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Lara Paula Fernández Álvarez Bioquímica asturiana, que investiga en el IMDEA Alimentación, en Madrid

"En un futuro podremos desarrollar dietas o suplementos que regulen la expresión del gen de la delgadez y prevenir así la obesidad"

"Hay mucho sobrepeso porque fallamos en los factores ambientales, como el estilo de vida o la nutrición, que representan el 80% de lo que somos"

Lara Paula Fernández Jorge Zorrilla Pascual

La asturiana Lara Paula Fernández Álvarez es una de las descubridoras de una variante genética que predispone a la delgadez y que portan el 60% de los europeos. El nuevo gen, asegura, podría ayudar en un futuro a tratar o prevenir el sobrepeso y la obesidad, que son en España una epidemia. La científica ovetense, que estudió Bioquímica en la Universidad de Oviedo, lleva fuera de la región desde 2004. En Madrid ha desarrollado toda su carrera investigadora: primero en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), después en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols y, finalmente, desde 2014, en el IMDEA Alimentación. 

–Según su investigación, el 60% de los europeos porta una variante genética que predispone a la delgadez. ¿Quiere decir esto que más de la mitad de la población de la UE podría ser delgada? 

–El hecho de ser delgado u obeso es una condición multifactorial. Factores como el estilo de vida, lo que comemos, el ejercicio que hacemos, nuestra genética y la interacción entre todos estos factores contribuye a determinar nuestro índice de masa corporal, que es una medida del sobrepeso y la obesidad. Se estima que nuestros genes contribuyen un 20% en todo esto. Entre estos genes, algunos se conocían ya, y otros como FNIP2 se acaban de descubrir. Un 60% de los europeos portan la variante del gen FNIP2 y tienden a ser más delgados, pero el efecto del gen no se puede desligar de otros factores ambientales, que se estima que contribuyen en un 80% al desarrollo de la obesidad.

–Las estadísticas revelan que cada vez somos más gordos, sobre todo en España. ¿Qué falla?

–Los factores ambientales, es decir, nuestro estilo de vida, nuestra nutrición, lo que comemos, el ejercicio que hacemos, nuestra salud metabólica... Todo ello modula el desarrollo de la obesidad. Nuestra genética determina nuestra susceptibilidad individual, pero todo lo demás podemos modificarlo para prevenir y tratar el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades metabólicas asociadas.

–¿Cómo puede ayudar esta variante genética en la prevención y el tratamiento del sobrepeso y de la obesidad?

–El hecho de que esta variante genética, además, se asocie a una expresión diferencial del propio gen, da esperanzas a su posible regulación. En un futuro y mediante estrategias de nutrición de precisión podremos estudiar cómo determinadas dietas o determinados suplementos nutriciones regulan la expresión de FNIP2 y quizás prevenir y/o tratar el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades metabólicas. 

–¿Por qué ha tardado tanto en descubrirse esta variante genética?

–Muchas de las variantes genéticas asociadas a obesidad se han descubierto en los grandes estudios de asociación en los que se analiza masivamente todo el genoma. Aquí hemos ido al detalle. La clave de nuestro estudio es que se ha centrado en una serie de genes importantes para la señalización de nutrientes dentro de la célula y en una población concreta que teníamos perfectamente caracterizada en IMDEA Alimentación a través de la plataforma GENYAL de Ensayos Clínicos en Nutrición y Salud.

–Lleva desde 2014 en el IMDEA Alimentación. ¿Cuál es su línea de investigación?

–Dentro de IMDEA Alimentación, pertenezco al programa de Nutrición de Precisión y Cáncer donde estudiamos las alteraciones moleculares y metabólicas que se producen en el desarrollo de los procesos oncológicos, así como en las enfermedades crónicas asociadas, relacionadas con la alimentación y la obesidad, con el fin de aplicar estrategias de nutrición de precisión para prevenirlas y mejorar su tratamiento.

–¿En qué otros proyectos científicos está inmersa ahora?

–Nuestro objetivo es la aplicación de la nutrición de precisión en los pacientes oncológicos y en enfermedades metabólicas relacionadas. Para ello, contamos con varios proyectos en esta línea y estamos estudiando el efecto de la genética, el estilo de vida, el metabolismo, la salud metabólica y el papel del sistema inmune, en algunos tipos de tumores, especialmente en aquellos relacionados con la alimentación.

–¿Cómo se ve la ciencia asturiana desde Madrid?

–La ciencia que se hace en Asturias es muy valorada no solo en Madrid, sino también a nivel internacional con numerosos científicos de reconocido prestigio mundial. Y, además, la Universidad de Oviedo es una cantera de científicos que están expandiendo continuamente sus conocimientos y experiencia. La ciencia debe ser algo global: todos juntos y en todos los sitios por un bien común.

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