Me quedo en el pueblo

Agricultura 4.0 en Villaviciosa

Adrián García Villar, además de cultivar arándanos, también está al frente de un vivero de plantas de frutos del bosque que comercializa online: "El 95% las vendemos a través nuestra página web", explica este emprendedor

Adrian García Villar en su plantación de arándanos.

Adrian García Villar en su plantación de arándanos. / Ana Paz Paredes

Adrián García Villar es ingeniero agrónomo. Estudió en Madrid la carrera y en 2015 se fue a Sevilla para trabajar en un vivero de arándanos. En 2018 se volvió para su tierra, Asturias, y en el pueblo de sus abuelos, Fuentes (Villaviciosa), decidió continuar con el trabajo iniciado por su padre, técnico del Serida, allá por 1989, quien hizo en Asturias la primera plantación comercial de arándanos. "Yo nací en 1990 por lo que, como quien dice, me crié entre estas plantas, vaya. Estudié la carrera porque me gustaba y, antes de volver al negocio familiar, decidí formarme un poco más en una empresa muy buena que hay en Sevilla", explica este joven emprendedor que no volvió sólo. Su pareja, Antonia Sánchez Moreno, también experta en el cultivo de frutos del bosque, trabaja mano a mano con él al frente de su empresa Arándanos El Cierrón.

Adrían García Villar en su vivero de plantas de frutos del bosque.

Adrían García Villar en su vivero de plantas de frutos del bosque. / Ana Paz Paredes

Explica Adrián el largo proceso de cambio de aquella primera siembra hasta hoy. "Los primeros años el arándano era muy desconocido y salía casi todo a Gran Bretaña y norte de Europa. A partir de 2008 el consumo de arándanos y frutos rojos empezó a crecer en España y desde hace unos diez todo el mundo conoce esos productos", explica.

En la actualidad cuentan con seis hectáreas de arándanos más una hectárea de minikiwi. "Al tiempo que creció la plantación ha crecido también nuestro vivero de plantas con diferentes frutos del bosque que vendemos, tanto a agricultores, como a los que tienen cultivos en casa, tanto en suelo como en maceta. Hoy en día estas plantas, con las nuevas variedades, que son más duras y más productivas, son más fáciles de cultivar. Hoy puedes recoger tus fresas del balcón de tu casa, por ejemplo. El fruto rojo es originario de climas como el de Asturias y hay un importante número de variedades que se pueden cultivar sin problema, lo único limitante es que si el suelo es muy arcilloso, debemos de acidificarlo un poco, especialmente para el arándano", dice.

Andrián Garcia muestra algunas de las plantas que tiene a la venta en su vivero.

Andrián Garcia muestra algunas de las plantas que tiene a la venta en su vivero. / Ana Paz Paredes

Adrián y Antonia, que viven a caballo entre Villaviciosa y Fuentes, venden el 95 por ciento de sus plantas de frutos del bosque por internet, a través de su página web. "En el propio vivero no serán más del 5% la venta. Tenemos de todo tipo: variedades de arándanos. frambuesa, grosella, zarzamora, fresas, laronia, kiwiño. etcétera. La página está enfocada a España y Portugal, pero enviamos también a otros países. A día de hoy estamos pasando de los 1.000 pedidos anuales que, para nosotros, cuando empezamos con la web, ni nos lo imaginábamos. Igual este año nos acercamos a los 2.000".

Ellos son pioneros en la aplicación de la agricultura 4.0 en la producción de arándanos. "En la finca todo está automatizado. Tenemos una estación completa de sensorización. La agricultura de precisión es uno de los pilares de la agricultura del futuro. Sensorizamos al máximo las plantas para saber en cada momento qué necesita, con lo que ahorramos en agua, abonos o fertilizantes y se consigue, incluso, producir más. Gracias a todos los equipos que tenemos todo está muy automatizado y desde el móvil puedes controlar el riego, la fertilización, la fertirrigación y el estado de las plantas, y eso quita mucho trabajo", señala.

Adrián García muestra algunas de las plantas de arándanos.

Adrián García muestra algunas de las plantas de arándanos. / Ana Paz Paredes

Sobre el emprendimiento en Asturias, este ingeniero agrónomo dice que "se puede vivir y emprender en el campo asturiano, aunque no es fácil. Yo siempre aposté por esto. Tenía en Sevilla un trabajo de ensueño y cuando volví casi me tildaron de loco por dejarlo y venirme para atender las plantaciones y el vivero. Volví porque siempre creí en esto, siempre pensé que Asturias tiene potencial en el caso de los frutos rojos y puede tener una presencia importante en el mercado nacional porque tenemos un clima privilegiado y unas condiciones de suelo muy buenas".

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