El inglés domina el mundo globalizado desde hace décadas. Aunque se estima que existen 379 millones de hablantes nativos, son casi 1.500 millones de hablantes los que lo usan como primer o segundo idioma.  Y es que el inglés se ha convertido en la “lengua franca” mundial gracias a su preponderancia en el ámbito cultural, del comercio internacional, la diplomacia o internet.

El inglés está muy presente en el día a día de niños y adultos. La academia de inglés es, junto al deporte, la actividad extraescolar más popular para las familias. En cuanto a los adultos, empresas, universidades, administraciones públicas, etc... exigen conocer –incluso dominar- esta lengua para trabajar o estudiar. Términos como “B2” o “C1”, “FIRST” o “ADVANCED” se han vuelto habituales en la vida cotidiana de muchas personas. Un reciente informe de la consultora de empleo Adecco señala que el 35% del total de las ofertas de empleo exigen el dominio del inglés, cifra que se incrementa para las ofertas de empleo más cualificado y con mejor remuneración (en un 55% de las ofertas para directivos se pide inglés). Según este mismo informe, a mayor rango en una empresa, mayor exigencia de dominio de un idioma extranjero, casi siempre el inglés. Un buen nivel de inglés suele ser un requisito indispensable para promocionar dentro de la empresa.

Imprescindible en el mundo laboral y académico

En cuanto a la preeminencia del inglés entre las demás lenguas extranjeras, los datos hablan por sí solos: el informe Infoempleo Adecco señala que el 92,3% de las ofertas exigen el inglés como idioma extranjero, seguido por el 7,4% que exige alemán y el 7,2% que exige francés. Muchas empresas españolas, incluyendo pequeñas y medianas, han emprendido un proceso de internacionalización en busca de nuevos mercados para superar la grave crisis económica de los últimos años. Este fenómeno explica también el aumento de la exigencia del inglés en el mundo profesional, que permite comunicarse con clientes, proveedores y colaboradores en todo el mundo.

En el ámbito académico se ha producido un fenómeno similar. La gran mayoría de las universidades españolas exigen ya un nivel mínimo (B1 o B2) de inglés para acceder a estudios de grado y –por supuesto- de postgrado. Cualquier programa internacional, beca o estancia académica en el extranjero requiere acreditar niveles de B2 o C1 de inglés. El inglés se ha convertido en una destreza que se presupone a cualquier estudiante universitario.

Fachada de York Idiomas. Lne

El mejor cauce para disfrutar ocio de calidad

Pero la utilidad de este idioma no se limita a la esfera laboral o académica, sino que se ha extendido otras facetas de la vida, como el ocio, la cultura y las relaciones sociales. Saber inglés nos abre la puerta a pequeños placeres como disfrutar de una buena película o serie en versión original. Leer un estimulante libro en inglés o comprender las letras de nuestro grupo son magníficas experiencias que podemos vivir gracias al dominio del idioma. ¿Cuántas veces nos sentimos frustrados en ese viaje en el que no logramos hacernos entender ni con señas? ¿No hemos sentido cierta envidia alguna vez de esa compañera de viaje que es capaz de hacer amigos en cualquier lugar del mundo gracias al inglés? Porque solo cuando somos capaces de comunicarnos con la gente del lugar podremos sentir que nuestro viaje es algo más que hacer fotos a monumentos o llevarnos un souvenir típico.

Otro ámbito donde hablar inglés nos abre un mundo de posibilidades es Internet. Es el idioma más extendido y más utilizado en la Red, con mucha diferencia. Según datos del Internet World Stats, el 53% del contenido online está inglés y un 26% de los usuarios de Internet lo utilizan para comunicarse online. Con estas cifras queda claro que, quien no conozca esta lengua se pierde más de la mitad de los vídeos, páginas web y, en general, contenidos de la Red, así como la posibilidad de hablar y compartir experiencias con la mayoría de los usuarios del mundo.

Hablar idiomas, un estímulo a las conexiones neuronales

Aprender y practicar una lengua extranjera estimula las conexiones neuronales, favoreciendo la concentración y mejorando la memoria y procesos cognitivos. El cerebro, no lo olvidemos, necesita ejercitarse, y en este sentido hablar inglés es tan beneficioso como hacer sudokus, tocar un instrumento o jugar al ajedrez. Varios estudios científicos demuestran que la práctica de un segundo idioma previene la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.

Afortunadamente, cada vez son menos quienes ven el inglés como una obligación, y más los que lo perciben como algo divertido y estimulante. “Ir a inglés” se ha convertido en una oportunidad para socializar, conocer gente nueva con quien compartir experiencias e intereses. El profesor de inglés ya no es ese señor distante que nos repite anodinas reglas gramaticales, sino una persona dinámica que es capaz de motivarnos para que perdamos la vergüenza y nos soltemos a hablar en otro idioma, además de acercarnos a otra cultura diferente a la nuestra.

En definitiva, son muchas las ventajas que proporciona conocer y utilizar una lengua extranjera como el inglés, y en ese sentido es justo afirmar que aprender inglés ha pasado de ser un simple extra a convertirse en un elemento fundamental para mejorar nuestras vidas y las de nuestros hijos.

Recepción de York Idiomas. lne