Absuelta una ovetense tras ser acusada por su expareja de llevarse monedas por valor de 32.000 euros

Mantuvieron una relación durante diez años y, al separarse, él la acusó de llevarse 41 monedas de oro y plata y coger 29.000 euros en efectivo

Los abogados de la mujer absuelta, Ángela Fernández Carrero y Luis Fernández Pérez, en su despacho de Oviedo.| Luis Vega

Los abogados de la mujer absuelta, Ángela Fernández Carrero y Luis Fernández Pérez, en su despacho de Oviedo.| Luis Vega / Luis Ángel Vega,

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Durante diez años se juraron amor eterno, pero cuando ella decidió romper la relación, no imaginaba que pudiese acabar en los calabozos. Su expareja, un hombre de 72 años que ahora vive en Covelo (Pontevedra), acusó a la mujer, colombiana de 54, del barrio de Vallobín, de llevarse 41 monedas de oro y plata que se vendieron por 32.000 euros, así como coger otros 29.000 en efectivo, sin olvidar varias joyas. La Policía la detuvo y el fiscal terminó pidiendo cuatro años de cárcel –lo mismo que la expareja de la mujer–, pero el titular del Juzgado de lo penal número 1 de Pontevedra, Juan José Trashorras, emitió este jueves su veredicto rotundo: la mujer es inocente.

El caso es que fue la Policía Nacional quien "descubrió" lo que creía que podría ser un delito. Entre 2017 y 2018, la mujer había vendido una cuarentena de monedas de oro y plata, valoradas entre 1.000 y 600 euros. Escamados, los agentes preguntaron a la mujer, y ésta les dijo que su expareja le había dado las monedas. "Me dijo: ‘Te paso esto para que tengas algo’. Fue un regalo", dice A. S. M. M. El problema es que preguntaron al hombre y éste les dijo que no le había dado nada y que desconocía que le faltasen las monedas. Ella, añadió, tuvo que sacarlas de una caja fuerte en Covelo.

"Cuando le dejé, me dijo: ‘Entonces te vas a arrepentir’. No era la primera vez que me amenazaba. Advertía: ‘Tú tienes que ser mía o de nadie. Si te veo con otro, te mato’. Era muy celoso", añade la mujer, defendida por Ángela Fernández Carrero y Luis Pérez Fernández, del despacho Luis Pérez y Asociados. "Las monedas no tenían valor histórico o artístico alguno", explican los letrados. "Todo apunta a que fue una denuncia por despecho", aseguran.

"Estuve como una hora en el calabozo. Es muy fuerte, tremendo", confiesa la mujer. El caso tuvo sin embargo sus avatares. El juez instructor de Pontevedra –el partido judicial donde supuestamente se había producido el robo– sobreseyó el caso, pero la Audiencia obligó a celebrar juicio.

Tres años después, el juez ha estimado que "no ha resultado acreditada la participación de la mujer en los referidos hechos". Y es que "no se ha podido acreditar con certeza lo realmente acaecido". En el juicio, el hombre negó haber tenido relación alguna con ella: se veían de forma esporádica, algún fin de semana y no volvían a verse en meses. El hijo de él añadió que la mujer se dedicaba a engatusar a hombres mayores para desplumarles, sin mayores pruebas.

Ella repuso que habían tenido una relación de pareja verdadera, conviviendo de forma habitual durante diez años. Incluso presentó en el juicio una encendida carta en la que el hombre le prometía "amor para siempre". La cuestión era importante, ya que, de demostrarse que tenían una relación estable, la mujer podría acogerse a la excusa absolutoria de la responsabilidad penal que afecta a los cónyuges o asimilados por los delitos patrimoniales que se causaren entre sí, que solo pueden dirimirse en la vía civil. De todos modos, el juez no pudo creerse que el hombre no se hubiese dado cuenta antes de que le faltaban las monedas ni el dinero. La mujer, ya exonerada, no cabe de felicidad. "Me siento pletórica, me han quitado una mochila muy pesada. Fue el día más feliz de mi vida tras el nacimiento de mi hija", dice. Y lanza un mensaje a su expareja: "Que se olvide de mí, no le tengo miedo".

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