Valdés planta cara al INE a toda costa

El litoral suma población y actividad al alza: "Hay más de cien empleos sin cubrir", dice el Alcalde | Los vecinos lamentan ir a menos: "Navia nos ganó"

Pedro Rodríguez y Gregorio Fernández, jubilados de la pesca y del comercio, respectivamente, en el puerto de Luarca; al fondo, el barrio del Cambaral, de donde es el primero. | Fernando Rodríguez

Pedro Rodríguez y Gregorio Fernández, jubilados de la pesca y del comercio, respectivamente, en el puerto de Luarca; al fondo, el barrio del Cambaral, de donde es el primero. | Fernando Rodríguez / Mariola RieraM. Riera

Mariola Riera

Mariola Riera

"La gente se fue y se va de aquí porque no hay alternativas de empleo", explican en las calles de Luarca los vecinos cuando LA NUEVA ESPAÑA les pregunta, así sobre la marcha, por qué su concejo, Valdés, es el cuarto de España –de los de más de 10.000 habitantes– que más población ha perdido en la última década (2011-2021), según el Instituto Nacional de Estadística (INE). "Es una equivocación decir eso. Ahora mismo en Valdés hay más de 100 empleos sin cubrir. El desafío no es la falta de empleo, sino de trabajadores", espeta rotundo y convencido el alcalde, Óscar Pérez, nada más entrar por la puerta de su despacho cuando este periódico le da cuenta de las reflexiones de los valdesanos.

Son dos formas de ver las cosas. El Regidor, de 33 años, ve la botella medio llena de proyectos empresariales en turismo, servicios, comercio, pequeña industria. Sus vecinos –mayores y jóvenes– la ven medio vacía, cada vez más, porque creen que no hay "una gran empresa sólida que genere muchos puestos de trabajo" en el concejo y permita a los que son de Valdés quedarse y a otros elegir este territorio para asentarse; "como en Navia, aquí al lado, que nos ha comido la tostada, nos ganó", lamentan.

Mejor ir por partes.

El Alcalde quiere desarmar la percepción de su gente y restar importancia a las estadísticas del INE "a toda costa", una buena expresión que resume su determinación y también su análisis, porque sostiene Óscar Pérez que Valdés son dos concejos en uno –más allá de las líneas que delimitan en el mapa político de Asturias sus fronteras– y que en la franja costera que se extiende a uno y otro lado de la autovía del Cantábrico no es aplicable eso de la sangría poblacional y, por consiguiente, de la falta de actividad y riqueza.

Pedro Rodríguez y Gregorio Fernández, jubilados de la pesca y del comercio, respectivamente, en el puerto de Luarca; al fondo, el barrio del Cambaral, de donde es el primero. | Fernando Rodríguez

Óscar Pérez, ante el mapa del concejo, en su despacho del Ayuntamiento de Valdés. | Fernando Rodríguez / Mariola RieraM. Riera

"Todo lo contrario", asegura. "En esta franja costera estamos hablando de que se concentra el 75% por ciento de la población aproximadamente", explica. Acto seguido coge un mapa y traza una línea que separa esa franja costera del resto de la zona interior del municipio, quizás unas tres cuartas partes del territorio. "Aquí estamos hablando de muchos pueblos dispersos, con pocos vecinos, donde se pierde población. Eso lastra las estadísticas de Valdés, que serán negativas durante mucho tiempo en cuanto a población, pero la realidad es otra, más positiva", asegura.

Él tiene sus propias cifras: las últimas del paro, un 9,3% en octubre, tres puntos por debajo de la media regional, la más baja desde 2008; las del Valdés costero, dinámico, con un polígono industrial con 200 empleos, un sector forestal próspero y uno turístico que crece (hay cuatro hoteles en proyecto); los más de 100 empleados en la pesca (75% inmigrantes)... "Este territorio marcha, hay actividad. En el interior, es otra cosa, ahí necesitamos el apoyo del resto de administraciones, de la Unión Europea para poder frenar el declive poblacional", insiste convencido el regidor, quien se niega a ver la cercanía por autovía de Avilés o Navia como una desventaja. "Estar a 10 minutos de la zona industrial del río Navia es también muy positivo porque atraemos población de obreros industriales por los buenos servicios públicos y la capacidad medioambiental. Hay mucho trabajo a escasos 10 minutos", razona.

Óscar Pérez, ante el mapa del concejo, en su despacho del Ayuntamiento de Valdés. | Fernando Rodríguez

Mari Valdés y Maruja Pérez, en el mercado, en el centro luarqués. | F. R. / Mariola RieraM. Riera

Para rematar invita a mirar por la ventana de su despacho a una plaza a rebosar de gente y actividad. Lo cierto es que Luarca, en un miércoles soleado y algo frío de diciembre, está animada, hay ambiente y bullicio. Es día de mercado y la Navidad está a la vuelta de la esquina, lo que alegra las compras. "Pero somos todos jubilados", avisan Pedro Rodríguez y Gregorio Fernández. El primero está retirado de la mar, esa mar que generó décadas atrás un sector próspero que llenaba de barcos el puerto y de peces la rula. "Fue a menos y los jóvenes no se quieren dedicar a ella; es dura, pero ahora no tanto como antes". Su hijo es uno de los que se fue a estudiar, a Gijón, donde hace su vida. A Gijón también se fue el propio Gregorio, ya en 1963, donde trabajó de comercial. Se retiró y ha vuelto a Luarca. Pero sus dos hijos no.

Ellos sostienen, como José Carlos Fernández, trabajador en la rula e hijo del antiguo subastador José Ángel, que la cercanía de Navia, además de Avilés, tiene parte de la culpa de que la gente se vaya: allí hay, dicen, gran industria (Ence, Reny Picot, Arcelor...) que genera más alternativas. "De mi generación pocos están aquí", señala Fernández, nacido en 1984.

Mari Valdés, 77 años, y Maruja Pérez, 91, comparten este relato: "Si no hay trabajo, pues la gente se nos va". Pero también tienen esperanza: en camino viene para Mari un bisnieto, que será también familia de su amiga Maruja, pues ambas tienen parentesco. "A ver si puede crecer, trabajar y vivir aquí. Sería bonito. No hay que tirar la toalla", concluyen. Porque, diga lo que diga el INE, no todo está perdido para Valdés. Ni mucho menos.

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Valdés es, con sus 353,5 kilómetros cuadrados, el cuarto concejo en extensión mayor de Asturias. Es un concejo, explica su Alcalde, que crece a dos velocidades. En la costa todo es más fácil, el interior no pinta bien con pueblos ya vacíos y otros, a punto. Pero el interior representa casi tres cuartas partes. Para este territorio, limítrofe con Tineo, Óscar Pérez tiene un plan: hacer de Trevías, su villa más grande, una especie de "capital" secundaria, el centro en torno a lo que gravite toda la zona, comercio, servicios... "Quiero una escuela de hasta tres años allí", dice. ¿Pero hay niños? "Quizás ahora unos 10, pero si abre una escuela infantil, eso anima y atraerá vecinos". También quiere el Alcalde que esa gran mancha interior del concejo sea incluida en el famoso Plan del Suroccidente que maneja el Principado, destinado a Cangas del Narcea, Degaña, Tineo, Allande, concejos alejados del centro asturiano y famosos por su despoblamiento. "Es que el sur de Valdés es Suroccidente, sufre lo mismo y necesitamos de ese plan y ayuda de otras administraciones, de la UE para trazar un camino y desarrollar iniciativas", zanja.

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