El ejemplo de la cerveza belga: "creatividad" en las variedades y un plan de consumo responsable

Norbert Heukemes, líder de la campaña del país europeo ante la Unesco, recomienda un planteamiento "detallado" y con apoyos políticos

El experto Norbert Heukemes, ayer, en la Laboral de Gijón. | Ángel González

El experto Norbert Heukemes, ayer, en la Laboral de Gijón. | Ángel González / S. F. Lombardía

La sidra asturiana, aspirante a ser reconocida como Patrimonio Mundial Inmaterial de la Unesco, se fija en el ejemplo de Bélgica y su cultura cervecera, declarada como tal desde 2016, y cuya candidatura unió a productores, consumidores y políticos en una iniciativa que ha hecho que hoy la cerveza en el país sea "algo más que una bebida" y forme parte del mundo social y cultural.

Así lo describe Norbert Heukemes, responsable del Observatorio de la Cultura de la Cerveza de Bélgica, uno de los ponentes más esperados del International Cider Summit Asturies, el primer festival internacional de sidra que se celebra esta semana en la Universidad Laboral. El experto, que fue uno de los responsables de la candidatura belga, se trajo a Gijón varias "pistas" para que la carrera asturiana ante la Unesco llegue también a buen puerto.

Explicó Heukemes que, como con la sidra en Asturias, la cerveza en Bélgica "forma parte de la cultura de la gente" y es "parte de la vida cotidiana y el encuentro entre amigos", y que ese aspecto social, cree, fue una de las claves del reconocimiento ante la Unesco. La entidad, añadió, "también valora de manera muy positiva los esfuerzos por preservar" el bien inmaterial que se presenta a la candidatura, y para ello en Bélgica elaboraron un estudio histórico con el que avalaron la gestión del país para reimpulsar un consumo de cerveza que, en la década de los años 60, parecía estarse apagando.

Para impulsar ese consumo, Heukemes considera que uno de los "grandes aciertos" en Bélgica fue "no limitar la creatividad" de los productores, que se vieron sometidos a normativas más laxas respecto a las de otros países como Alemania. La cerveza belga, explicó, tiene variedades más tradicionales pero también otras en las que se juega con distintas especias, frutas, chocolate y hierbas aromáticas. "Al no haber límites, la capacidad creativa es casi infinita y hay cientos de variedades y formas de fermentación", afirmó.

Otra recomendación que puede aplicarse a la sidra regional es demostrar ante la Unesco que esta defensa del producto, en ambos casos una bebida alcohólica, se aúna con medidas concretas contra las adicciones. En la candidatura belga se incluyó, por ejemplo, que desde las instituciones se habían lanzado campañas contra el "binge drinking", un concepto similar al "botellón" de España.

Heukemes, por último, explicó que las primeras gestiones de esta candidatura comenzaron en 2011, cuando se logró "una valoración positiva por parte del gobierno y de todo tipo de expertos" en una postura conjunta que involucró "a centros educativos, museos y universidades" y que se financió en parte con fondos públicos.

Esta es seguramente la mayor diferencia entre Bélgica y Asturias, al menos según Luis Benito García, director de la Cátedra Universitaria de la Sidra de Asturias de la Universidad de Oviedo y promotor de la candidatura de la sidra a la Unesco, que tras la intervención de Heukemes reconoció sentir "un poco de envidia". Recordó que en 2011, en un congreso internacional, comentó con un compañero belga sobre su idea de presentar la sidra ante la Unesco, y cree que el motivo por el que el país europeo logró su objetivo en apenas un lustro se debe a que en España el proceso es más complejo: "Primero la comunidad autónoma tiene que reconocer el producto como Bien de Interés Cultural y luego el resto de comunidades tienen que ponerse de acuerdo para decidir cuál de ellas se presenta ese año. Es más difícil", lamentó.

En cualquier caso, el reconocimiento como Patrimonio Mundial implica consecuencias palpables. "No mucha gente sabe qué significa exactamente ser reconocido por la Unesco, pero la respuesta ha sido muy positiva. Hoy la cerveza es mucho más que una bebida y cada vez más productores abren sus locales al público para hacer degustaciones", aseguró Heukemes, que deseó "mucha suerte a Asturias con su proyecto" y recomendó a la región presentar una candidatura "muy preparada" que podría incluir, como hicieron ellos, medidas relacionadas con la sostenibilidad, como la reducción del uso de plástico en los envases.

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