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Los sanitarios descontentos no se conforman: quieren más contrataciones y un cara a cara con Barbón

"La gente está muy indignada, no descartamos una huelga", advierten los promotores tras la segunda manifestación con 5.000 asistentes

Una de las pancartas de la manifestación del pasado sábado en Gijón. | Ángel González

"No vamos a parar porque la gente está muy indignada", advirtieron ayer los promotores de la Asociación de Trabajadores Asturianos de Sanidad (ATAS), que el pasado sábado reunió por segunda vez, en un intervalo de un mes, a unas 5.000 personas en una manifestación en demanda mejores condiciones laborales para el personal de la red pública de salud.

Los profesionales sanitarios descontentos avisan: "No descartamos convocar una huelga". Si se les pide sintetizar sus múltiples demandas –que ocupan un documento de 50 páginas– en un mensaje esencial, su respuesta es la siguiente: "No queremos más sueldo para nosotros, sino más contrataciones en todas las categorías que nos permitan trabajar en condiciones más dignas y dar mejor servicio".

Lo más singular de las protestas celebradas en Oviedo (26 de febrero) y en Gijón (25 de marzo) es que han logrado una elevada concurrencia sin el respaldo explícito de ningún sindicato. Este colectivo de descontentos constituye la mayor patata caliente que tiene sobre la mesa la Consejería de Salud cuando restan justamente dos meses para las elecciones autonómicas del 28-M.

"No queremos más sueldo, sino más contratos en todas las categorías que nos permitan trabajar dar un mejor servicio", afirma ATAS

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¿Cuál es el siguiente paso que tienen planeado? Ayer lo desvelaron a este periódico: "Vamos a pedir una reunión en persona con Barbón, el consejero de Salud y la gerente del Sespa". ¿Por qué reclaman una intermediación al más alto nivel? Porque entienden que sus intermediarios naturales, los sindicatos, "no están funcionando como tales, no están entendiendo lo que sucede". Asimismo, añaden, "hay muy mala gestión de los recursos humanos por parte de mandos intermedios".

Un factor preocupante para la Administración sanitaria es que el malestar de este colectivo no se ha visto aplacado pese a los acuerdos firmados en las últimas semanas por el Servicio de Salud del Principado (Sespa) y cinco de los seis sindicatos (todos salvo Sicepa-Usipa) con representación en la Mesa de Negociación del Principado: uno sobre las guardias en la red de Atención Primaria, que supone al Sespa un desembolso anual aproximado de 1,5 millones de euros; y otro pacto para aumentar las retribuciones de todo el personal sanitario, con un coste para las arcas públicas de más de 20 millones anuales. "La mayor parte de este dinero se va para los médicos de Primaria; a los demás nos tocan migajas", argumentan los portavoces de ATAS.

Fuera de la Mesa de Negociación del Principado está la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), que no disimula su apoyo al movimiento, como tampoco lo hace Podemos Asturias. No obstante, los dirigentes de ATAS hacen hincapié en su independencia y libertad de acción. En los días pasados mantuvieron reuniones con todas las centrales, excepto con el Sindicato Médico (SIMPA), que no mostró interés. Un dato adicional que aumenta la complejidad de la situación: para el próximo 20 de abril están programadas las elecciones sindicales en el sector de la sanidad.

La gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Conchita Saavedra, afirmó el pasado sábado que la solución a este conflicto "pasa por la escucha, el diálogo y los acuerdos". Y añadió la doctora Saavedra, número 2 en la candidatura del PSOE de Asturias a las próximas elecciones autonómicas: "Tiene que haber un equilibrio entre garantizar la atención sanitaria y, al mismo tiempo, tener la mejor conciliación familiar".

La gerente del Sespa reconoció que "a veces pueden surgir desajustes puntuales que tratamos de solventar hablando con todos los trabajadores". Un objetivo, apostilló la doctora Saavedra, basado en la premisa de que "es muy importante el clima laboral, que es lo que pretendemos mejorar para toda la plantilla, para que después la respuesta asistencial sea la más adecuada".

A juicio de los promotores de ATAS, "las palabras de la gerente del Sespa son muy bonitas, pero nosotros juzgamos los hechos".

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