EL CISMA QUE ROMPIÓ A LA DERECHA ASTURIANA CUMPLE 25 AÑOS (III)
Protagonistas de la ruptura interna del PP regional reconocen que se pasaron "todos los límites": "Nadie pensó en Asturias"
"Mucha gente tenía en la cabeza las elecciones de 1999 y Sergio Marqués se había convertido en un obstáculo", asegura uno de los protagonistas

Sergio Marqués y Francisco Álvarez-Cascos, en un acto en Gijón en mayo de 1998, flanqueados por el Rey Juan Carlos y Gema Ruiz Cuadrado. | LNE / Juan A. ArduraJ. A. A.,
"Diputados del Grupo Popular que estaban muy a menudo en la consejería de Fomento se convirtieron de un día a otro en la punta de lanza contra el Gobierno de Marqués, con acusaciones de corrupción. No tenía ni pies ni cabeza". Uno de los integrantes del primer gobierno del PP en Asturias, tras 12 años consecutivos de Ejecutivos socialistas, resume la desazón que se apoderó en apenas unos meses de un equipo que, con toda pronóstico, navegaba viento en popa hacia las elecciones autonómicas de 1999.
"En el PP de Asturias mucha gente tenía en la cabeza las elecciones de 1999 y Sergio Marqués se había convertido en un obstáculo", apunta uno de los protagonistas, muy a su pesar, del cisma que dio al traste con el primer gobierno de la derecha en el Principado. Y abunda en la teoría de que el acoso al Gobierno autonómico empezó en realidad cuando el paso del diputado Antón Saavedra al Grupo Mixto de la Junta General dio primero al traste con la moción de censura prevista para el final de la primavera de 1996 y luego facilitó la aprobación de unos Presupuestos autonómicos que permitían al Ejecutivo de Marqués la consecución de los recursos económicos necesarios para desplegar todos los planes que tenía en mente aquel primer, y hasta ahora, único Gobierno del Partido Popular en Asturias.
Otro de los integrantes del equipo de Marqués recuerda que había dinero abundante en las arcas autonómicas para sacar adelante obras de carreteras y saneamientos por ayuntamientos a lo largo y ancho de Asturias: "El PP tendría que haber hecho un homenaje a Avelino Viejo porque cuando fue concejal de Economía del PSOE en Oviedo dejó en las arcas municipales 1.000 millones de pesetas cuando llegó Gabino de Lorenzo de alcalde para poner en marcha los famosos planes de choque, y en el Principado, donde fue consejero de Hacienda en el gobierno de Trevín, dejó 11.000 millones".
"Todo iba bien y empezó a haber problemas justo cuando el Gobierno de Marqués, que muchos pensaban que no iba a pasar del año, empezó a sacar adelante los proyectos. Entonces cada uno pensó en sus ambiciones políticas y objetivos personales, pero nadie pensó en Asturias. Y una vez pasada la frontera en aquel enfrentamiento, se saltaron todos los límites y se provocó mucho dolor, no solo a los políticos", resume uno de los integrantes de aquel Gobierno que se resiste a pasar facturas personales a la vuelta de 25 años. "No tiene ningún sentido ya", concluye.
Rato: "Aquí no estuvimos muy acertados ninguno"
El enconamiento y la magnitud del enfrentamiento entre el Gobierno de Marqués y el partido que dirigía Álvarez-Cascos disgustó a "pesos pesados" del partido de la época, como fue el caso del entonces vicepresidente económico, también de origen asturiano, Rodrigo Rato. Aunque en sus declaraciones públicas trataba de aminorar el impacto de la crisis, en "petit comité" sí dejó patente su inquietud por el cisma. "Menuda armasteis", comentó con motivo de su asistencia, en el verano de 1998, a la inauguración del parador de Villanueva, en Cangas de Onís, donde también estaban los, a la postre, dos grandes antagonistas de aquel conflicto. "¿Cómo no lo arreglasteis en Madrid?", contestó, con pregunta añadida, un dirigente del partido en Asturias al vicepresidente económico. "Aquí no estuvimos muy acertado ninguno", respondió Rato cuando la crisis todavía tenía por delante episodios de alto coste político para el PP regional. Desde el otro lado del frente de aquella guerra también sostienen que en la cúpula de Génova hubo cargos que "no tuvieron mucho interés en propiciar una solución pacífica para erosionar y desgastar al ‘general secretario’", el sobrenombre con el que era conocido Cascos por sus propios compañeros de partido. "Aquella crisis le costó la vicepresidencia del Gobierno a Cascos", sostiene un exconsejero de Marqués.
"Con lo que tú hiciste por José María, no lo mereces"
Después de la crisis del PP asturiano Francisco Álvarez-Cascos dejó de ser, sucesivamente, secretario general del PP, el "número dos" orgánico y vicepresidente del Gobierno. Al parecer, el propio Aznar negó que le hubiera apartado de las tareas orgánicas, asegurando que fue el propio Cascos quien le dijo que ya había cumplido un ciclo de una década en ese cargo. En cambio, el relevo en la Vicepresidencia del Gobierno debió resultar bien distinto, a tenor del comentario que hizo Gema Ruiz Cuadrado, por entonces su esposa, en una sobremesa: "Con lo que tú hiciste por José María no lo mereces". Sin embargo, en las filas del PP asturiano agradó, y mucho, su nombramiento como ministro de Fomento. "En la etapa de Arias-Salgado quedaron pendientes muchas obras de Asturias y si no estás tú, no salen adelante", le animaron algunos dirigentes regionales. "Por eso el inicio de las obras de la Alta Velocidad estaba tan verde en 2004, porque no se había hecho nada en la etapa anterior de Arias-Salgado", añaden. Y es que algo que coinciden hoy tanto los más fieles a Marqués como los que se alinearon con las consignas de la dirección frente a aquel primer gobierno regional del PP: que "sin el empuje de Cascos a toda la tramitación el AVE no se habría hecho nunca. Si no se llega a poner esa dovela, no se hace la Variante".
Moción de censura condenada al fracaso en plena fundación de URAS
Los meses que discurrieron entre el otoño de 1998 y el invierno de 1999 distanciaron definitivamente a los que habían sido compañeros de partido, confidencias, viajes y sobremesas. "Al final ya era una cuestión de supervivencia, pura y dura, había que ganar al partido de Marqués, aunque fuera por un escaño, para que no nos llevara por delante al PP de Asturias", argumenta uno de los cargos populares de la época, quien reconoce el temor que inspiraba "un Gobierno regional que había tratado muy bien a los ayuntamientos, con muchísimas obras ejecutadas". El Grupo Popular en la Junta General presentó una moción de censura en los estertores de aquella legislatura, cuando los efectos en el hipotético caso de haber prosperado hubieran sido nulos. "A los cinco minutos de anunciar el Grupo Popular aquella moción de censura, ya tuve la confirmación de que no iba a salir adelante", rememora uno de los asesores de Marqués.
La supuesta descoordinación del Gobierno de Sergio Marqués con el partido fue uno de los grandes argumentos de los mensajes más críticos en la convención de Cangas de Onís del 28 de febrero de hace ahora 25 años. El otro fue el presunto maltrato presupuestario a Oviedo, el buque insignia del PP en un mapa político municipal donde también gobernaba Avilés y Siero, además de otros 20 municipios. El Gobierno autonómico se revolvió contra aquellos cuestionamientos, que irían a mayores en las semanas y meses posteriores y se puso a echar cuentas de las reuniones mantenidas concejales o portavoces del Partido Popular por toda Asturias durante dos años y medio de legislatura. El dato llegó por carta a Moncloa, en concreto al despacho del vicepresidente, Francisco Álvarez-Cascos, y era concluyente: en total más de 300 audiencias con alcaldes y portavoces, una cifra donde el Ejecutivo regional advertía que no había sumado las frecuentes entrevistas con los 23 alcaldes que el PP asturiano tenía en aquella etapa, muchas de ellas sin cita previa. Los miembros del Gobierno aprovechaban cualquier oportunidad que se presentase para tratar de da respuestas filas adentro. Sin ir más lejos, aseguran que el consejero de Fomento, Juan José Tielve, cogió los planos de la Ronda Norte de Oviedo para hablar de los detalles de la misma con el vicepresidente Francisco Álvarez-Cascos en la citada convención de Cangas de Onís. Aunque tenía la financiación amarrada con el Ministerio y el visto bueno de la concejalía de Urbanismo se frustró, como pasaría con el paso subterráneo en el cruce de la entrada de la "Y" con General Elorza, que iba a pagar el Principado.
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