Asturias cierra filas con sus bares de pueblo, para los que ve justo el beneficio fiscal y económico que ya tramita el Congreso

"Son el centro de encuentro cuando somos pocos y es un drama si cierran", destacan los vecinos de los núcleos despoblados

LIDIA VIÑA, DUEÑA DE CASA NAXIO, EN CORIAS, ATIENDE AL REPARTIDOR ANGEL FERNANDEZ, EN PRESENCIA DE SU HERMANO LUIS

LIDIA VIÑA, DUEÑA DE CASA NAXIO, EN CORIAS, ATIENDE AL REPARTIDOR ANGEL FERNANDEZ, EN PRESENCIA DE SU HERMANO LUIS / FERNANDO RODRIGUEZ

Mariola Riera

Mariola Riera

Oviedo

El pueblo que tiene un bar tiene un tesoro. Si no, que se lo digan a los vecinos de esos núcleos de población que, en el mejor de los casos, se llenan y animan en verano con el turisteo y las segundas residencias, pero que luego en los largos meses de invierno caen en la más absoluta tristeza. Hay pueblos que ni en verano tienen más animación de la habitual. Pero siempre estará el bar, como punto de reunión o como centro de operaciones que tan pronto sirve a los vecinos para organizar un torneo de tute o montar la fiesta de Navidad, aparte de para tomar un café y el vino antes de comer, sin olvidar el tablón de anuncios donde caben esquelas –cada vez más en un medio rural envejecido–, bandos del ayuntamiento y avisos de todo tipo.

"Es muy importante el bar, las veces que nos quedamos sin él, que las hubo, fue un drama para todos", expone Víctor Fernández, de la asociación vecinal de Valdredo, un pequeño núcleo de Cudillero no tan turístico como destinado a segundas residencias. "En verano esto se llena de gente, hay más de 100 casas dadas de alta, pero el resto del año somos menos de 80 vecinos. Y claro, sin el bar, donde vernos, charlar un poco e informarnos, esto se pone cuesta arriba. Significa mucho para nosotros".

Por este motivo, el que el servicio de los bares de pueblo va más allá de su fin hostelero, el partido Teruel Existe –asociado a la llamada España vacía– ha presentado en el Congreso una proposición de ley para incluir estos negocios en la ley de Economía Social y dotarlos así de ventajas económicas, fiscales y administrativas. La iniciativa va destinada a beneficiar a establecimientos de hostelería y restauración y pequeños comercios con presencia en pueblos de menos de 200 habitantes. La tramitación está en marcha y tiene un largo camino por delante.

"Lo veo bien, falta hacía que nos apoyaran un poco", sostiene rotunda Lidia Viña Fernández. Tiene 77 años y más de 40 los ha pasado detrás de la barra del Bar Naxio, en Corias (Cangas del Narcea), fundado por sus padres Luis y Benigna en 1944. De aquella eran seis los bares en el pueblo, ahora solo queda el de Lidia. "Y ya veremos hasta cuándo resisto. Esto depende solo de mí, aunque supongo que alguien vendrá y se animará a seguir", señala Viña, quien admite que Casa Naxio no es solo el bar del pueblo, sino el lugar de reunión, de información; allí dejan recados a los vecinos, paquetes, cartas...

Tres vecinas, jugando a backgammon, en el bar La Casina de Valdredo.

Tres vecinas, jugando a backgammon, en el bar La Casina de Valdredo. / V. F.

"Ahora no es la época peor al frente del bar, porque esto en verano tiene turismo y el Parador nos da mucha vida, pero sí que tenemos muchos gastos, cada vez más", se queja la hostelera, quien no conoce muy bien la iniciativa de Teruel Existe, pero por lo que ha oído la ve estupenda. "Los gastos se nos acumulan y el papeleo también, todo es muy difícil. Yo acabo de pagar 50 euros por la televisión, por el derecho de Autores, me acaban de llamar para otra factura... Aunque nosotros tiramos bien, esto da para vivir, tenemos vecinos de toda la vida, la gente nos conoce". Lidia Viña admite que si cierra Naxio en Corias en el pueblo el disgusto sería mayúsculo. "Pero el mayor disgusto será el mío, esto es mi vida", dice rotunda.

Rentabilidad

Cerrado estuvo alguna vez el bar La Casina de Valdredo y los vecinos no sabían que hacer. Para evitar que vuelva a suceder, en este pueblo de Cudillero procuran que Cristina Calzón, la hostelera que lo lleva, tenga rentabilidad en el negocio.

Así que la asociación vecinal organiza actividades lúdicas en el bar de forma periódica, fiestas de convivencia... "Es nuestro punto de encuentro y tratamos de que siga abierto. Pero entendemos que hay épocas en que no es fácil. En invierno, es normal que se cierre a las seis de la tarde como mucho, aquí no hay nadie", admite Víctor Fernández.

El beneficio de los comercios y bares de pueblo con la ley de Economía Social sería un apoyo muy importante, a modo de ver de Fernández, para negocios como La Casina. "Si la renta le saliera gratis, eso que ahorraría los meses más flojos", apunta. "Nosotros solo queremos ayudar para que el bar de Valdredo siga abierta. En un pueblo es algo muy fundamental para estar los vecinos en contacto".

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