Este agosto se jubiló Anselmo de la Riva, el jefe regional de operaciones de la Policía Nacional en Asturias en los últimos cuatro años, hoy sustituido por el comisario Miguel Ángel Ramos Vázquez, que la década pasada fue jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial. La Delegada del Gobierno, Delia Losa, propuso a De la Riva para la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica, que premia aquellos comportamientos que redundan en el beneficio de la nación. Y eso hizo De la Riva como jefe accidental de la Jefatura Superior de Asturias justo al inicio de la pandemia del covid-19, "aportó el raciocinio u sosiego en momentos de incertidumbre", según aseguró Losa.

La Delegada añadió que gracias a De la Riva, que atesora 12 medallas y 107 felicitaciones en 42 años de carrera policial, "no hubo en ningún momento sensación de vacío de poder" en el primer confinamiento, que tanta zozobra emocional provocó en la población. Losa agradeció a De la Riva su lealtad y apoyo durante estos años y le invitó a disfrutar de su familia, de su esposa Clara, presente en el acto de imposición de la encomienda, y de sus hijos María y Borja, así como de sus nietos Lucía y Simón, algo que ya había asegurado que haría en la entrevista que concedió a LA NUEVA ESPAÑA.

También el Jefe Superior de la Policía Nacional de Asturias, Luis Carlos Espino, indicó que la condecoración es "más que merecida", ya que en cuatro años y medio "ha dejado un recuerdo imborrable". No en vano, De la Riva es un operativo que ha dejado huella durante su paso por la lucha antiterrorista en el País Vasco o la Unidad de Intervención Policial (UIP), tanto en Asturias como en Madrid, donde tuvo que enfrentarse a retos tan duros como el 15-M.

Un emocionado Anselmo de la Riva, a partir de ahora "ilustrísimo señor", como recalcó la Delegada, pidió en primer lugar por no acudir al acto de uniforme, pero se excusó por el hecho de que aún no le han entregado la placa en la que figura como "jubilado". Añadió que hizo un buen tándem con la Delegada Losa, y que siempre ha sido una persona "positiva", a la que no le gusta "subirse al carro, sino tirar de él". El leonés confesó además que, desde los años ochenta en que fue destinado al País Vasco, su único afán ha sido "servir a España", y que recibir esta condecoración en Asturias "es lo más grande que puede haber". Eso sí, admitió que todos estos años "trabajó muchísimo".