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Sanz Montes: "Agradezco el esfuerzo de nuestros políticos para construir una Asturias unida"

El Arzobispo critica las leyes que permiten el aborto y la eutanasia y la "tendencia totalitaria de querer controlarlo todo", en la homilía del Día de la Santina

Jesús Sanz Montes saluda en la cueva de la Santina a Adrián Barbón en presencia de Marcelino Marcos y José Manuel González (a la izquierda). | Luisma Murias

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, repartió ayer críticas y alabanzas a la clase política durante la homilía que pronunció en la misa solemne, cuyo oficio presidió en la basílica de Covadonga con motivo del día de la Santina. Alabanzas, principalmente, para los dirigentes locales y autonómicos, y críticas, sobre todo, para el Gobierno central.

Miembros de Protección Civil de Cangas de Onís portan a la Santina en procesión. | Luisma Murias

Así, por un lado, agradeció a los dirigentes locales y regionales su "esfuerzo, desde las diferentes sensibilidades", para "construir una Asturias unida y solventar las dificultades compartidas". Mientras que, por otro, volvió a arremeter, como ya hiciera en la homilía del año pasado, contra el Gobierno de Pedro Sánchez y las leyes "que matan, abaratando el aborto de los no nacidos y desprotegiendo a las mujeres más jóvenes desde normativas con desamparo parental, frivolizando y promoviendo una maternidad malograda como si no pasase nada". También criticó la eutanasia, que calificó como "un derecho al suicidio desesperado o al homicidio encubierto con los enfermos o ancianos en fase terminal, en lugar de acompañar con cuidados paliativos una vida que es digna hasta el final".

La escolanía, durante la misa. | Luisma Murias

Contrapuso la "mala política" y "buena política". Puso como ejemplo de la primera a aquellos dirigentes y gobiernos cuyo objetivo es "destruir al contrario, haciendo enemigos de los que son simplemente adversarios". De esa manera, la política "se encarece, se pervierte y se hace violenta, con la tendencia totalitaria de querer controlarlo todo y a todos, desde los medios de comunicación hasta los jueces", enfatizó. Como ejemplos de esa "mala política" puso a Nicaragua, "con un insólito ataque a los cristianos", y Venezuela, "con el populismo dictatorial". Frente a ello, el prelado abogó por que las autoridades regionales y nacionales practiquen la "buena política", que debe tener como objetivo el "bien de la gente más desfavorecida" y "una serena y plural convivencia".

Teresa Mallada(a la izquierda) y Susana Fernández en la basílica. | Luisma Murias

El jefe de la Iglesia de Asturias se refirió también a quienes "tan burdamente" emplean "la mentira impunemente y sin sonrojo al gestionar la gobernanza", en vez de "fomentar la convivencia desde las legítimas ópticas diferentes que deben ser complementarias". Y animó a la ciudadanía a defender sus convicciones y las "legítimas formas diversas de ver las cosas, siempre y cuando no seamos rehenes de una ideología que destruye y engaña".

Marcos Providenti y su hija Paz. | Luisma Murias

Sanz Montes resaltó durante la intervención su preocupación por el panorama internacional, marcado por la guerra entre Rusia y Ucrania, "con todas sus consecuencias de equilibrios rotos en la convivencia de países y de costes económicos disparados". Pero también subrayó que hay en el mundo "otras guerras en curso, pero no son noticia cuando no tienen que mercadear con gas sino simplemente se declaran para dar salida al armamento que les caduca como obsoleto".

Nerea Fernández, con la bandera de Asturias de la Banda de Gaitas de Cangas de Onís. | Luisma Murias

Según el Arzobispo, todos estos conflictos generan en las familias "temor" por "la carestía y la inflación, la pérdida de trabajo y las derivas en la crispación social y en cuantos se aprovechan de estos mares revueltos para su particular ganancia pescadora". Quiso asimismo manifestar su "pena" por los incendios que asolan desde hace meses España y otros lugares del mundo. Sanz Montes resaltó en su homilía lo "grato" que le resulta comprobar que "volver a Covadonga" es "un regalo de alegría ante la vida reestrenada en su normalidad más deseada".

Liliana Sánchez y Alfredo Macua, ayer en Covadonga. | Luisma Murias

Asistieron a la celebración religiosa las principales autoridades religiosas, políticas y militares de la región, con el presidente del Principado, Adrián Barbón; el máximo dirigente de la Junta General, Marcelino Marcos Líndez; y el alcalde cangués, José Manuel González, a la cabeza. Tampoco quisieron faltar a la cita la presidenta del PP en Asturias, Teresa Mallada, acompañada por otros dirigentes del partido; la portavoz de Ciudadanos en la Junta, Susana Fernández; el secretario general de Foro Asturias, Adrián Pumares; y la diputada autonómica de Vox Sara Álvarez Rouco. Como en años anteriores, no acudieron representantes de IU y Podemos Asturies.

Santina. | Luisma Murias

Cantó la celebración eucarística la escolanía de Covadonga, que interpretó obras de Fernando Álvarez Menéndez (organista del santuario), Leoncio Diéguez, William Gómez, Emiliano de la Huerga y Jesús Guridi, además del "Himno del centenario de Covadonga", con música de Ignacio Busca de Sagastizábal y texto de Restituto del Calle.

La misa del Día de Covadonga, acto central de la jornada en el santuario, fue seguida por cientos de fieles, que llenaron la basílica y las dos carpas instaladas para la ocasión a ambos lados del templo. Tanto así que muchas personas tuvieron que seguir los oficios de pie en el exterior del edificio religioso. Entre los presentes, personas llegadas de muchos rincones de España y de lugares tan diversos como Estados Unidos, Francia, Argentina o el Reino Unido.

Liliana Sánchez y Alfredo Macua estaban hace unos días en Oporto. Buscando por internet se enteraron de que a la Virgen de Covadonga los asturianos la llaman "la Santina". "Fue una emoción muy grande, porque nuestra nieta, que tiene tres años y medio, se llama así, Santina. Así que decidimos venir a Covadonga, con la gran suerte de que llegamos justo el día de la Santina. Es una señal", comentó emocionada la abuela.

También argentinos son Marcos Providenti, la influencer Gisela Pitura y su hija Paz. Viven en Mallorca y llegaron a Asturias en autocaravana desde Madrid con la idea de subir a los Lagos. "Como no se podía, de supercasualidad, vinimos a Covadonga y estamos disfrutando mucho e involucrándonos en la tradición de Asturias", apuntó el padre, fascinado por "la belleza y la tranquilidad" de la región, por "las casitas de los pueblos" y por "el buen estado de las rutas". Mientras tanto, la pequeña, de cuatro años, aseguraba que lo que más le estaba gustando era "la música" de la Banda de Gaitas de Cangas de Onís, cuya bandera portaba por primera vez la avilesina Nerea Fernández, residente en Ribadesella. "Presta mucho el día de la tierrina, tanto que ni siquiera importa el calor, se lleva bien", explicó.

Antonio Cruz, cordobés de Montilla que pasa unos días en Cudillero, está enamorado de Asturias. Hasta tal punto que vino en julio y ha vuelto otra vez con su familia y su perro "Argos", de 11 años, que los acompaña a todas partes. "Me encanta la montaña, la tranquilidad, el relax...". Volverá en cuanto pueda.

El de Covadonga es un día "muy especial" para todos los que tienen una misión en el santuario cangués. Por ejemplo, para el parragués Roberto Carlos Norniella, educador y antiguo escolano, que ayer tocó el contrabajo durante la misa. "Es un día muy especial, nos reunimos los antiguos escolanos, gentes que en algunos casos no nos vemos desde hace años, convivimos...", señaló.

Losa afea que Sanz Montes critique leyes legítimas y le insta a condenar la pederastia

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También trabajaron ayer en el santuario siete voluntarios de Protección Civil. El cangués Ignacio Gil Pandiella resaltaba que la jornada del 8 de septiembre es para él «emocionante». Más aún si cabe ayer, porque cuatro compañeros suyos portaron a la Santina durante la procesión desde la basílica hasta la santa cueva: Francisco Martín, Humberto Cofiño, José Manjón y Ramón Hórreo.

Disfrutando también de la jornada, estaba José Luis Galán, «Pepín, el jardineru», quien trabajó durante 35 años en el mantenimiento del santuario, hasta que se jubiló en 2019. «Es un día grandísimo para mí. No puedo faltar». De hecho, no ha faltado desde 1976 a la misa de la Santina, ni siquiera el año en que una neumonía estuvo a punto de llevarle «de viaje».

Tras el paréntesis de la pandemia, se recuperó ayer la tradición de que un ayuntamiento realice una ofrenda a la Santina en nombre de todos los de la región. Fue el de Tapia de Casariego. Una comitiva de 14 personas, encabezada por la alcaldesa, Ana María Vigón, dejó a los pies de la Virgen una cesta con productos del concejo, del campo y de la mar, así como una obra de un artista local, y una foto con un mar embravecido, donada por la Asociación Fraternidad.

Ya por la tarde, la delegada del Gobierno, Delia Losa salía al paso de la homilía del Arzobispo. Lo acusó de utilizar «una vez más un acto importantísimo para Asturias» para «criticar leyes aprobadas por el Parlamento, máximo órgano de representación de la voluntad popular». «A muchas personas les gustaría que utilizara esa misma contundencia que reiteradamente utiliza para criticar dos leyes legítimas (la del aborto y la de la eutanasia) para condenar la pederastia y los abusos a menores, como ha hecho el Papa Francisco», dijo Losa.

Contrapuso el talante de Sanz Montes con el de Gabino Díaz Merchán, «el arzobispo bueno, el gran pastor asturiano, tan querido por todos». Admitió que la Iglesia puede trasladar a los fieles sus opiniones libremente, pero acusó a Sanz Montes de usar «un acto institucional en el que están presentes representantes institucionales y del pueblo asturiano que no tienen por qué escuchar eso».

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