Responsables de la EBAU en Asturias piden acabar con el modelo fácil del covid: "Es perverso"

Los coordinadores asturianos exigen al Ministerio, ante el diseño de la futura selectividad, que "no diluya las materias en una prueba general"

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

Un sector de los profesores responsables de la EBAU en Asturias pide endurecer la prueba de acceso a la Universidad de este año y volver al modelo precovid. Serafina García, directora del departamento de Filología Española de la Universidad de Oviedo y coordinadora del examen de Lengua Castellana y Literatura, es una de las voces críticas con la flexibilidad que se introdujo en la Selectividad a raíz de la pandemia. "Ese modelo, que pudo haber tenido algún sentido en 2020 por las dificultades en la impartición de la materia en el segundo semestre de ese año, ya debería haberse eliminado en cursos posteriores y se debería haber vuelto al examen anterior", defiende.

Según García, son "muchísimos" los docentes de Secundaria que opinan lo mismo. La filóloga advierte de que desde 2020 el modelo de examen es "perverso" en el sentido de que "se ha pervertido el concepto de opción, dado que los alumnos pueden seleccionar las dos preguntas alternativas de una materia hasta completar la puntuación total de la prueba". Se refiere la experta a que la EBAU covid incluye más preguntas a elegir, de forma que los alumnos pueden descartar contenidos fundamentales o, lo que es peor, ni siquiera prepararlos para el examen. Aplicado a Lengua, por ejemplo, los bachilleres podrían sacar la máxima nota habiendo omitido el análisis sintáctico o el ejercicio de literatura. Es a todas luces una prueba más fácil y así lo confirman los estudiantes y las estadísticas.

Desde 2020, la EBAU no ha parado de batir récords. En junio, el 96,67% de los estudiantes que hizo la prueba (más de 4.000) la superó con una nota media de 7,639. Se trata del porcentaje de aptos más alto de la historia, pues en 2021 (que se ya había tocado techo) hubo un 96,41% de aprobados. En julio pasó otro tanto de lo mismo, con un 81,05%.

No obstante, hay quienes piensan que en este 2023 habría que mantener el modelo covid, como Francisco Martín, que es profesor titular del departamento de Filología Inglesa, Francesa y Alemana y coordinador de la materia de Inglés en la EBAU. "Considero que lo más adecuado y sensato sería mantener el formato de pruebas de estos últimos años, en el que se introducen mecanismos de flexibilidad y de capacidad de elección de preguntas en todas las pruebas. Recuérdese que los alumnos que harán la EBAU en 2023 han cursado parte de su Educación Secundaria Obligatoria (parte de 3º y todo 4º) en plena pandemia y confinamiento", reflexiona.

La prueba del futuro

En cualquier caso, cómo será la prueba de 2023 está todavía por definir. Antes Asturias realizará un ensayo de la nueva EBAU, que se implantará de forma plena en 2028 y hasta entonces y a partir de 2024 habrá una aplicación gradual, con la incorporación de ejercicios competenciales de acuerdo con la LOMLOE. En toda España participarán 2.000 alumnos y algunos de ellos son de la región. Según ha adelantado la Consejería de Educación, el examen piloto se realizará en cinco centros del Principado en los primeros meses del año. El fondo de la prueba es de momento una incógnita, pues el Ministerio de Educación ha dado marcha atrás tras las críticas de los expertos y negocia el diseño de la futura Selectividad. Los coordinadores asturianos piden que se respeten las pruebas específicas de cada materia en vez de "diluirlas" en un examen generalista como sería la prueba de madurez que plantea el equipo de Pilar Alegría.

En concreto, el Ministerio abogaba por establecer una prueba con cuatro ejercicios: uno sobre la materia de modalidad elegida por el alumno, dos de ellos sobre las materias comunes de Historia de la Filosofía e Historia de España, y el cuarto evaluaría las destrezas asociadas al ámbito lingüístico. Todo eso tendría un peso del 75% a partir del curso 2026-27 (del 25% desde 2024) y el 25% restante quedaría para un ejercicio específico sobre la materia de modalidad elegida por el estudiante. Presentada esta propuesta, los coordinadores del examen de Lengua de la EBAU de toda España pusieron el grito en el cielo y acusaron al Ministerio de "esconder una reducción inadmisible de contenidos" y de provocar con ello que los estudiantes saliesen siendo "más ignorantes". Con su protesta, de momento, han conseguido el aplazamiento de un año en la implantación total de la nueva EBAU y se han reabierto las negociaciones para construir una selectividad desde el diálogo.

"La propuesta inicial de modificación de la EBAU del Ministerio estaba tan alejada del modelo anterior (desaparecía el examen de Lengua Castellana y Literatura como prueba diferenciada) que es imposible opinar sobre cómo debería ser el proceso de ahora en adelante. No sé cómo tienen pensado practicar la gradualidad de la que hablan, porque no sé ni cuál es el término de partida ni el de llegada", critica Serafina García. En relación a Inglés, una de las pruebas obligatorias para todos los alumnos, Francisco Martín pide igualmente mantener las pruebas lingüísticas como específicas en la fase general, es decir, como hasta ahora "y no diluir la evaluación en una prueba interdisciplinar de madurez general donde todo lo lingüístico quedaría seriamente comprometido y desvirtuado por completo".

Por otro lado, Martín considera "desconcertante" el hincapié que se hace en que la nueva EBAU tendrá que ser competencial. "En este momento, la mayoría de las pruebas ya responden a un modelo que mide las competencias de los alumnos. En consecuencia, no resultaría necesario introducir grandes cambios", comenta. El responsable de la EBAU de Inglés avisa de que "cualquier cambio de calado que pretenda hacerse en la nueva Selectividad tendría que incluir una hoja de ruta de cambios progresivos desde la ESO, curso a curso". "Dar un giro de timón de un año para otro sería demoledor, catastrófico", advierte.

En los primeros puestos

Atendiendo a las estadísticas del Ministerio de Universidades, los alumnos asturianos están entre los que mejores notas sacan del país en la EBAU. Algunos ejemplos: Asturias es la comunidad con más estudiantes con sobresaliente en la fase general de la prueba (un 12,9%); solo Murcia tiene más porcentaje de jóvenes que el Principado que acceden a un grado universitario con un sobresaliente (un 21% frente a un 19,6%); es la quinta región, empatada con Aragón y Castilla La Mancha, con más nota media obtenida en el Bachillerato (un 7,9); y es la quinta también con una calificación media más alta en la fase general de la EBAU (un 7,1).

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