La Nueva España

Otro gran golpe al tráfico de angula en Asturias: tres viejos conocidos y un manjar que va para la mafia china

El enorme despliegue de la Guardia Civil en el centro de Gijón, en Piedras Blancas y en una nave de Soto del Barco desarma una red reincidente en el comercio ilegal del “oro blanco”, escaso en Asturias pero tremendamente rentable en su viaje ilegal al gigante asiático

P. Tuñón / I. Peláez / I. Montes

Un ejército de guardias civiles irrumpió en la mañana de este jueves en el centro de Gijón. Fuera de su territorio habitual, los agentes llamaron, inevitablemente, la atención de viandantes y vecinos. Echaron abajo la puerta de un piso de la calle Celestino Junquera e irrumpieron sin muchos miramientos en su interior. “¡Guardia Civil!”.

“Pensé que se caía el edificio del ruido", compartía una de las vecinas del inmueble. El registro se llevó a cabo en un tercer piso, pero sus residentes apenas eran conocidos en la comunidad. "Llevaban poco tiempo viviendo aquí, creo que era una pareja con un niño", añadía otra vecina. Pero el hombre de la casa sí era viejo conocido de la Guardia Civil. Una vez más, volvía a caer una red reincidente de tráfico ilegal de angula en la región, el “oro blanco” en el que se ha convertido una especie protegida cuya exportación está prohibida en Europa pero que, a través de estos canales ilegales, acaba en criaderos del mercado asiático de la mano de la mafia china.

En imágenes: la gran operación de la Guardia Civil en Gijón, Castrillón y Soto del Barco contra el tráfico ilegal de angula

En imágenes: la gran operación de la Guardia Civil en Gijón, Castrillón y Soto del Barco contra el tráfico ilegal de angula

Simultáneamente, la operación se extendía a la urbanización de las Murias, en Piedras Blancas (Castrillón); y a una nave de la carretera de Soto del Barco a L'Arena (Soto del Barco). Se han producido al menos tres detenciones. De nuevo, Delfín Jesús G. M., empresario angulero de la región. La nave registrada forma parte de su negocio legal. Y, también de nuevo, sus dos supuestos colaboradores: el sotobarquense Pablo A. P., conocedor de la mar y aficionado a la pesca submarina, y el gijonés César T. C. La vivienda del primero de estos dos fue la registrada en Castrillón. 

Fueron los padres del colegio El Vallín y el instituto El Villar de Piedras Blancas, cuando acudieron a llevar a los niños a las aulas, quienes se percataron de que "había mucha Guardia Civil y muy armados". En cambio, los residentes en la urbanización del domicilio registrado apenas se enteraron de la operación. Eso sí, los vecinos son conscientes de que no es la primera vez que hay una operación policial en el domicilio de Pablo A. P., donde ya se había producido “alguna que otra intervención” de la Guardia Civil años atrás.

"¡Las manos contra la pared!"

En el céntrico piso de Gijón accedieron al interior del inmueble sobre las siete y media de la mañana, aunque desde las seis ya empezaron a realizar gestiones. "Llamaron muy temprano diciendo que eran de la Guardia Civil", relataba una vecina, que fue quien les abrió la puerta del portal. Sobre las ocho menos cuarto, aproximadamente, subieron hasta la tercera planta para derribar la puerta del piso. La intervención generó mucha expectación en la zona, pero también alertó a los vecinos, especialmente a los que vivían más próximos al tercero izquierda. “Escuchamos el ruido y cómo la Guardia Civil gritaba: ‘¡Las manos contra la pared!’. Pero no pudimos ver nada, nos pusieron masilla en la mirilla”, describía una vecina de la tercera planta. “Al escuchar el ruido salimos al descansillo, pero ya un agente nos dijo que nos metiéramos en casa”, añadía otro.

Las diligencias de la investigación siguen abiertas y se ha decretado el secreto de sumario. Por eso no han trascendido muchos datos de la operación, pero este periódico ha podido confirmar que se trata de la red reincidente que encabeza en la región Delfín Jesús G. M, conocido empresario angulero de la región y habitual de las subastas en San Juan de la Arena. A sus espaldas, ya cuenta con una condena por este mismo delito, y está pendiente de otros juicios por el mismo asunto. Sus dos presuntos colaboradores también fueron detenidos al menos en otra operación contra el tráfico ilegal de angula. A Pablo A. P., de hecho, lo arrestaron en una ocasión cuando estaba practicando buceo. Si bien, esta vez el operativo de la Guardia Civil fue mayor y más ruidoso que en anteriores ocasiones. 

 

El negocio negro del “oro blanco” asturiano

Abril de 2018. Desmantelan un vivero ilegal de angula en Abres (Vegadeo). Un vecino, con antecedentes por furtivismo, recogía con una tubería agua del río Eo hasta un cobertizo, donde desembocaba en una bañera provista de un filtro y de un desagüe. Casos como este no son más que la punta del iceberg, una minúscula porción de un entramado gigantesco y mundial, encabezado por la mafia china y en el que Asturias tiene encaje. Una red internacional de tráfico de angula contra la que lucha la Guardia Civil, erigida en la vanguardia de una persecución policial cada vez más compleja y que en 2019 había dado uno de sus últimos golpes con la “operación Fame”, desarticulando varias redes de tráfico de los alevines de la anguila, una de ellas instalada en el Bajo Nalón, que llevaba la angula a China en maletas que facturaban ciudadanos asiáticos.

No en pocas ocasiones tienen que visitar Asturias integrantes del grupo de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (Ucoma) de la Guardia Civil que lucha contra las redes que esquilman una especie protegida, maltrecha en Europa. Un cohesionado equipo se viste de faena cuando llega la temporada de pesca del “oro blanco”. Entonces se les amontona el trabajo, de norte a sur y de este a oeste de España. Y, cada vez más, en colaboración con fuerzas policiales extranjeras a través de Europol e Interpol y agudizando los sentidos para desbaratar las cada vez más ingeniosas formas con las que los traficantes esconden el escurridizo manjar. Es una carrera contra el reloj. La de los contrabandistas, que tienen 40 horas para llevar al Lejano Oriente la angula antes de que perezca. Y la de la Benemérita, que debe coordinarse con policías extranjeras para cazarlos, a poder ser, en plena faena. Desde marzo de 2009 está absolutamente prohibido el comercio internacional con la especie “Anguilla anguilla”, la que habita en aguas europeas: solo se permite su captura con restricciones en regiones como Asturias y su comercio en la UE.

Registro en un vivero del Bajo Nalón en una operación anterior | G. CIVIL

Registro en un vivero del Bajo Nalón en una operación anterior | G. CIVIL

¿Dónde encaja el Principado en todo este entramado manejado por la mafia china? Desde el mundo pesquero asturiano aseguran que hay menos mercadeo negro que antes, que quienes tienen licencia para pescar angula “se cortan” ante las consecuencias que puede acarrear, aunque también se admite que sigue habiendo furtivismo. Aun así, estos últimos años las cofradías de pescadores y Principado lanzaron un mensaje enérgico contra la captura ilegal de cara a la campaña del percebe y el “oro blanco”.

Quienes llevan años -ya más de una década- luchando contra el tráfico de angula ofrecen otra perspectiva. “Asturias tiene cosas fundamentales: primero, hay una pesca legal, se mueve angula, lo que proporciona cobertura para mover angula ilegal. Y el que exista una angula legal, hace que haya intermediarios”, señalan los agentes. Algunos de esos empresarios de la angula son los que terminan ejerciendo en el mercado negro, llevando el producto a manos chinas. Hay varios asturianos fichados por la Guardia Civil. Y entre ellos figura, sin duda, Delfín Jesús G. M., el angulero detenido en la macrooperación de este jueves.

Estos intermediarios españoles, contactados por las redes chinas para servirles de suministro, son el principal objetivo del instituto armado, aunque en algunas operaciones se produjeron ya detenciones de chinos -que hacen de enganche con el gran eslabón del mercado negro, la mafia oriental-, así como de decenas de furtivos, el primer eslabón de la cadena ilegal.

“Hay que jugar en origen, es la baza más potente”, resaltan los expertos, sabedores de la práctica imposibilidad de combatir a la mafia china, con una enorme implantación y poder en su país. Hay empresas implicadas con influencia enorme en regiones enteras del país.

El viejo conocido que volvió a caer este jueves

En la primera sentencia condenatoria por tráfico de angula, relativa a la primigenia “operación Suculenta”, aparecen con gran protagonismo dos empresarios bien conocidos por los agentes: Juan Enrique B. F., radicado con su empresa de mariscos en Cataluña, y, como no, Delfín Jesús G. M., EL empresario de la angula vinculado a Asturias. Junto a ellos hay un tercer implicado con negocio de pescados, el gallego Emilio G. F.

Por aquel entonces, en el año 2011, el mercadeo negro de angula actuaba con cierto descaro. Los sistemas de ocultación eran mínimos: el asturiano Delfín Jesús adquiría el “oro blanco” de Portugal, aprovechando sus conocimientos e instalaciones lo almacenaba y empaquetaba adecuadamente “para garantizar su supervivencia”.

Decenas de maletas para llevar angula intervenidas en la “operación Elver” | G. CIVIL

Decenas de maletas para llevar angula intervenidas en la “operación Elver” | G. CIVIL

El “angulero” asturiano, viejo conocido de los tribunales de la región también por otras cuestiones derivadas de su actividad empresarial, trabajaba con otros dos empresarios con el fin de obtener falsa documentación aduanera que identificase el producto como “Angula rostrata”, especie americana que sí se puede comercializar. Simulaban tener los permisos aduaneros de Rumanía, de forma que la mercancía pasaba por España en situación de tránsito para evitar controles. Pero la Guardia Civil estaba detrás de ellos: en Barajas se intervino una carga con destino a China de 167,38 kilos y valorada en 133.904 euros. Era “Anguilla anguilla” y no americana.

Delfín Jesús confesó su culpabilidad, lo que le sirvió de atenuante. Tuvo una condena de cuatro meses y quince días de prisión y una multa de 100.000 euros. Pero volvió a caer en 2018, en la “operación Elver”. También reincidió en 2017 el catalán Juan E. B. Sin embargo, su reincidencia no se ha traducido, al menos por ahora, en estancias notables en prisión.

En “Elver” la Guardia Civil destapó otro “modus operandi”: Delfín Jesús G. M. adquiría supuestamente angula ilegal de Asturias, el País Vasco o Francia. Desde el Principado la llevaba hasta una casa en Algeciras, allí estabilizaban a los alevines y los metían en maletas para pasarlas en arcones de camiones a Marruecos. Y de ahí a China. Resultado: tres detenidos, entre ellos él, y cuatro registros en propiedades de Asturias, una de ellas un piso de Viesques (Gijón) del empresario. Los agentes irrumpieron cuando la temporada de angula ya estaba terminada y “les pilló a contrapié”, casi cuando “ya estaban celebrándolo”.

Artimañas que evolucionan

Es un ejemplo de cómo han ido evolucionando las formas de tráfico con angula. Pero hay más. Los agentes del Ucoma han identificado todo tipo de “modus operandi”. Hay quienes capturaban el manjar en una provincia de España, llevaban las angulas en un camión hasta Barcelona y, con un barco, a Italia, país que cruzaban por carretera para embarcar hasta Grecia. A través de una empresa pantalla sacaban la mercancía en avión hacia Asia.

Otras fórmulas utilizan rutas de carga desde el aeropuerto de Barajas: “Compran una empresa sin actividad por tres duros y realizan un envío de prueba con pescado vivo, haciendo dos o tres salidas legales. Luego empiezan a meter angula ilegal y ponen destino Filipinas o Malasia. Nunca directamente a China”.

La ruta en avión, tratando de camuflar la angula en maletas con sistemas para mantenerla viva, es muy utilizada por su rapidez. La dificultad radica en declarar la especie como otro tipo de pescado o marisco, irregularidad a la que, según fuentes conocedoras de estos casos, también habría recurrido presuntamente Delfín Jesús G. M.

El destino final de la mercancía expoliada

Las modalidades son cada vez más variopintas, pero los alevines siempre acaban en el mismo punto: rumbo a las piscinas de viveros del Lejano Oriente.

Que la angula llegue viva a China es el gran reto. Las redes de tráfico diseñaron la técnica para ampliar al máximo las horas de margen para que los alevines no perezcan en el interior de equipaje. Se introduce en bolsas una pequeña cantidad de angulas, de entre 800 gramos y 1,5 kilos, con cuidado de que no se aplasten entre ellas. Antes llegaban a meter doce bolsas en una maleta, aunque “ahora lo hacen con seis”.

El agua en esas peceras improvisadas apenas cubre a los alevines y se le añade un poco de sal, situando botellas congeladas en la maleta para bajar la temperatura. Una manta térmica ayuda a mantenerla. Con la salinidad y el frío, “las angulas se aletargan, como si estuvieran en el mar -solo se alimentan y crecen en los ríos- y su metabolismo se vuelve más lento, se estresan menos”.

Cuando las angulas se estresan, “generan un gas de amonio que produce la típica espuma cuando las manipulas, esa espuma y el gas las mata”. Por eso, “el resto de la bolsa se rellena con oxígeno puro”. De esta forma, “cuando las angulas generan el gas, como hay poca agua, se facilita que se libere al espacio de la bolsa y se sustituya por el oxígeno puro”. Así aguantan vivas alrededor de cuarenta horas, el tiempo que tienen para llevarlas hasta Asia.

Una vez allí, organizaciones chinas se encargan de engordar la angula. Cuando ya es anguila, la filetean para su comercialización en formas ampliamente consumidas y exportadas, como el “kabayaki”. Así termina la angula asturiana convertida en conserva de anguila asiática.

La multiplicación del beneficio

Es un “negocio redondo”. Cada kilo de angulas obtenido de forma ilegal se convierte -una vez crecidos los alevines y evisceradas la anguilas- en 1.500 kilos de pescado listos para su comercialización internacional hacia Japón, EE UU o Canadá.

En este punto vuelve a tener oportunidad la actividad policial, coordinada internacionalmente. España y la UE han conseguido la implicación de Estados Unidos y Canadá, a través de la “operación Eel-Licit”, para requisar los productos de anguila exportados desde Asia que provienen de la cría de angula importada ilegalmente desde Europa.

A través de pruebas de laboratorio, detectaron que partidas que llegaban en contenedores por mar a esos países eran en realidad de la especie europea, interviniendo decenas de contenedores. Cada uno tenía un valor estimado de 1,5 millones de dólares.

Con “Fame” -no es la única operación contra el mercado negro de angula con nombre en asturiano: la Guardia Civil bautizó otra como “Esgaya”-, los agentes del Ucoma desmantelaron una red encabezada por otro empresario angulero del Bajo Nalón que llevaba el producto vivo en taxi hasta Portugal, desde donde se embarcaba en avión a través de viajeros asiáticos que ejercían de “mulas” una vez empaquetado el producto vivo en maletas en un chalé en tierras lusas.

Ni este caso ni el de Delfín Jesús G. M. son ajenos a las áreas anguleras, donde el entramado profesional y empresarial que genera el “oro blanco” se ve afectado por la competencia desleal que supone el mercado negro. Todo ello en un contexto de capturas decrecientes de una especie cada vez menos presente en Asturias. Por todo este complejo entramado se produjo este jueves la gran operación de la Guardia Civil que perturbó la paz por la mañana en el centro de Gijón y en Piedras Blancas.

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