La factura eléctrica de la Universidad de Oviedo hasta el pasado agosto subió casi dos millones más pese a que el consumo real de la institución académica se redujo un 12,3 por ciento. Ese es el "facturazo eléctrico" que padece la universidad asturiana y que se constata en el informe interno para conocer el efecto que tuvo el cierre de la Universidad durante quince días (la primera quincena de agosto) para, precisamente, tratar de reducir los costes energéticos. El efecto tuvo repercusión en el gasto energético, pero desde luego donde no lo tuvo fue en la factura: el aumento de los costes energéticos ha engullido cualquier intento de la Universidad de Oviedo por ahorrar en la factura de la luz.
La comparación con los datos de 2019 habla por sí sola. Hasta el mes de agosto, la Universidad de Oviedo consumió en 2019 un total de 11 millones de kilovatios hora, mientras que en ese mismo periodo, este año de 2022, el consumo ascendió a 9,6 millones de kilovatios hora. Es decir, la Universidad logró reducir un 12,3 por ciento su consumo.
Pero ese "ahorro" no tuvo efecto en la factura. Los costes energéticos de enero a agosto en 2019 supusieron 1,7 millones de euros; pero los relativos al mismo periodo en 2022 sumaron 3,5 millones de euros. Es decir, la Universidad de Oviedo prácticamente duplicó su factura pese a haber ahorrado en consumo.
El resultado en el gas de las calefacciones tampoco fue mejor. En el periodo entre enero y julio, la Universidad consumió en 2019 12,8 millones de kilovatios hora, frente a los 12,1 millones relativos a 2022. Es decir, la institución académica rebajó un 5,7 por ciento su consumo. Pese a todo la factura engordó: pasó de 603.224 euros a 903.526 euros, lo que supuso un incremento de casi el 50 por ciento en la factura de gas.
Esta singularidad ha llevado a la Universidad de Oviedo a establecer unas recomendaciones al profesorado para tratar de ahorrar al máximo el consumo energético:
Ordenadores apagados. Se recomienda que los ordenadores de los puestos de trabajo permanezcan apagados fuera del horario de trabajo o, como mínimo, queden en hibernación con la pantalla apagada.
Luz natural. Se recomienda que en lo posible se trabaje con luz natural, acondicionando o reorganizando, si fuera preciso, las áreas de trabajo para aprovechar el aporte lumínico exterior al máximo.
Desconectar aparatos. La Universidad pide la colaboración para desconectar alumbrado, fotocopiadoras, ordenadores, impresoras y otros equipos, en todos los espacios docentes, de investigación y administrativos.
Prohibidas estufas personales. La institución prohíbe el uso de electrodomésticos particulares, en especial estufas, calefactores o climatizadores.
Cierre en agosto
- Una prueba de ahorro. La Universidad estableció el cierre de sus centros durante una quincena de agosto para reducir el consumo energéticos. Los datos constatan que en algunos centros se consiguió el objetivo, pero en otros no, por la existencia de laboratorios y máquinas que no se pueden apagar. La excepción son Minas y Marina Civil, que no rebajaron consumos pese a no tener ese tipo de equipamientos.
- Factura triplicada. Los datos hasta ahora prevén que el coste de la factura eléctrica llegue a los 7 millones de euros a final de año, pese a que en 2019 el gasto energético total fue de 2,5 millones.
El gasto energético del HUCA se multiplica por dos este año
La factura de luz y gas que este año pagarán el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA, Oviedo) y el Hospital Álvarez-Buylla (Mieres) ascenderá a unos 13 millones de euros. Esta cifra es superior en casi 6 millones de euros a las abonadas en los dos años precedentes (2020 y 2021). Sin embargo, es más aproximada a la de 2019, cuando por ambos conceptos los citados centros tuvieron que desembolsar cerca de 10,5 millones de euros, según datos del Principado.
