El PERTE agroalimentario rechaza una ecoquesería en los teitos de Somiedo

Malestar en el sector al quedar fuera en torno al 90% de las empresas de Asturias tras sufrir una "ingente burocracia y un caos de tramitación"

Teitos en la braña de Urdiales, en  Somiedo. |  M. Riera

Teitos en la braña de Urdiales, en Somiedo. | M. Riera / Mariola Riera

Mariola Riera

Mariola Riera

Es todo un jarro de agua fría para el sector agroalimentario de Asturias y muchos se echan las manos a la cabeza. Más de una veintena de queserías artesanales de España, entre ellas la asturiana Rey Silo, toda una veterana y de reconocido prestigio, se han quedado descolgadas de las ayudas diseñadas por la UE para fortalecer e impulsar el sector. En general, se calcula que el 90% de las firmas agroalimentarias asturianas que las solicitaron han sido excluidas.

El denominado Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) recibió en todo el país solicitudes de 22 proyectos tractores –aquellos liderados por empresas con capacidad de arrastre de otras– por valor de 755 millones de euros de inversión, tal y como anunció el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo este pasado jueves. En la lista hay escasa presencia asturiana.

"Es incomprensible que nos dejaran fuera", clama el empresario quesero Pascual Cabaño, quien califica de "caos total" la gestión de los PERTE en general y del agroalimentario en particular en el Principado por la falta de información y apoyo para afrontar la "ingente" burocracia que conlleva cumplir con todos los requisitos. Esto se traduce en tiempo y dinero que han tenido que desembolsar las pymes que como Rey Silo han intentado acceder a las ayudas de la UE. De hecho, la Quesería Redes (Caso) tiró la toalla por el camino. "Navarra, País Vasco y Galicia han trabajado de otra forma, viajaron al Ministerio, prestaron ayuda, pero aquí nada de nada", sostiene el empresario.

Así las cosas, su innovador proyecto de abrir una Eco-quesería 4.0 en unos teitos en una braña de Somiedo tendrá que esperar. "O más bien olvidarnos de él", sentencia Cabaño, mitad disgustado, mitad enfadado. Eran dos millones de euros los que en esta empresa solicitaron para poner en marcha su original y exclusiva quesería, en la que llevan trabajando desde el año 2000 y que ha sido presentada en distintos foros, incluidos la Presidencia del Principado y la oficina correspondiente de la UE en Bruselas. Pero no ha pasado el corte y el motivo que les han dado es que "la idea está poco madura". Cabaño insiste: "Nuestro proyecto cumple todo para hacer más competitiva y más resistente nuestra industria y fortalecer la economía".

A merced de las consultoras

Todo radica, denuncia el empresario, en que el Ministerio de Industria ha dejado en manos de las consultoras la tramitación y valoraciones de los expedientes del PERTE Agroalimentario. "Para estas grandes consultoras, que se están forrando con esto, las pymes y micropymes somos un estorbo", critica. La decisión ministerial de recurrir a esta fórmula se debe a la necesidad de agilizar los trámites y la gestión para cumplir con el exigente calendario de Bruselas y evitar así problemas como sucedió con el PERTE del coche eléctrico, todo un fracaso y con escaso eco.

En el caso del agroalimentario los que han querido optar a ayudas han tenido que cumplir con complicados requisitos que les han llevado todo un año. Rey Silo acudió a la convocatoria de ayudas en el Consorcio de Quesos de España (con queserías de Asturias, las dos Castillas, Andalucía, Galicia, Cantabria y Cataluña) que el propio Cabaño impulsó de acuerdo a los requisitos exigidos. "Publicaron la convocatoria en pleno verano, el 2 de agosto. En la consultora me informaron que no había masa suficiente y con la ayuda de Fade y Ceoe en Cantabria me puse a buscar más queserías pequeñas, hasta 26 tuve que reunir. Hubo que hacer test de estrés, cubrir complejísima documentación... Son unas bases insufribles. Un caos de tramitación. El 15 de marzo se cerraba el plazo, y el día 9 tuvieron que sacar una instrucción aclaratoria porque había gente que no entendía las cosas", describe Cabaño. "Todo para nada".

No entiende el quesero que unas ayudas que son para crear tejido empresarial y dinamizar los territorios maltrate así a las pymes. "Lo más lamentable de todo es que no hay nadie al otro lado que escuche y busque soluciones, un mal de la política actual, ni los conocidos, ni tus representantes se dignan no a preguntar, sino a escuchar", zanja Cabaño.

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