Una vocación forjada desde niño

José Manuel Álvarez puso en marcha en Santianes, donde vive, su taller de ferrería y trabajos en acero

Sergio Cueva, a la izquierda, y Pepe Álvarez, a la entrada de su taller. | A. P. P.

Sergio Cueva, a la izquierda, y Pepe Álvarez, a la entrada de su taller. | A. P. P. / Ana Paz Paredes

El hierro, la forja, la ferrería, siempre fue algo muy vocacional para José Manuel Álvarez Martín, vecino y residente en el pueblo de Santianes, en Pravia. Siempre recuerda que cuando acabó sus estudios se puso a trabajar como ayudante de un ferreiro de la zona, un trabajo que desde niño siempre le había atraído. "Estuve con él hasta que hice el servicio militar y luego, a la vuelta, dos años más", recuerda Pepe, como todos le conocen en el pueblo. A renglón seguido añade: "Yo siempre pensaba, trabajando con aquel paisano, que algún día yo haría lo mismo, que me instalaría aquí con el mismo oficio, pero la vida da muchas vueltas, te lleva por muchos caminos y antes de poder hacer realidad mi empresa, de la que desde el pasado mes de enero es socio también mi compañero Sergio Cueva, estuve trabajando en varios sitios y con varios oficios".

Después de trabajar varios años en construcciones metálicas, tras cerrar la empresa, al tener los carnés de camión y de autobús, estuvo trabajando también unos años como conductor. Pero siempre con la mente puesta en hacer realidad el oficio en el que se había formado en su pueblo: la ferrería. "Donde más aprendí fue con aquel paisano de aquí, sobre todo en materia de forja artesanal y también en estos años hice cursos de soldadura", explica este praviano que hace 17 años compró su casa en Santianes y a quien le rondaba siempre en la cabeza dedicarse, donde vive, al oficio que siempre le gustó. Con la casa iba una finca y en ella levantó la nave para abrir, en 2018, su empresa Metalistería Santianes.

"Tenía entonces 38 años y un trabajo fijo. Me dije, o lo hago ahora o nunca, y lo dejé todo para poner en marcha mi propio negocio y dedicarme aquí a lo que aprendí de niño y siempre me había gustado", recuerda. Este profesional contó con una ayuda Leader, una vez levantada la nave por él, que destinó a la incorporación de maquinaria.

Con el tiempo se incorporó al taller otro especialista en el hierro y el metal, Sergio Cueva Carril, también vecino de Santianes, quien desde los 18 años había estado trabajando en Pravia en una empresa dedicada a la fabricación de puertas y ventanas metálicas. "Conocía a Pepe, me ofreció incorporarme, yo necesitaba un cambio y aquí estoy. Lo que ha hecho Pepe, abrir su propia empresa aquí, es arriesgado porque son muchas cosas las que se precisa, mucho papeleo, pero una vez que empezó, ha ido todo muy bien. No es un trabajo monótono, haces muchas cosas y además trabajo no nos falta", explica Cueva.

Hacen todo tipo de obra en hierro, pero están especializados en forja artística. Además del hierro también trabajan el acero inoxidable. "Hacemos tanto portillos, como cierres para casas, estructuras de metal para mobiliario, verjas, estructuras de tejados, escaleras, en fin, trabajos de todo tipo", explican.

Desde que abrió, lo que no les faltan son encargos. "Tenemos mucha demanda, no nos podemos quejar, pues además de trabajar para clientes individuales lo hacemos para empresas contratistas. Actualmente, además, estamos pendientes de que nos salga otra obra nueva para las islas Canarias. Nosotros tanto hacemos la obra como la transportamos y la instalamos", explican.

Ambos se muestran encantados de trabajar y vivir en Santianes. "Mira, yo tengo la casa aquí enfrente. Antes hicimos una paradina, nos fuimos a tomar un café a casa y luego retomamos", recuerda este emprendedor. Sergio añade: "No tiene comparación trabajar aquí, en plena naturaleza, a estar en una nave en un polígono industrial". Estos amigos creen que se puede emprender y vivir en el medio rural. "Al menos en nuestro caso sí, nosotros estamos contentos, ahora, claro, dependerá de qué trabajos".

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