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Los asturianos, al calor del fuego para ahorrar: la venta de pellets y calderas se disparan

Aumenta la adquisición de estos sistemas de calefacción pese a subir los precios: hay escasez de biomasa por la alta demanda y la masiva exportación a Europa

Los asturianos llevan meses preparándose para afrontar un invierno que, como poco, se prevé incierto por una escalada de precios en general y de la energía en particular. Ante este panorama –los desorbitados precios del gas y la electricidad– la gente se ha vuelto práctica y puesto la mirada en lo de toda la vida: el fuego.

Las ventas de leña y, sobre todo, de pellets se han disparado, pero no ahora con el otoño ya entrado y los primeros fríos a la vuelta de la esquina. Ya en verano hubo un repunte en las compras de biomasa, y también de calderas. Respecto a estas últimas, Ángel Martínez, director comercial de Hargassner Ibérica, en el Polígono de Asipo (Llanera), lo resume claramente: "Estamos en los niveles de 2012, hemos recuperado la venta y el sector crece claramente después de haber bajado tras la burbuja". En la comercialización de biomasa, más de lo mismo. "Habrán subido las compras un 20%", sostiene Hugo Lago, gerente de Piensos Lago, con varias tiendas en Asturias.

El alza de la compra de pellets en Asturias llama la atención, además, porque el producto está por las nubes, hasta el punto que ha duplicado su precio en un año: de 4 euros que costaba el saco de 15 kilos de media en otoño de 2021 ha pasado a 8 euros ahora. "Eso como poco, menos de 7,5 euros es imposible encontrarlo", sostiene Lago, quien expone varios motivos para explicar el destacado incremento pese al cual la gente ha seguido comprando para hacer acopio.

Y en esto último está la primera explicación del encarecimiento en base a la tradicional y sencilla ley de oferta y demanda. El aluvión de pedidos y el cada vez más escaso stock tiraron para arriba de los precios. "También se debe a la subida en general de las materias primeras, de la energía, del transporte... Todo influye", apunta el gerente de Piensos Lago.

IVA

Este mismo sábado 1 de octubre entra en vigor la rebaja del IVA para los pellets, que pasa del 21 al 5%, lo que abaratará bastante su precio.

Exportaciones

Desde verano, España y Portugal han exportado masivamente al norte y centro de Europa, cuyos países hasta ahora compraban en Rusia y Ucrania.

Leña

Las calderas de combustibles fósiles han visto disparada su venta: hasta ahora tiraban las de pellets, pero la leña está en auge.

Otro motivo: la guerra en Ucrania. Era este el país, además de su invasor Rusia, donde hacían acopio gran parte de Europa: Suecia, Alemania, Austria... "Al empezar la guerra, todos estos se pusieron a comprar masivamente en España y Portugal, ya desde verano. Lo que hizo que haya habido un récord de exportaciones y también de bajas reservas", añade Lago, cuyas tiendas se abastecen del principal productor en Asturias, Pellets Tineo, además de Galicia y País Vasco. "Las fábricas están produciendo menos de su capacidad por la falta de materia prima, en los almacenes hay poco, algunos están limpios, pero van reponiendo".

Así, el empresario se muestra tranquilo y duda de que haya un desabastecimiento total durante el invierno. "Hay escasez, la habrá... Pero aun así yo recomiendo a la gente esperar al día 1 para comprar, que serán cuando se aplique la rebaja del IVA y ahorrarán bastante dinero". La medida fiscal dejará en el 5% el impuesto al pellet: "Supongo que el sábado habrá aluvión de ventas, también el lunes... No niego que a lo largo de la próxima semana haya pocos y desaparezcan, pero se recuperarán los stocks", asegura Hugo Lago. Y otra nota positiva: pese a que el precio seguirá elevado, es más que probable que lo largo del próximo año se estabilicen ya los precios.

Tanta biomasa comprada y almacenada en los hogares desde el verano tiene que quemarse en algún lado. Los que tienen calderas son un número creciente en los últimos años en Asturias. La tendencia ahora se ha acelerado, asegura Ángel Martínez. En su firma son expertos en calderas de alta gama de combustibles fósiles, alternativa que se ve más rentable que los sistemas de gas o electricidad con las facturas disparadas.

"Llega mucha gente buscando alternativas y esto ha tirado de los precios hacia arriba", sostiene Martínez. "Nosotros nos dedicamos más a venta industrial que particular, y es un hecho que sube la demanda, aunque quizá tiende ahora a estabilizarse".

Los precios tienen mucho margen, van en función del tipo de caldera, pero una media de alta calidad puede andar ahora por 7.000, lo que hay que multiplicar por dos con la instalación.

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