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El laboratorio que convierte en realidad las ideas: ocho prototipos recién salidos del horno

Prevenir argayos, detectar ciclistas en la vía, una cerveza creada a partir de la levadura de la fermentación de la sidra o un dispositivo para la recogida de excrementos de mascotas, las funciones de algunos proyectos diseñados por estudiantes, profesores e investigadores

Olumayowa Onabanjo, Sonia María Rodríguez, Manuel González e Iván Graña, con su prototipo «Happy Poo» para la recogida de excrementos. | L. M.

Alejandro García está a punto de finalizar sus estudios de doble grado en Derecho y Administración de Empresas, una temática que, a priori, nada tiene que ver con uno de los ocho prototipos que la Universidad de Oviedo seleccionó para desarrollar en su primer laboratorio de experimentación, realizado en colaboración con el banco Santander. Tras dos semanas de trabajo en el Ecosystem Integration TalentUO, presentó su "Ojo Ciclista APP". Él no es ciclista, sino conductor.

"La idea se me ocurrió porque yo, cuando estuve trabajando un tiempo en un bar en un alto de una carretera rural, tenía todos los días que hacer el trayecto con mi coche, por una carretera estrecha, sin arcén y de doble sentido", explica este joven que ha creado un sistema que alerta a los conductores cuando tienen un ciclista cerca en la vía. "Lo hago por medio de una localización por satélite. El ciclista activa la localización y el conductor recibe la alerta en su móvil avisando de que se va a encontrar con un ciclista 150 metros antes y, luego, otra vez, a los 25 metros", explica. Haber sido seleccionado para este laboratorio le ha permitido ponerse en contacto con informáticos y programadores para hacer realidad su idea. "La idea es desarrollar esta aplicación, hacerla útil y que funcione", dice.

Alejandro García muestra su aplicación «Ojo ciclista». | Luisma Murias

No se quedan atrás los otros siete prototipos: el Centro Social autogestionado "La Armería", que trata de aprovechar el complejo urbanístico de la Fábrica de Armas de Oviedo, desarrollando un espacio multidisciplinar; "Biokomer", una app que desarrolla una cesta de comida saludable a través de la inteligencia artificial, que permite no solo llevar una buena dieta sino ayudar también a las familias a lograr una compra más sencilla y saludable; y también "Happy Poo", un dispositivo para recoger los excrementos de las mascotas de forma que no hace falta tocar la bolsa ni para hacer el nudo, porque el propio dispositivo la cierra. También hubo espacio para la cerveza "Mayada", realizada con levadura de la fermentación de la sidra. "La cepa de levadura de sidra es una cepa autóctona asturiana. Es un producto asturiano al cien por cien; único, y que busca aprovechar los recursos, la economía circular, optimizar el producto y reducir residuos", explican sus autores.

De izquierda a derecha, Carlos Cabo, Ramy Georgious, Ángel Montero y Pablo García, autores del sistema de monitorización basado en un sensor tridimensional que permite detectar pequeños movimientos en una ladera que pueden desencadenar un movimiento de tierras más grande. | Luisma Murias

Los otros tres proyectos son un sistema de monitorización "Lidar low cost", basado en un sensor tridimensional que detecta pequeños movimientos en una ladera o en un talud de carretera, que sirve para prevenir movimientos más grandes de tierra o argayos; "iCardioMonitor", para personas con diagnóstico de insuficiencia cardiaca como recurso complementario a la consulta presencial, para facilitar su seguimiento y monitorización; y "Parantar", un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Innovación y Ciencia de España destinado a estudiar en la Antártida los periglaciares, procesos que suceden una vez que se retiran los glaciares, como explicaron sus impulsores.

Integrantes del grupo de trabajo Parantar, durante la presentación de su proyecto. LUISMA MURIAS

Jesús Fernández, coordinador del Laboratorio de Experimentación, Innovación y Producción Colaborativa, señaló que la incubadora en la que han trabajado, durante 15 días, unas 60 personas, entre estudiantes, docentes, empresarios, emprendedores e investigadores, "se puso en marcha para ayudar a las personas que tienen ideas, pero no saben muy bien cómo orientarlas. Pensamos en crear un espacio de innovación abierta que funcionara también como espacio de aprendizaje cooperativo e interactivo", señaló.

Manuel González, del proyecto "Happy Poo", de recogida de excrementos de mascotas, explica su proyecto a las autoridades universitarias y representantes del banco Santander. LUISMA MURIAS

Fernández aclaró que la selección de estos prototipos se realizó teniendo en cuenta "criterios de calidad y de viabilidad. La Universidad los está apoyando con este programa. Llegaron a este taller de prototipado con unas ideas, que estaban en sus cabezas, y consiguen salir después de dos semanas de intenso trabajo con un diseño hecho a escala y desarrollable porque han pasado, a su vez, por un proceso de evaluación y de validación", explica. La jornada de ayer contó con la presencia, entre otros, de la vicerrectora de Transferencia y Relaciones con la Empresa, Begoña Cueto, la directora del área de Empleabilidad y Emprendimiento, Ana Suárez y, en representación del Santander, Paz Valdés, responsable de instituciones, y Juan Manuel Ballesteros, director comercial en Asturias, que conocieron de primera mano los proyectos..

Los ocho prototipos han sorprendido tanto a los propios participantes como a las autoridades universitarias y del banco de Santander que ayer tuvieron la oportunidad de conocerlos. Si el inicio del artículo comenzaba describiendo con amplitud el Alejandro García, "Ojo, ciclista", también cabe detallar más de los otros siete.

La salud, la seguridad, la originalidad y la preocupación medioambiental

Happy Poo es como llamaron al dispositivo para la recogida séptica de excrementos de mascotas, sus creadores: Sonia María Rodríguez Huerta, graduada en Biotecnología y estudiante de master; Manuel González, licenciado en diseño de producto; Iván Graña, estudiante de Ingeniería Mecánica; Olumayowa Onabanjo, ingeniera química; Inmanol Goikoechea, matemático y fisico, y Javier Bécares, diseñador de producto. Sonia Rodríguez explicaba las bondades de su creación: "Con el dispositivo no hace falta tocar la bolsa ni tampoco cerrarla, ya hace él el nudo, porque tiene un dispositivo de cierre. También cuenta con palo telescópico para personas con problemas de movilidad, para agacharse. Creo que interesa tanto a particulares como a ayuntamientos". dijo.

El diseño no deja de resultar cercano, con una imagen cordial y cómoda. Así lo dice Manuel González: "hicimos una encuesta para valorar su aceptación y resultó ser alta. La gente pagaría por ello. Eso sí, creemos que tiene que estar al alcance de todos y pensamos que el precio de unos 15 euros sería el adecuado. De momento estamos en fase de prototipo y dándole las pinceladas finales".

Ramón Arriscado con su programa y app Biokomer. LUISMA MURIAS

Ramón Arriscado y que estudia en Gijón Comercio y Marketing es el más joven. Con 19 años ha creado la app Biokomer donde a través de unos parámetros que introduce el usuario, el programa le selecciona la dieta de toda la semana. "Nosotros, además, le hacemos la compra en pequeños comercios y se lo llevamos a casa", destaca él quien explica que "la dieta se la establecemos nosotros con inteligencia artifical. Está destinado a un público preocupado por una dieta saludable y también para que las familias que no tengan tiempo para todo ello", dice. Arriscando iniciará el proyecto en Gijón para testar a ver cómo funciona. "Aquí el usuario no sólo encuentra la dieta, también los ingredientes y recetas de cada plato, lo que cuesta cada ingrediente, dónde lo puede comprar y qué más productos interesantes ofrecen en esas tiendas", recuerda.

Por la izquierda Claudio Casella, Paula Cifuentes y Juan José Villanueva, con sus primeras botellas de cerveza Mayada. LUISMA MURIAS

Llama la atención también la cerveza Mayada que bien se puede entender como un emprendimiento nacido en la Universidad de Oviedo pero que se va a desarrollar en la zona rural. Así lo explica Juan José Villanueva, maestro cervecero de la cerveza 1270. "La gente joven cada vez consume menos sidra y más cerveza, y se nos ocurrió hacer una cerveza con la levadura de la fermentación de la sidra". Esto fue posible gracias a la intervención de la biotectóloga Paula Cifuentes y el médico químico Claudio Casella. "Estudiamos la posiblidad de coger una determinada cepa de la levadura de la fermentación de la sidra para hacer una cerveza que sepa a cerveza, y se puede conseguir, explicó Cifuentes. A lo que Casella añadió: "el mayor logro es optimizar todos los procesos. Ayer hicimos la primera producción del lote piloto y vamos a ver qué tal sale. Es una cerveza netamente asturiana al cien por cien, lograda aprovechando los recursos que se tienen y donde tiene prioridad la economía circular, la optimización del producto y la reducción de residuos". Este proyecto está participado por Trabanco y Aguas de Somiedo, según recuerda Villanueva quien anuncia que, de ir todo bien, saldrá al mercado en enero o febrero del próximo año.

Ángel Montero muestra a autoridades universitarios y representantes del banco Santander, el funcionamiento de su sistema LIDAR low cost. LUISMA MURIAS

LIDAR low cost fue presentado por el investigador y profesor de Ingeniería Geomática en Mieres, Carlos Cabo, junto con Ángel Montero, propietario de la empresa NB-Geo (equipos topográficos), y los profesores Ramy Georgious y Pablo García. "Creamos un sistema de monitorización que permite percibir pequeños movimientos en, por ejemplo, laderas y taludes en una carretera, que puedan desencadenar un derrumbe o un argayu. Monitorizar esta zona es sólo uno de los diferentes usos que se le puede dar a LIDAR. Hay alternativas en el mercado que cuestan muchísimo más, 30.000 o 40.000 euros y éste nuestro creemos que se puede sacar por una quinta o décima parte", explica el profesor de Ingeniería Geomática. Montero recordó que "nosotros venimos de la topografía y la ingeniería geomática, y es muy importante lo que logramos porque veníamos con la idea ya medio madura y en estos quince días hemos verificado las partes que nos faltaban, electricidad y los componentes eran nuestro talón de Aquiles y ahora, gracias a este laboratorio, pudimos verificar que el sistema se puede fabricar, que es viable totalmente y que va a funcionar".

Por la izquierda Set Pérez González, Carlota Menéndez , Rubén Martín Mayo y Eva Martínez Pinilla, creadores de iCardioMonitor LUISMA MURIAS

No faltó también otro sistema de relevancia, sobremanera para enfermos cardiacos, llamado iCardioMonitor. Se trata del presentado por Set Pérez González, Carlota Menéndez Pérez, Rubén Martín Mayo y Eva Martinez Pinilla. Fueron precisamente Set González y Rubén Martínez los encargados de explicarlos a este periódico. Se trata de un sistema para personas con diagnóstico de insuficiencia cardiaca puedan registrar una serie de datos en su domicilio que van a un sistema en forma de web map. Detrás de esos datos que registran hay un algoritmo que sirve para detectar empeoramiento o descompensaciones.

Así lo explica el profesor de Medicina Rubén Martín: "El sistema incluye una parte de formación donde a las personas se les explica la importancia del autocuidado y el manejo de dispositivos muy básicos como tensiómetro, cinta métrica, báscula etcétera, esos datos pasan a un formulario que estaría insertado en una wep app de tal forma que pueda ser utilizada desde el móvil, que registra diariamente los dato. El algoritmo creado por el matemático Set González traduce las señales que los cardiólogos indiquen para ello, analizando datos y dando las ordenes de sacar los mensajes de aviso, por ejemplo, a esta persona es conveniente hacerle seguimiento, o bien que se le cite para una revisión yvarias cosas mas. De momento estamos desarrollando el programa para hacerlo manejable y sencillo".

Por la izquierda Vanesa Alvarez, Jorge López y Carmen Casado, creadores del prototipo Centro sociocultural autogestionado "La Armería", el arte de fabricar armas culturales LUISMA MURIAS

También relevante "La fábrica de ideas" surgida de otro gran equipo emprendedor: Carmen Casado Galán, haciendo el doctorado en Historia del Arte y Musicología; Vanesa Álvarez, psicóloga y haciendo un master de intervención interdisciplinar en Violencia de Género y Jorge López, preparando el doctorado en Historia del Arte quienes presentaron el Centro Social autogestionado "La Armería. El arte de fabricar armas culturales", en el espacio que hoy ocupa en Oviedo la fábrica de armas.

"Hicimos una herramienta de comunicación ciudadana que incluye procesos de participación, de tal manera que cada persona que participaba señalaba que actividades le gustaría que hubiese en este espacio. Lo titulamos la fábrica de idea para describir la exposición", dijo Vanesa. Tras captar a lo largo de todo un día a público de todas las edades en una exposición que realizaron al efecto en la sala de Informática, cada cual aportó sus ideas para reorganizar este espacio y darle usos culturales. "Entre las actividades con más demanda están una escuela de artes y oficios, espacios de coworking, huertos ecológicos, espacio para conciertos, una librería pública, una biblioteca, clubes de teatro o salas de danza, entre otras destacadas", señaló Jorge López.

Por la izquierda, Marylin Zulmelzu, Celia Alfonso, Lidia Ferri, Luis Miguel Rebollar y María Isabel Pérez, del proyecto Parantar. LUISMA MURIAS

No faltó tampoco un proyecto de investigación como Parantar, financiado por el Ministerio de Innovación y Ciencia de España, formado por un equipo multidisciplinar de investigadores de la Universidad de Oviedo así como otras universidades nacionales e internacionales. Según explicó la geolóloga Lidia Ferri: "el principal objetivo es estudiar , en una zona de la Antártida, lo que ocurre una vez que se retiran los glaciares, que son procesos que se conocen como periglaciares. Este proyecto tiene una duración de cinco años a desarrollar con tres campañas en el terreno, en la Antártida, donde se va a poner la instrumentación y se va hacer mediciones de cómo es la dinámica de estos ambientes. La idea es conocer un poco más y mejor qué ocurre con las últimas deglaciaciones dentro del escenario que vivimos, con el cambio climático y el calentamiento global del planeta", explicó.

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