Entrevista | Juan Antonio Lázaro Martínez Nuevo gerente de la Red Asturiana de Desarrollo Rural, deja el Bajo Nalón tras más de 20 años

"Asturias sería mucho peor sin la UE, sin fisuras, sobre todo su medio rural"

"Estoy orgulloso del despertar agrícola del Bajo Nalón, como los kiwis, y viendo cómo ahora vamos a por castañas, manzanas, fabes y aguacates"

Juan Antonio Lázaro, en Oviedo. | Fernando Rodríguez

Juan Antonio Lázaro, en Oviedo. | Fernando Rodríguez / Mariola Riera

Mariola Riera

Mariola Riera

Cuando Juan Antonio Lázaro Martínez (Gijón, 1969) llegó al Bajo Nalón en 2002 todo lo referente al desarrollo rural estaba por hacer, tanto en la comarca como en el resto de Asturias. Geógrafo de carrera, él tampoco es que estuviera muy puesto en un sector que entonces estaba en pañales. Más de dos décadas después Lázaro es uno de los principales expertos en la materia de España y es asesor de la UE. Y le toca hacer las maletas –en junio se despedirá definitivamente– como gerente del grupo de desarrollo rural de la comarca (Soto del Barco, Pravia y Muros a los que, recientemente, se sumó Castrillón), a través del que ha tramitado en todo este tiempo 22 millones en ayudas de la UE (fondos Proder y Leader), que generaron una inversión de unos 60 millones. El 1 de mayo se convertirá en gerente de la Reader, la red que aglutina a los 11 grupos repartidos por toda Asturias, entre ellos, el del Bajo Nalón, algo así como su escuela y del que se siente muy orgulloso. «Tocaba un cambio de ciclo, es algo también generacional. Me voy cuando se van también de sus cargos políticos las personas que me han acompañado durante todo este tiempo y sin los de que alguna forma no podría seguir adelante», explica.

–Haga balance de sus más de 20 años en el Bajo Nalón.

–Llegué con un supuesto conocimiento teórico de la materia pero el máster, el doctorado y la mayoría de las pocas cosas que sé de desarrollo rural, las aprendí a la orilla del Nalón, entre kiwis y salmones, con la gente que trabaja la tierra, respeta a los peces y siente su comarca.

–De lo más orgulloso que se siente de su trabajo en la comarca...

–Probablemente del despertar agrícola de la zona, empezando con los kiwis y viendo como en esta última convocatoria subvencionaremos explotaciones profesionales de manzano y castaña en ecológico o de fabes y aguacates. Ver que la gente puede vivir trabajando la tierra y que lo estamos posibilitando, me emociona mucho.

–Lo que deja sin hacer...

–Diversificar la oferta turística y pensar en ser más ambiciosos, para mejorar la comercialización y la transformación de la producción agraria primaria, así como desarrollar un sector sociosanitario que atienda a la población local y aproveche las inercias urbanas de proximidad. Aunque ya hemos dado un paso de gigante, debemos mejorar la gestión de nuestros ríos salmoneros, hay margen de mejora.

–¿Qué consejo daría a los que se quedan, en qué centrarse y por qué apostar?

–Definir mejor un proyecto turístico propio del Bajo Nalón, basado en sus recursos y potencialidades, sin artificios extraños. Hay que tratar de generar tierras de cultivo y acompañar a todos y todas las valientes que crean que con sus manos y un poco de ayuda pueden vivir gestionando explotaciones agroganaderas competitivas.

–¿Fiarlo todo al turismo es peligroso en una comarca que quizás tiene poco explotado este sector pero que también tiene mucho que decir en agroalimentación?

–Creo que tienen que complementarse. La base de la oferta turística comarcal debe ser la puesta en valor de nuestros recursos gastronómicos y paisajísticos, ya que sobre el plato emerge nuestra cultura, historia y producto. Puedes comerte el Bajo Nalón, sentirlo, verlo y saborearlo. Necesitamos diversificar la oferta turística, sobre todo lo relacionado con el turismo activo, ya que tenemos el mejor río del sur de Europa y debemos aprovecharlo más, evitando modelos masificados y ofreciendo algo diferente.

–El campo se hace mayor y no hay relevo. El eterno dilema. ¿Qué hacer?

–Debernos garantizar, lo primero, un relevo generacional racional y sostenible, desde la triple perspectiva medioambiental, social y económica de todas aquellas explotaciones aún activas y viables. Para eso las medidas previstas en el PEPAC de Asturias han desarrollado una serie de intervenciones relacionadas con este tema y que deben tener gran impacto. Después debemos crear un banco de agricultores y agricultoras, también de ganaderos y ganaderas, que estén interesados e interesadas en ganarse la vida produciendo alimentos y darles los medios.

–Es convencido europeísta. ¿Cree que valoramos en su justa medida la UE y todo lo que significa? ¿En qué se nota Europa y su huella en ASTURIAS en estos últimos 20 años?

–Cuando tengo dudas siempre miro a Europa, encontrando siempre buenas respuestas, y estoy convencido de que sin su ayuda las cosas nos hubiesen ido mucho peor como región y país. En cualquiera de los congresos, jornadas o eventos en los que he participado, organizados por la UE, he aprendido mucho del sentido práctico y del pragmatismo que desde Bruselas se aplica para resolver problemas y pensar en el futuro. Asturias sería mucho peor sin la UE, sin fisuras, sobre todo su medio rural, ya que el FEADER, anteriormente el FEOGA-O, ha sido clave para el desarrollo de estas zonas. Las banderas azules con su círculo de estrellas, que aparecen en muchos carteles de las inversiones más importantes de esta región, son el mejor presente y el mejor futuro de la región.

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