El momento amargo de la miel asturiana: "Nos hunden los precios"

“España se convierte en el sumidero europeo de miel ‘low-cost”, denunciado los productores asturianos

V. M.

Los productores de miel asturiana se movilizan ante una situación que consideran crítica. Este viernes han celebrado una concentración ante la Delegación del Gobierno, en la ovetense plaza de España, para hacer visible la “crítica situación” que atraviesa el sector. Se produce miel en Asturias de gran calidad, pero la procedente de China invade el mercado, obliga a bajar precios e incluso se vende como nacional. “España se convierte en el sumidero europeo de miel ‘low-cost”, han denunciado los productores.

Según datos expresados por el sindicato Coag, “nuestro país registró en 2022 cifras récord de importación, mientras que la miel autóctona rebosa en los almacenes ante el bloqueo generalizado de las operaciones comerciales por parte de la industria”, señalan los productores.

Manuel López, responsable del sector apícola de Coag, asegura que “la industria se abastece de miel de baja calidad de terceros países y triangulada a través de países europeos, hunde nuestros precios y los sitúa en niveles por debajo de los costes de producción”. Al mismo tiempo, sostiene, el sector ha quedado fuera de las ayudas del Gobierno de España a través del Ministerio de Agricultura para paliar el impacto de la guerra de Ucrania. Así, no gozaron de los 20 céntimos de descuento en el gasóleo. “Todo ello, en un año en el que la sequía ha reducido a la mitad la cosecha de miel”, asegura.

A lo largo de esta semana, los productores se han movilizado en todo el país para exponer su grave situación y reclamar medidas de apoyo.

El problema de la “miel extranjera”

Según Coag, entre enero y noviembre de 2022 se han importado por parte de las industrias españolas envasadoras un total de 35.260 toneladas de miel. Esta cantidad ya supone 3.633 toneladas más que lo importado en todo el año 2021 y 3.009 toneladas más que en todo el año 2017, que fue el año récord de importaciones en España hasta ahora.

Por todo ello, los productores piden al Ministerio que conceda ayudas directas por colmena al sector apícola profesional para poder superar este grave momento de crisis “al igual que se han otorgado a otros sectores para paliar los efectos de la guerra de Ucrania”. Según Coag, estas ayudas directas ayudarían a compensar parcialmente el sobrecoste de mantenimiento de las colonias de abejas y la pérdida de producción, en un contexto de grave crisis de mercado. En concreto, el sindicato pide una ayuda de 10 euros por cada colmena cejsada a fecha 1 de enero del 2022 y gestionadas por ATP, con un límite de ayuda por explotación de 1.000 colmenas.

También pide que se incluya al sector apícola profesional entre los sectores a los que se prorroga en 2023 la ayuda de 20 céntimos por litro de gasóleo. “En las explotaciones apícolas profesionales, tanto estantes como trashumantes, el combustible es uno de los costes de producción que condicionan más la cuenta de resultados”, señala el sindicato.

Asimismo, los productores también reclaman medidas legislativas y menos burocracia. “Rechazamos las nuevas exigencias burocráticas que quieren imponerse a las explotaciones apícolas españolas”, en especial todo lo relacionado con los reales decretos de trazabilidad, identificación y registro de determinadas especies animales así como de veterinario de explotación y plan sanitario integral. “Estas exigencias que, sin duda, pretenden únicamente facilitar el trabajo de la Administración, no aportarán ninguna mejora a las explotaciones apícolas y las personas consumidoras, mientras que perjudicarán enormemente a las explotaciones apícolas familiares y profesionales” sostienen los apicultores.

También piden que se autoricen nuevos medicamentos (eficaces) contra la varroosis, una enfermedad parasitaria endémica que diezma las colmenas.

Por último, reclaman que España aproveche su próximo periodo de presidencia en el Consejo de la Unión Europea para impulsar una modificación de la Directiva de Miel y el Código Aduanero de la Unión. “El objetivo es que el verdadero origen de las mieles comercializadas en España se refleje correctamente en su etiquetado”, asegura el sindicato, que pide, además un mayor control de la calidad de las mieles importadas, así como de las posibles adulteraciones y de la miel envasada en el mercado interior en España.

Estas circunstancias que llevan a los productores españoles a vender a bajo precio y no dar salida a su producto “es una práctica desleal inaceptable que no puede convertirse de facto en una amenaza estructural en cada campaña apícola”, sostiene Coag.

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