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El PP aguarda una inminente designación de candidato y la salida de Teresa Mallada

La allerana prepara su dimisión para despejar el camino, mientras en el partido las apuestas, sin certezas, se ciñen a Javier Soto y Belarmino Feito

Por la izquierda, Javier Soto, Berlarmino Feito, Álvaro Queipo y Teresa Mallada.

El PP asturiano se muerde las uñas esperando que la dirección nacional determine quién será el candidato de cara a las próximas elecciones autonómicas. Los dirigentes populares asturianos aguardan con carácter inmediato la decisión, pero nadie tiene certezas. "La única persona que sabe cuál será la solución es Feijóo", confiesa un alto cargo del PP asturiano. En Asturias, los sectores hacen cábalas sin tener ninguna certeza. El clima en el partido es que la candidatura se debate entre dos opciones: el que fuera director territorial de Mapfre, Javier Soto, y el empresario y expresidente de la patronal FADE, Belarmino Feito. Sí hay una cosa clara: la solución pasará por la salida de Teresa Mallada como presidenta del partido, cuya dimisión solo está a la espera de los ritmos que establezca la dirección nacional del PP, en la madrileña calle Génova.

Dos son los nombres que en los últimos días suenan con más fuerza, pero más por los anhelos de los dirigentes asturianos que por indicios reales sobre la decisión final que tomará Feijóo. Por un lado, Javier Soto, un nombre impulsado desde el entorno del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, con el aval de ser el cargo institucional más relevante en Asturias, pese a no estar afiliado. Soto cuenta con el respaldo de algunos círculos empresariales, que han ido arropando su candidatura en discretos encuentros semanales. La otra alternativa, que fue puesta sobre la mesa de la dirección nacional hace días –como adelantó LA NUEVA ESPAÑA– es la que representa Belarmino Feito, un nombre que ya estuvo circulando hace años como posible candidato. A ambos se suman otras alternativas, con menos fuerza últimamente, como la exdiputada Susana López Ares, el eurodiputado Salvador Garriga, o el propio secretario general Álvaro Queipo. En algunos medios populares incluso se vuelve a mirar al médico Luis Antuña como alternativa alejada de choques internos.

Ambas opciones, las de Feito y Soto, tienen pros y contras, partidarios y detractores, de ahí que la solución que finalmente adopte Feijóo se analiza esperando cierto carácter salomónico, una vez que ha podido comprobar lo difícil que resulta aunar criterios en un PP asturiano dividido en corrientes y liderazgos excluyentes.

Así, Soto es el nombre de Canteli, pero también el de algunos empresarios asturianos. Feito cuenta con el respaldo de actuales dirigentes regionales y también de otros sectores empresariales y políticos. Pero también el expresidente de la FADE se ha dejado detractores de su anterior etapa al frente de la patronal, así como la opción de Soto genera recelos entre históricos dirigentes del PP que cuestionan el poder que el alcalde de Oviedo pretende establecer sobre un partido en el que ni siquiera milita.

La ceremonia de entrega de los premios "Princesa" no ha hecho más que elevar la temperatura en la olla de los populares. Algunos dirigentes confiaban en que la presencia de Núñez Feijóo pudiese inclinar la balanza y ya estaban preparados apartes y presentaciones personales por si pudieran servir de empujón a alguna de las alternativas. Pero la ausencia final del presidente de los populares (excusada el pasado martes a la Fundación Princesa) convirtió los corrillos de los premios en un nido de elucubraciones. El silencio hermético o la ambigüedad manifiesta de alguno de los protagonistas no hicieron más que alimentar hipótesis.

Pero los populares asturianos tienen pocas certezas. Solo hay una, conocida en el entorno de la aún presidenta: la aquiescencia de Mallada a dimitir al frente del partido y despejar así el camino a una nueva etapa orgánica que probablemente asumiría el secretario general, Álvaro Queipo. Este paso, fruto de semanas de tenso debate interno, no se produce sin que el entorno de Mallada lo señale como una concesión. Algunos afines a la presidenta lamieron sus heridas estos días en una cita informal en el Oriente.

La salida de Mallada parece el paso lógico para cerrar esta turbulenta etapa, abierta en cuanto trascendió que la dirección nacional la descartaba como candidata, una decisión que le comunicó directamente Feijóo. La dirigente popular ha participado activamente en el proceso para llevar a cabo la transición y su parecer ha sido escuchado en Génova, en sintonía con la fórmula "conjunta" establecida entre ella y Feijóo tras la decisión de que quedase relegada en la candidatura y que, a la postre, suponía el fin de su etapa al frente del partido.

Una vez que se formalice la dimisión de Mallada, el partido debe activar los mecanismos de sucesión sin convocar un nuevo congreso regional, un cónclave que la dirección nacional no quiere sin la garantía de que quien resulte elegido presidente tenga unanimidad. A la espera de ese momento, que tal y como están las cosas no se producirá, seguramente, hasta después de las autonómicas la dirección nacional podría optar por una transición dejando en manos del secretario general, Álvaro Queipo, la gestión de la organización, una fórmula similar a la decidida en La Rioja. La otra alternativa sería una gestora, opción que parece menos necesaria una vez que Mallada dimita.

La pieza pendiente en este puzzle es el nombre del candidato. Conscientes de la dicotomía que supone la elección entre Javier Soto o Belarmino Feito, otros dirigentes plantean opciones intermedias y que han quedado orilladas estos últimos días, como la de la exdiputada Susana López Ares, avalada por afines a la expresidenta popular y senadora Mercedes Fernández.

Entretanto, la dirección nacional permanece opaca. Y ese silencio alimenta la hipótesis de que en Génova pugnan dos visiones distintas sobre cómo resolver el conflicto del PP asturiano: de un lado, la del coordinador general del partido, Elías Bendodo, quien estas semanas ha sido el interlocutor en Génova para la dirección del PP asturiano; y de otro, Miguel Tellado, vicesecretario de organización del partido, y que ha sido el referente para los dirigentes afines a Álvaro Queipo.

Precisamente ayer, Elías Bendodo se refirió a las situaciones orgánicas aún pendientes de resolver en Asturias y Navarra. Bendodo aseguró que la dirección nacional determinará este mismo mes la solución en ambos casos, aunque sin dejar entrever cuál podría ser. "El PP sigue con su agenda y antes de final de año, sin ninguna duda, y si es posible este mes, queremos tener resuelta la renovación del partido en las estructuras pendientes y empezar a trabajar con claridad; tener antes de final de año no solo los candidatos autonómicos sino los de las 52 capitales de provincia, que es la competencia de la dirección nacional del partido", aseguró.

El comité de dirección de Génova no se reunió ayer al ser puente. Pero el PP asturiano ha percibido este largo fin de semana no como un puente sino como una tensa espera por una solución final; con trasfondo de difuntos, eso sí. La dirección nacional tiene ante sí todos los elementos para poner fin a semanas de incertidumbre. Conocido que el camino para la renovación del partido está despejado, queda la fumata blanca sobre la candidatura. Feijóo podría optar por forzar el cambio en el partido y aplazar la decisión del candidato, o hacerlo todo de un plumazo. Sea cual sea la fórmula, parece claro que ninguna resultará inocua para un PP asturiano al borde de un ataque de nervios.

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