya que al poco me fui a Barcelona. Este verano he tenido unas vacaciones amplias, ha sido muy positivo para mí y me ha servido para recargar las pilas. Además, hemos tenido un tiempo espectacular, por lo que era el momento para vivir bien Asturias.

-Ahora ha pasado a la gestión de cantera y al trabajo desde los banquillos. ¿Se ve entrenando a algún equipo de Asturias?

-En el mundo del deporte, nunca se sabe lo que puede pasar, no es como cualquier trabajo. Ahora mismo estoy muy bien aquí (en Barcelona) y me gusta mucho lo que estoy haciendo. Trabajar en este club es algo único, se juega un balonmano de muy alto nivel. Estoy iniciando mi camino fuera de la pista, formando a los chicos jóvenes del Barcelona e intentando transmitirles las enseñanzas que yo aprendí durante toda mi carrera. Pero en el futuro, quién sabe; si tengo la oportunidad de volver, se vería. Trabajar en casa sería algo muy especial.

-¿Ve futuro en el balonmano asturiano?

-Asturias tiene mucha relación con el balonmano. Hace unos meses estuve en la Gala del Balonmano Asturiano y daba gusto ver el teatro de La Laboral lleno de amantes de nuestro deporte. No es una tarea sencilla, ya que es difícil sacar jugadores cuando hay una oferta deportiva tan amplia que atrae a muchos jovenes. Debemos seguir trabajando duro para que continúe saliendo talento de nuestras canteras.

-¿Qué cree que hace falta para seguir creciendo?

-Se necesitan más apoyos, sobre todo a nivel masculino. Se echa en falta un equipo que esté en la élite. No que esté un par de años en Asobal y luego descienda. Lo que hace falta es un conjunto que permita a los jóvenes asturianos foguearse en la élite y que les dé cierta estabilidad. En el balonmano femenino hay un proyecto muy bueno, el del Club Balonmano La Calzada, donde están haciendo un muy buen trabajo para mantenerse arriba. Esa regularidad significa mucho porque pueden dar continuidad a la carrera de muchas jugadoras que quieran asentarse en Asturias y quieran competir al máximo nivel. Para mí sería clave que se desarrollasen más proyectos así.

-En su carrera nunca jugó en un equipo asturiano. ¿Le hubiese gustado jugar en algún conjunto de su tierra?

-La verdad es que hubiese sido muy bonito, pero no me puedo quejar. He tenido una buena carrera, en equipos donde se trabajaba muy bien. Para el recuerdo me puedo quedar con la situación de jugar en Gijón la Copa del Rey ante el Gijón Jovellanos. Para mí fue muy bonito. Jugar en el Palacio de los Deportes, ver a mis amigos en las gradas, a mi familia, en el sitio donde crecí… Por suerte, tuve esa posibilidad y lo disfruté muchísimo. Jugar en casa es algo a lo que todos tenemos que aspirar y en mi caso lo logré en una cita muy especial.

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