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El Gobierno relega el enlace por carretera Asturias-Madrid en favor del País Vasco

El Ejecutivo pide a la UE incorporar la Transcantábrica al Corredor Atlántico, como solicita Vitoria, y deja fuera de la red básica las autovías del Noroeste

El País Vasco ha ganado el "pulso de las autovías" al Noroeste. Así es al menos de momento, al haber solicitado el Gobierno español a las autoridades comunitaria la inclusión de la Transcantábrica (A-8) como infraestructura básica del Corredor Atlántico, manteniendo las conexiones de Galicia y Asturias con Madrid, a través de la autovía del Noroeste (A-6, Madrid-La Coruña) y la autovía Ruta de la Plata (A-66, Gijón-Sevilla, incluidas la "Y" asturiana y la autopista del Huerna), en la red global.

Utilizando un símil futbolístico, la red básica sería la Champions League de las Redes Transeuropeas de Transportes (RTE-T), mientras que la red global sería una liga nacional o una segunda división dentro de las conexiones transfronterizas.

Las consecuencias de la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de atender las demandas del Gobierno de Vitoria y desoír las necesidades del Noroeste son notables: las infraestructuras incluidas en la red básica transeuropea pueden acceder a las primeras convocatorias de ayudas comunitarias, las plurianuales y más jugosas, las multimillonarias, que además, en teoría, deben ejecutarse antes del año 2030. Las infraestructuras de la red global, por el contrario, no tendrán acceso a estas primeras subvenciones europeas y, en principio, solo recibirán ayudas en torno a 2050, y solo en el caso de que se hayan ejecutado ya las conexiones básicas.

El problema es que ya apenas queda tiempo para modificar las propuestas del Ejecutivo central, porque la revisión de las orientaciones de las RTE-T, en la que se decidirá, entre otros asuntos, qué infraestructuras pasan de la red global a la red básica, se realizará los días 5 y 6 de diciembre, durante la reunión del Consejo de Ministros de Transportes de la Unión Europea (UE). Pero es que, además, el pasado miércoles ya se reunió el Comité de Representantes Permanentes de los Gobiernos de los Estados Miembros (Coreper), cuyos integrantes son los que preparan esa reunión.

Los integrantes del Coreper son, además los que en realidad definen los detalles de la reunión ministerial; entre ellos, el diseño de las redes de transportes. Pero lo hacen siempre en función de las peticiones de los diferentes gobiernos. Traducido: pueden rechazar alguna propuesta gubernamental, pero solo introducen cambios si lo solicitan los gobiernos.

Algunos expertos españoles del sector del transporte han realizado en los últimos meses gestiones para que en la revisión de las orientaciones de las RTE-T se eleve el nivel de las autovías A-6 y A-66 y que pasen de ser "globales" a "básicas". También solicitaron que se incluyera como infraestructura básica la Zalia, que no aparece ni siquiera como "global" en las RTE-T, lo que implica que no existe para las autoridades de Bruselas. Estos técnicos no obtuvieron ninguna respuesta a sus demandas, ni de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, ni de otros organismos estatales consultados. El departamento que capitanea Alejandro Calvo tampoco ha querido aclarar a este periódico si ha propuesto o va a proponer al Gobierno central que solicite a la UE la inclusión de la A-66, la A-6 y la Zalia en la red básica de las redes transeuropeas.

Los especialistas del sector del transporte y la movilidad subrayan la "incoherencia" de que infraestructuras "importantes" del Corredor Atlántico, como las conexiones por carretera de Galicia y Asturias con Madrid, no figuren en la red básica, "cuando su esencia es ser multimodal". Este periódico ha averiguado la razón: el Gobierno de España no ha pedido la UE incluir en la red básica ni la A-6 ni la A-66, pero sí elevar el estatus de la Autovía del Cantábrico e incorporarla al Corredor Atlántico, según confirmaron fuentes de la Comisión Europea.

Desde Asturias, la Plataforma Tecnológica de Túneles Pajares (PTTP) envió el pasado 4 de marzo de 2022 un escrito al coordinador de Proyectos Transfronterizos para la Península Ibérica, Carlo Secchi, en el que resaltaba que la necesidad de incluir las autopistas del Noroeste en la red básica, pero la respuesta fue que no era posible si España no lo pedía. Diferentes entidades, incluidas la PTTP, han solicitado desde entonces –algunas, incluso, lo reclaman desde hace años– al Gobierno del Principado y al Ministerio que soliciten la inclusión de las autovías que comunican Galicia y Asturias con Madrid en la red básica transeuropea, pero al menos hasta el pasado día 23, cuando se reunió el Coreper, no se había hecho.

La explicación de los conocedores del sector y de las fuentes consultadas en Bruselas coincide: la inclusión de la Transcantábrica en el Eje Atlántico es "lo que interesa al País Vasco". Con un añadido: la A-8 ya es una infraestructura básica, aunque no pertenece al Corredor Atlántico, con lo que si Bruselas acepta la petición del Gobierno español se lograría "muy poco". Pero al País Vasco le viene "muy bien" por varias razones.

Primera, porque, como ya tiene resuelta su conexión por carretera con Madrid y sus autopistas y autovías pertenecen al Corredor Atlántico, daría un nuevo paso adelante con la inclusión de la Transcantábrica, pues permitiría acaparar buena parte de las mercancías del Noroeste en el puerto de Bilbao.

Y segunda, porque al quedar las autovías y autopistas gallegas y asturianas fuera de la red básica transeuropea, el País Vasco evitaría la competencia de esas comunidades autónomas, pues en la actualidad la única autovía del Corredor Atlántico extendido al Noroeste incluida en la red básica es la A-1, que pasa por Burgos y el País Vasco. Una circunstancia que los expertos consultados califican de "llamativa y sorprendente".

Pero ¿qué ventajas tiene pertenecer a la red básica de las RTE-T? En el caso de las carreteras, por ejemplo, que los gobiernos y las empresas pueden acceder a importantes ayudas europeas para proyectos relacionados con la digitalización, la instalación de estaciones de carburantes alternativos para vehículos de emisión cero, los sistemas de carreteras eléctricas, los puntos de carga ultrarrápidos y de alta potencia, las plataformas de itinerancia electrónica y los sistemas y rutas de transporte inteligente, entre otros.

Los presidentes de las patronales del Noroeste, por su parte, reclaman unidos la atención de los gobiernos y el apoyo de toda la sociedad. Aseguran que la extensión del Corredor Atlántico al Noroeste no es "una aspiración localista", sino "un proyecto de país". Rechazan que el Noroeste se convierta en la "zona menos desarrollada" de una "España a dos velocidades".

La presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), María Calvo, asegura que el desarrollo de la sección Noroeste del Corredor Atlántico ayudará a "impulsar la competitividad del tejido empresarial", a no tener que "renunciar a la industria" y a "retener y atraer población" para lograr una Asturias "habitada y viva". De ahí su llamamiento para alcanzar el consenso "por encima de los colores políticos y de las ambiciones particulares". Con ese objetivo, señala que los empresarios están dispuestos a librar "todas las batallas". "Estar en la red básica es equivalente a ser o no ser", destaca.

Javier Cepedano, presidente de la Federación Leonesa de Empresarios (FELE) y de la Plataforma Atlántico noroeste, hizo un llamamiento a la unión frente al "abandono que sufre el Noroeste, que "ha sido y sigue siendo el eterno olvidado en las inversiones públicas". Pide el apoyo de todos los agentes políticos, sociales y económicos, como el que reciben "otros territorios", en clara referencia al Corredor Mediterráneo. "Exigimos las mismas oportunidades para el Corredor Atlántico que las que recibe el Eje Mediterráneo. No queremos ser más que nadie, simplemente no queremos ser menos", concluye".

José Manuel Vieite, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, llamó a no perder la "gran oportunidad" que los fondos europeos suponen para reactivar el Noroeste, "pero para ello el Gobierno de España debe defender el Corredor Atlántico con el mismo nivel de compromiso y entusiasmo que el Mediterráneo", insiste. Para ello considera urgente definir el Plan director del Corredor Atlántico y que el Gobierno central nombre el comisionado, como prometió hace ya cuatro años.

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