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"Lo han destrozado todo", clama la dueña de una casa "okupada" en Las Regueras

María Eugenia Estébanez pierde el conocimiento al recuperar su vivienda, tras año y medio de impagos y declararse los inquilinos "vulnerables"

Así le dejaron a una mujer su casa de Santullano unos okupas

Así le dejaron a una mujer su casa de Santullano unos okupas LNE

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Así le dejaron a una mujer su casa de Santullano unos okupas Luis Ángel Vega

María Eugenia Estébanez perdió el conocimiento cuando esta semana pudo por fin acceder a la casa de sus padres, en Santullano (Las Regueras), después de que una familia permaneciese en ella tres años, el último año y medio sin pagar un euro, tras declararse "vulnerables con un hijo de 15 años". "Es la casa de mis padres, para la que estuvieron trabajando toda la vida para retirarse. Lo han destrozado todo, se han llevado todos los muebles que había reunido mi madre, que eran buenos, las camas, la cubertería, hasta los termostatos... Han quemado la cocina. Lo han dejado todo lleno de basura", describe esta mujer, residente en Gijón, que ha hecho una grabación difundida a través de la Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler.

En la grabación se aprecia cómo los inquilinos han dejado el jardín completamente salvaje, de tal forma que el bardial ya sube por las paredes de la casa. También hay un colchón lleno de suciedad y todo tipo de desperdicios. En la cochera no cabe más basura. "A esto no hay derecho, han dejado la casa llena de mierda", dice la mujer en un momento de la grabación. Y, efectivamente, se aprecia que han dejado el felpudo lleno de excrementos, así como el vestíbulo. El camino, embarrado y lleno de piedras. "Todo roto, sin muebles", lamenta la mujer entre lágrima en la grabación.

La vivienda está situada junto a la iglesia de Santullano. Los inquilinos eran una pareja y su hijo adolescente: él arreglaba maquinaria y ella daba clases de inglés y alemán. "Los dos primeros años pagaron el alquiler sin problema. Dejaron de pagar con la pandemia. Les ofrecimos 3.000 euros para marcharse y se rieron de nosotros a la cara, dijeron que el problema lo teníamos nosotros, no ellos. Son parásitos sociales, no tienen nada que perder", se queja amargamente la mujer, que ha iniciado acciones legales por los destrozos causados y los muebles sustraídos. En breve acudirá con la comisión judicial para documentar lo ocurrido. Y es que asegura: "Vamos a llevarlo por lo penal, esto son ganas de hacer daño de forma premeditada. No puedo parar de llorar".

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