La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jaime Menéndez Corrales | Alcalde de Soto del Barco (CISB) y decano de los regidores asturianos, se retira en 2023

"Me voy desencantado, no me gusta la forma de hacer política de la nueva hornada"

"A los ayuntamientos se nos carga de competencias impropias, sin dinero para asumirlas; somos el contenedor de residuos de lo que nadie quiere"

Jaime Menéndez Corrales, en su pueblo natal, La Corrada, en Soto del Barco. | Mara Villamuza MARA VILLAMUZA

Jaime Menéndez Corrales (La Corrada, 1956) es uno de esos políticos de los que se dice –en muchas ocasiones a modo de crítica– que se eternizan en el cargo. Pero tiene muy fácil contrarrestar a cualquiera que cuestione que lleva demasiado tiempo de alcalde: cada cuatro años se ha sometido al escrutinio de los ciudadanos y siempre le han dado carta verde en forma de mayorías absolutas. Suma ocho, una por mandato: primero con el PSOE y las tres últimas con CISB, el partido que fundó con otros compañeros incondicionales en 2011 al romper con los socialistas. Es regidor de Soto del Barco desde 1991, lo que le convierte en el decano de los asturianos, el que más tiempo lleva con el bastón de mando. Superada la edad de jubilación, ha decidido retirarse y dejar la política. Cuando lo haga en mayo de 2023, fecha de las próximas elecciones municipales, serán 32 años los que haya ejercido.

–Colecciona mayorías absolutas. Hace años se veían más que ahora, que no se logran tan fácilmente.

–(Ríe) Sí, ahora están muy cotizadas la verdad... Ocho es algo que un político pocas veces puede conseguir.

–¿Y ahora qué?

–Pues ahora toca descansar. y además convencido. Sin ninguna idea de vuelta atrás, es muy meditado. Llegó el momento. Ya estoy jubilado desde abril. Lo único que espero es que haya continuidad en CISB. Estoy muy agradecido a mis vecinos por la confianza depositada en mí y en mis compañeros durante este tiempo.

–Entonces, ¿a pescar salmón y a disfrutar tocando el órgano?

–Exactamente. Inactivo no voy a estar. Igual echo de menos esto los primeros meses, sí. Pero tengo mis hobbies, la música, la pesca, viajar. Voy a disfrutar de la tranquilidad, que es lo que últimamente necesito.

–Le resultará difícil dejarlo después de tanto tiempo. ¿Se acuerda de qué hacía antes de ser alcalde?

–Hasta que comencé mi andadura como alcalde a los 35 años, trabajé hasta en la empresa familiar.

–¿Cuándo decidió dejarlo?

–Si soy sincero, mi intención era dejarlo ya cuando surgieron los problemas con el PSOE. Pero los acontecimientos derivados de aquella situación fueron un incentivo más, hicieron que me planteara seguir y ver si nuestros vecinos estaban de acuerdo con esa decisión. Fue algo así como vivir unas primarias de cara a la gente, a los votantes. Siempre he defendido la segunda vuelta como forma de elegir a los gobernantes, algo que supongo que yo nunca veré en España. Pero creo que es la mejor fórmula para no llevarse sorpresas con las elecciones de los partidos políticos y que gobierne alguien que apenas sacó votos. Al principio de este mandato ya anuncié, para que no hubiera ningún tipo de especulaciones, mi retirada de la Alcaldía.

–Deja la política con CISB después de irse del PSOE hace más diez años. ¿Tiene relevo? ¿El CISB no es la aventura personal de Jaime Menéndez Corrales y, como tal, corre el riesgo de desaparecer sin su mentor?

–El CISB no nació como proyecto personal. Fuimos un grupo numeroso de gente el que intervino en su puesta en marcha. Qué duda cabe que a mí, como cabeza visible de ese proyecto, me sirvió para comprobar el apoyo hacia mi persona y hacia todo el grupo que pusimos en marcha ese proyecto. En estos momentos estamos valorando la continuidad del mismo. Pero todavía no hay nada cerrado. Lo que me gustaría es que las siglas CISB siguieran adelante, por supuesto.

–¿Tiene candidato preferido? En la calle suena un nombre conocido.

–Me remito a lo dicho anteriormente. Estamos trabajando en ello, no es el momento de dar nombres porque puede que no sea así. Trabajamos en equipo en una opción que puede ser ganadora, eso es cierto.

–Ha pasado tiempo desde que rompió el carné del PSOE, ¿sigue enfadado con el partido? Se le nota cierto desencanto con la política en general...

–Nunca he roto el carné, lo conservo, es del año 1983. Sí que me di de baja, por supuesto, pero nunca me echaron del partido, como se dijo en su día. Y rotundamente sí, estoy desencantado. No veo bien al PSOE y no me gusta la forma de hacer política en general de la nueva hornada de políticos.

–¿El PSOE intentó repescarle en algún momento? ¿O quizás otras formaciones? Su cartera de votos no es nada desdeñable.

–Sí, claro. Siempre hay contactos. Lo normal en este tipo de situaciones es que los partidos, sean del signo que sean, se acerquen para tantearte. Pero no hay vuelta atrás.

–¿Quién le gustaría que fuera el próximo presidente regional? ¿Y de España? Algún favorito tendrá...

–Tendría que valorar una vez vistos los candidatos, pero no veo nada de momento.

–¿Sus referentes en política?

–Tini (Vicente) Álvarez Areces. Su apoyo fue fundamental para llevar adelante numerosos proyectos en este concejo. Siempre lo he dicho y lo mantengo.

–Es el regidor más veterano de Asturias y sufre como el primer día con las críticas de los ciudadanos. ¿Se lo toma todo muy a pecho?

–Jamás estuve en contra de las críticas. Faltaría más. La crítica constructiva es indispensable para poder ejercer tu labor y saber lo que piensan los vecinos. Es una ayuda muy importante para poder gestionar bien. Lo que no soporto ni admito es lo que está sucediendo con algunos que utilizan las redes sociales para insultar, manipular, tergiversar y mentir descaradamente a través de ellas.

–Me sorprende que las siga tanto o, más bien, les dé tanta importancia.

–Tengo que decir que nunca he tenido redes sociales, ni pienso tenerlas, ni falta que me hacen. Paso mucho, pero me duele cuando dan palos y no los mereces. Lo peor es cuando se esconden en el anonimato para insultar. Tengo pendiente de resolver una demanda que puse no por haberme insultado a mí, sino a mi madre, ya fallecida.

–Se quejan los vecinos de que el concejo está algo abandonado en caminos, limpieza, maleza, estética. Si me lo permite, también como vecina tengo que decirle que lo veo así.

–De acuerdo, pero las generalizaciones son injustas. Puede haber algún caso concreto. Antes teníamos brigada propia de obras, pero desde hace unos años se contrata externamente este servicio. Tenemos poco personal y a veces nos encontramos con problemas a la hora de adjudicar la contratación y que las empresas cumplan el pliego con las condiciones que en él se especifican. Y si las empresas no cumplen y no lo hacen bien, paga el ayuntamiento la culpa, como todos sabemos.

–La gente se queja a su ayuntamiento. Es normal.

–Por supuesto, y así debe ser. Pero creo también que en general nos hemos vuelto un poco exigentes, queremos más siempre. Todos ahora reclamamos derechos sin asumir obligaciones. Y quizás los tiempos que vienen no sean precisamente fáciles para esta forma de actuar, el sistema no lo aguanta todo. Sería deseable buscar cierto equilibrio.

–Y esta cuestión enlaza con el debate de si los ayuntamientos, la administración más cercana al ciudadano, se han olvidado de hacer cosas básicas y necesarias, enfrascados quizás a iniciativas más bien propias de la comunidad o el estado. ¿Es así?

–El ayuntamiento nunca se ha olvidado de que es la administración más cercana al ciudadano. Estamos para todo. Lo que está ocurriendo desde hace ya varios años es que se nos está cargando de competencias que no nos corresponden, las llamadas «impropias». Somos el contenedor de residuos de las administraciones que están por encima, nos echan lo que no quieren. No nos asusta asumirlas, pero lo grave es que encima de cargarte con esas competencias, no te dan el dinero para poder ejercerlas y vemos mermados nuestros presupuestos para otras cosas que sí nos tocan. La verdadera reforma de la Administración Local está sin hacer y aquí los culpable son los partidos que desde la Transición han gobernado, porque lo que han hecho en este asunto es poner parches y trabas.

–Ponga algún ejemplo.

–Muchos. La limpieza de playas nos absorbe entre 70 y 80 mil euros al año de presupuesto local, que bien podría ser para otras cosas. El salvamento, lo mismo. La Confederación se ha sacado ahora de la manga que el tramo de los ríos en zona urbana dependen del los ayuntamientos. Las escuelas infantiles hasta 3 años no las asume el Principado...

–¿Qué le queda en el tintero que le hubiera gustado hacer?

–Siempre quedan cosas. Haces unas, surgen otras… Pero ahí están para ver los cambios para bien que en estos años se han hecho en el concejo: carreteras, saneamientos, abastecimientos, cultura, deportes, servicios sociales, colegios. Es algo indiscutible, creo.

–Son más de 30 años, pero hay algo que ha marcado toda su trayectoria: el famoso Puerto Norte. Usted siempre ha sostenido que lo básico e importante, más allá de iniciativas estrella como campos de golf, talasoterapia u hoteles de cinco estrellas, se ha materializado: saneamientos, carreteras, enganche a Cadasa. ¿Lo mantiene?

–Lo dije y lo mantengo. Pese a quien pese. La idea de Puerto Norte era buena, y nosotros seleccionamos lo que nos pareció útil y oportuno. Ahí está el resultado. Puede que nos falte tener un polígono industrial en condiciones en el concejo, no bolsas sueltas como hay. Pero tenemos el problema de falta de terrenos municipales disponibles.

–Queda la «guinda del pastel» para muchos, la pasarela sobre el Nalón entre San Juan de la Arena y San Esteban.

–Antes, lo que hay que hacer es finalizar la obra del puerto. Se está gastando un dinero muy importante en dragar, 500.000 euros cada vez que es necesario, pero que como se suele decir es «pan pa hoy y fame pa mañana». De concluir el proyecto de reforma de los diques se acabaría con la falta de calado continua.

–Ha sorprendido su apoyo público al secretario general del PP, Álvaro Queipo, a través de un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA a cuento de la crisis interna del partido. No es usted muy dado a terciar en público sobre polémicas políticas, ni siquiera de las propias. ¿Por qué pronunciarse sobre la de un partido ajeno?

–Creo que en el artículo que escribí quedó muy claro el motivo por el que salí en su defensa. Es un ejemplo más de cómo los aparatos de los partidos actúan contra las personas válidas y que les pueden hacer sombra. Ha sido también por empatía. Me pareció injusta esa situación y me pareció oportuno escribirlo. Si hoy lo tuviera que volver a escribir, sabiendo lo que sé, sería mas contundente.

Compartir el artículo

stats