Las historias que llegaron en tractor a Oviedo: un funeral, el cuento real del lobo y mucha incertidumbre

Los ganaderos y agricultores colapsan Oviedo con medio millar de tractores y el mensaje unánime de las organizaciones: "No se puede seguir así"

Mariola Riera

Mariola Riera

Oviedo

"Políticos y burocracia son nuestra desgracia" rezaba en una de las numerosas pancartas exhibidas durante la gran movilización del campo asturiano este martes en Oviedo. Pero hubo muchos políticos, que para eso están en plena campaña electoral, y no fueron pocos los trámites burocráticos que hubo que completar ante la administración para poder organizar una protesta histórica tanto en cantidad de asistentes como por sus convocantes: todas, las cinco organizaciones agrarias (Asaja, Uca, Coag, Ura y Usaga) unidas por primera vez, con el apoyo de otras asociaciones, cooperativas y empresas del medio rural del Principado.

Se juntaron medio millar de tractores y miles de ganaderos y agricultores, que colapsaron durante gran parte de la mañana la capital para mostrar en la ciudad su malestar, su hartazgo y su delicada situación por una desmesurada subida de los costes de producción que tiene al límite a los profesionales.

"Dicen que el campo está desunido y enfrentando. Pues aquí lo tienen, todo junto", clamó por el altavoz Fernando Marrón, de Usaga, quien sostuvo la pancarta junto al resto de dirigentes. Ramón Artime (Asaja) invitó a la gente a revisar los programas electorales y ver la implicación de los partidos con el campo; Mercedes Cruzado (Coag) alertó del cierre de explotaciones; José Ramón García (Uca) tachó de "nefasta" para el sector la legislatura que acaba; y Pablo Álvarez (Ura) celebró el éxito de la protesta y lamentó la falta de comunicación con la Consejería de Desarrollo Rural, pendientes de una reunión sin fecha a día de hoy.

La llamada de socorro del campo asturiano en Oviedo: "Esto no se arregla con limosnas"

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Luisma Murias

Como no podía ser de otra forma los políticos tuvieron gran protagonismo. Y eso que Manuel Iñarra, el candidato a presidente de Ciudadanos –que firmó junto al eurodiputado Adrián Vázquez el "manifiesto rural" con las peticiones del sector– lo dejó claro: "Los protagonistas sois vosotros. Lamento que llegue primero el lobo que internet a las casas". Por el escenario del paseo de Los Álamos desfilaron Luis Venta (PP); Adrián Pumares, Sergio Hidalgo y José Antonio Roque (Foro); Laura Lobeto (Vox); Raquel Murias (SOS Occidente), embutida en un mono de trabajo ganadero; y Pedro Leal (Suma).

Los dardos fueron contra los que no estuvieron, "los que nos gobiernan" y que no firmaron el manifiesto: PSOE, IU y Podemos. Adrián Barbón, presidente y candidato socialista, dijo en un acto en El Entrego "respetar y entender" la protesta del sector. La Delegada del Gobierno, Delia Losa, sostuvo por su parte que el campo preocupa mucho al Gobierno de España y destacó las ayudas millonarias que se han concedido. Pero resulta que agricultores y ganaderos no lo entienden así. Se sienten abandonados, dejados de lado y agobiados por los daños de la fauna salvaje, sobre todo, del lobo, al tiempo que víctimas de políticas "con una visión urbana alejada del medio rural". Bien avanzada la mañana estaba prácticamente todo dicho. Sobre el asfalto de la calle Uría se quemó hierba, se derramaron leche y restos de animales comidos por el lobo, y se escenificó el "entierro" del campo. Ese campo que, rezaba en otra pancarta, "no tiene tanto aguante para tanto traidor y mangante".

Montse Suárez y su nieta Ainara Vázquez, en plena manifestación, en la calle Uría. | M. R.

Lucía Cueto, con el pequeño Manuel, de 3 meses, en su regazo, e Isabel Fernández, en la protesta en Oviedo. | M. Riera / Mariola Riera

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Mario Coviella se hizo famoso en enero de 2022 por el entusiasmo que mostró cuando los Reyes Magos le dejaron de regalo en Lieres (Siero) una xatina, su gran ilusión, ya que de mayor quiere ser ganadero. Con 6 años, ahora ha tenido otro regalo, su hermano Manuel, quien con tres meses también es savia nueva para el campo asturiano. El pequeño estuvo este martes con su madre Lucía Cueto y su abuela Isabel Fernández en la tractorada. "Tal y como están las cosas dudo de que mis nietos puedan seguir con esto", opina la abuela, al frente de una explotación de carne. "Ellos serían la cuarta generación".

Nerea y Andrea Arias, de Teverga, flanquean a la somedana María Eugenia López. | M. R.

Montse Suárez y su nieta Ainara Vázquez, en plena manifestación, en la calle Uría. | M. R. / Mariola Riera

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Ainara Vázquez tenía este martes que ir a la escuela, pero un día es un día, más si la falta es por algo importante. "Estoy aquí porque el lobo come mis vacas", atinó a explicar la niña. Cayao en mano y silbato en la boca recorrió el centro de Oviedo junto a su abuela Montse Suárez. Son de Linares (Proaza), donde la familia cría unas 150 vacas. "Cada semana perdemos algún animal por el lobo", explica Suárez. Ainara dice ser ya ganadera, lo que será también de mayor. "Y estudiaré para ser maestra de guardería". La abuela asiente: "Queremos que estudie también, el futuro de esto está complicado".

Montse Morgade, al volante del tractor, en Oviedo. | M. R.

Nerea y Andrea Arias, de Teverga, flanquean a la somedana María Eugenia López. | M. R. / Mariola Riera

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"No hacen falta muchas explicaciones de por qué estamos aquí", claman a la vez Nerea y Andrea Arias, de Teverga, y María Eugenia López, de Somiedo. Las tres son ganaderas, siguen la tradición en la familia. Y las tres quisieran seguir siéndolo en el futuro, aunque lo ven complicado. "Como sigan así las cosas lo que vemos es que en unos años esto desaparecerá", advierten. Andrea tiene 23 años, Nerea, 30 y María Eugenia, 36. "Hay hartazgo. Cuidan más al lobo y al oso que a las vacas. Los costes de producción son muy elevados, el precio de la carne está más bajo que nunca".

Elena Soberón, de Cabrales, y Laura García, de Grado, con su pancarta en la tractorada. | Luisma Murias

Montse Morgade, al volante del tractor, en Oviedo. | M. R. / Mariola Riera

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Ya pasado el mediodía, Montse Morgade perdía la cuenta de las horas que hacía que se había subido al tractor para estar en Oviedo para la movilización. "Sobre las seis y media de la mañana o así", reseñó esta joven de 27 años, que acudió a la capital desde Villapedre (Coaña). Ella trabaja en una empresa del sector agrícola y no se lo pensó dos veces a la hora de apuntarse a la tractorada. "No hace falta explicar gran cosa, es lo que hay: muchos problemas. Yo quiero dedicarme a esto en el futuro, pero si sigue así...", relató a LA NUEVA ESPAÑA al volante del vehículo, que encabezó una de las caravanas.

Irene Corujo, Isabel Pruneda, Paloma Camino, Sergio Ocaña y Yoli Villa, en plena protesta. | Luisma Murias

Elena Soberón, de Cabrales, y Laura García, de Grado, con su pancarta en la tractorada. | Luisma Murias / Mariola Riera

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"Para defender lo nuestro, que ya es hora, estamos aquí. Nadie lo va a hacer por nosotros", claman la cabraliega Elena Soberón y Laura García, de Grado. Las dos son ganaderas y, la primera, también quesera y vicepresidenta del consejo regulador del cabrales. "Yo monté la quesería para aprovechar la leche de la ganadería que era de mis abuelos. Pero no se puede más, estamos cansados y sin apoyo", lamenta Soberón. "Vosotros mecer las lobas, que el quesu lo hacemos nosotros" es el lema que lució su pancarta y la de su amiga Laura García. "Es difícil criar ganado, cada vez más, el lobo es un peligro".

"Ya basta", clama el campo, ahogado por los costes de producción y herido grave por el lobo

Irene Corujo, Isabel Pruneda, Paloma Camino, Sergio Ocaña y Yoli Villa, en plena protesta. | Luisma Murias / Mariola Riera

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Si en la última protesta, la del 24 de abril, Paloma Camino se plantó en Oviedo con los restos de una oveja comida por el lobo, este martes lo hizo con los restos de gallinas atacadas por el raposo. Además, se visitó de oveja, mientras que Isabel Pruneda lo hizo de vaca. Junto a ambas, Irene Corujo se disfrazó de peón de ganadería, mientras que Sergio Ocaña ejerció de tratante y Yoli Villa, de veterinaria. Este grupo de Nava escenificó con mucho humor y originalidad el "funeral" de campo asturiano y todos los profesionales afectados por ello.

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