Líndez, contra el "constitucionalismo de boquilla": "Las leyes no se aman, se acatan"

El presidente de la Junta aboga por acometer cambios que acomoden el texto "a los nuevos tiempos" para no perder "el nexo con la ciudadanía"

Marcelino Marcos Líndez, con Adrián Barbón a su lado, durante el acto conmemorativo del Día de la Constitución en la Junta.

Marcelino Marcos Líndez, con Adrián Barbón a su lado, durante el acto conmemorativo del Día de la Constitución en la Junta.

"Menos autoproclamación constitucionalista y más acatamiento". Para la víspera del Día de la Constitución, el presidente de la Junta General del Principado eligió este lunes un discurso de alto contenido político que activó una carga contra el manoseo y mal uso del concepto "constitucionalismo", que "se ha convertido en una de las armas arrojadizas preferidas para algunos de los que estamos en política", lamentó. Antes de terminar pidiendo más vocación de acatar la Carta Magna que de arrogarse su defensa en solitario, y entreverando su alocución de ejemplos de usos equivocados de esta etiqueta muy explotada en los últimos tiempos por las derechas, Marcelino Marcos Líndez cargó contra aquellos que "incluso se sienten legitimados para decir quién es patriota y quién no lo es; quién es buen español y quién no; quién es constitucionalista y quién no". "Yo, a algunos, les pediría que modularan su enfervorecido constitucionalismo", remató, antes de constatar que "autoproclamarse constitucionalista se ha puesto tan barato, hoy día, que algunos, incluso sin leerla ni comprenderla, se permiten señalar los límites de su defensa".

Con el presidente del Principado, Adrián Barbón, cabeceando sonrientes asentimientos a su lado, Marcelino Marcos Líndez se dirigía en el Parlamento a un auditorio en el que estaban, entre otras "fuerzas vivas", portavoces parlamentarios y diputados de todos los grupos salvo de Vox y de Podemos. Se preguntó entonces "¿qué es ser constitucionalista?", o si todos los que dicen serlo lo son en realidad, y vino a concluir que el respaldo de la norma básica de convivencia del país "debería ser algo natural, habitual y cotidiano, casi como ser español, sin necesidad de proclamaciones, exaltaciones, autojustificaciones o actitudes excluyentes". Sin embargo, tras trazar el catálogo de los que se dicen "constitucionalistas", llegó al lugar en el que están aquellos que "dicen que lo son y no lo parecen". Porque no lo parecen "aquellos que se apoyan en ella para perseguir intereses particulares o partidistas". El mensaje del diputado socialista adquiere contexto en este momento de rebrote de los ecos del conflicto independentista catalán de la mano de la reforma del delito de sedición que promueve el Gobierno, de elevación paulatina de los decibelios de la crispación en la vida política española, de acusaciones cruzadas con la Constitución por delante...

Sin mencionar a Vox, Marcos Líndez arremetió también contra quienes sostienen la actitud "a mi entender poco constitucionalista" de "enarbolar la bandera constitucional y decir que se deben eliminar las comunidades autónomas para volver a la ya superada centralización del Estado", y encontró la clave de bóveda del asunto en el acatamiento. "Algunos son constitucionalistas porque, incluso sin creer demasiado en la Constitución, la acatan", proclamó. "Las leyes y la Constitución no están para amarlas, sino para acatarlas, y creo que el acatamiento es el principal criterio, sino el único, para saber si alguien es constitucionalista o no", concluyó. Por si no hubiese quedado claro, el Presidente de la Junta repitió que su receta consiste en "menos proclamar de boquilla que soy constitucionalista, utilizando este término como seña de identidad y como arma arrojadiza en la contienda política, y más cumplimiento de los mandatos que emanan de la Carta Magna y de las leyes".

Sentada, pues, la conclusión de que también se puede respetar y defender el texto queriendo cambiarlo, el discurso llegó a la zona recurrente de todos los años por estas fechas, la reforma constitucional. Pidió, llegado a este punto, cambios constitucionales, "pero no para acabar con el Estado social y democrático de derecho, sino para perfeccionarlo y acomodarlo a los nuevos tiempos. Se trata de avanzar siguiendo el mismo camino trazado en 1978, no de seguir en eso que se conoce como ‘el equilibrio de Nash’, es decir, no hacer nada hasta estar seguro de lo que harán los demás". Marcos Líndez justifica esta opción a favor de la adaptación del texto en la constancia de que una constitución "nunca puede ser indiferente a las categorías espacio y tiempo" o en la sentencia de que "el poder democrático nunca se puede relajar. Tiene que mantener la tensión y el pulso que le marca la sociedad. Si no lo hacemos, la erosión de la confianza de los ciudadanos continuará en aumento". "No es conveniente que la Constitución pierda el necesario nexo con la ciudadanía por no abordar reformas necesarias", subraya.

Queja de Vox

Mientras tanto, en los exteriores del edificio parlamentario, el portavoz de Vox en la Junta decía que no participaría en una conmemoración que calificó de "farsa". Alineándose con la postura que su partido ha expresado en el ámbito nacional, Ignacio Blanco afirmó que no compartirá actos institucionales "con quienes atentan con nuestra Carta Magna", en referecia al PSOE. "Nosotros sí defendemos la Constitución, aunque haya aspectos que no nos gustan, pero no la mancharemos acudiendo a fiestas con quienes la violan y buscan destruirla", señaló. A su juicio, el gobierno de Pedro Sánchez "está promocionando activamente la ruptura de la unidad nacional y el enfrentamiento entre compatriotas con sus constantes cesiones a sus socios separatistas y filoetarras, a quienes ha entregado la dirección política del gobierno".

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