¿Habría que cambiar el Día del Padre por el Día de la Persona Especial? Unos dicen: "Hay que festejar la diversidad". Y otros: "¡Esto ya es lo que faltaba!"

La propuesta de una profesora de Jérez para sustituir la popular celebración por otra genera posiciones encontradas aquí y en toda España (hasta Bertín Osborne opina)

El Día del Padre trae debate

El Día del Padre trae debate / Javier Sámano Lucas

Hoy, 19 de marzo, cientos de miles de españoles celebran el Día del Padre, como se ha hecho desde 1948 por la festividad de San José. La idea de honrar a la figura paterna partió, curiosamente, de una mujer, Manuela Vicente Ferrero, una maestra madrileña que pretendía con esta iniciativa que sus alumnos pusieran en valor las virtudes de sus padres. Paradojas del destino, la última polémica en torno a esta festividad nació también en un colegio. En uno de Jerez de la Frontera, para más señas. En ese centro, una profesora instó a su clase a celebrar el "Día de la Persona Especial" en detrimento del Día del Padre, bajo el propósito de que los niños carentes de uno no pasasen un mal trago. La iniciativa de la profesora trascendió y corrió como la pólvora por las redes sociales, hasta provocar una furibunda respuesta de Bertín Osborne, que amplificó el debate.

La maestra jerezana fue objeto de la ranchera más descarnada de Bertín. "Pero, ¿quién es esta loca? ¿De qué manicomio se ha escapado? ¡Padres, sacad a vuestros hijos de ese colegio!". El presentador Joaquín Prat le hizo los coros al cantante andaluz: "Nos estamos volviendo gilipollas". Pero, más allá del exabrupto, el enredo ha propiciado un debate con mucha miga. El propio Gobierno, en el anteproyecto para la nueva ley de familia, contempla la creación de un nuevo marco de reconocimiento y protección para las familias LGTBI+. Cuando sea aprobada dicha ley, en España habrá reconocidos dieciséis tipos distintos de familia. A saber: familia biparental, familia monomarental o monoparental, familia joven, familia LGTBI homomarental y homoparental, familia con mayores necesidad de apoyo a la crianza, familia múltiple, familia reconstituida, familia inmigrante, familia transnacionales, familia intercultural, familia en el exterior, familia retornada, familia en situación de vulnerabilidad, personas unidas en matrimonio, parejas de hecho y personas solas.

Mané Fernández es vicepresidente de la Federación Española LGTBI+. La disensión de este gijonés con los postulados de Osborne y Prat no puede ser más profunda. "Hay que celebrar la diversidad familiar. Cuanto más variada sea una celebración, más cómodos se sentirán los niños cuyas realidades son distintas", afirma Fernández, que pone el foco en la educación pública. "Tenemos una ley Educativa que urge a poner en perspectiva la pluralidad tanto de género como familiar", asegura. En la "trinchera" de Fernández se sitúa la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Gijón: "Nos parecería más conveniente celebrar solamente el Día de la Familia, así nadie queda excluido".

David Alférez, presidente de la Asociación de Familias Numerosas de Asturias, recurre a una curiosa metáfora para exponer su visión personal: "Esto es como si en un cumpleaños hay dos niños celiacos y, por eso, ya no ponemos tarta. Hay que buscar soluciones para esos niños, pero no a costa de dejar sin comer a los demás". Alférez se pregunta por qué ha de sentirse "mal" cuando sus hijos le hacen un regalo por el Día del Padre. "Ahora se discrimina a las mayorías", lamenta. La propuesta de instaurar el Día de la Persona Especial planteada por la maestra jerezana le provoca "risa": "Es un parche".

En el terreno de lo tangible, ¿qué impacto puede tener sobre un niño sin padre esta celebración en el colegio? Marino Pérez, catedrático jubilado de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Oviedo, lo tiene claro clarinete: ninguno. "Los niños no son tan estúpidos como los adultos parecen considerarlos. Quienes no tengan padre por la razón que sea probablemente disponen de otra figura sobre la que polarizar la festividad y de paso normalizar su condición", asegura Pérez, al que le da risa la sola idea de implantar el Día de la Persona Especial. "¡Esto es lo que faltaba! Ya hay demasiadas personas especiales, lo que está llevando a ser más raro cada vez para ser más visible, una manía de nuestra época", asegura para mostrar su profundo rechazo a esta postura. Es por ello que Pérez llama a ponderar patrones, a su juicio, corrientes: "Sería hora de valorar ser normal".

Opiniones, ya se sabe, hay casi tantas como padres.

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