Me quedo en el pueblo

De maestros a ganaderos en Illano

José Ángel Pérez y Claudia Menéndez cuentan con un pequeño rebaño de ovejas, trabajan la quiastolita de forma artesanal y regentan un alojamiento rural

José Ángel Pérez y Claudia Menéndez, con algunas de sus ovejas, en Illano.

José Ángel Pérez y Claudia Menéndez, con algunas de sus ovejas, en Illano. / Ana Paz Paredes

"A mi hermano le chocaba que volviese para el pueblo. Eres muy joven, sal a ver mundo me decía, pero yo lo que quería era venir para aquí, siempre me ha tirado el pueblo y aquí estoy encantao, soy superfeliz", dice José Ángel Pérez Martínez, maestro de Educación Infantil, natural de Oviedo, mientras toma un café en la cocina de la casa donde nació su madre, en Illano, contemplando en la ventana cómo se levanta la niebla allá en una loma, descubriendo algunas casas del pueblo de La Montaña.

José Ángel Pérez y Claudia Martínez, con algunas de sus ovejas.

José Ángel Pérez y Claudia Martínez, con algunas de sus ovejas. / Ana Paz Paredes

Junto a él está su pareja, Claudia Menéndez Vega, de Noreña, también maestra de Educación Infantil y con un máster en Psicopedagogía: "Cuando conocí a José Ángel, él ya venía mucho al pueblo. Por aquel entonces yo tenía tres trabajos en la ciudad: en un cole en un programa de refuerzo escolar. dando clases de voleibol y también de camarera, además de estar preparando oposiciones. Cuando me quedé con un sólo trabajo decidí venirme con él y, al tiempo de vivir y trabajar aquí, seguir preparando las oposiciones como maestra".

La pareja de emprendedores, con algunos de sus trabajos con la quiastolita.

La pareja de emprendedores, con algunos de sus trabajos con la quiastolita. / Ana Paz Paredes

José Ángel Pérez ya había regresado a la casa familiar en Illano junto a su madre durante la pandemia. Cuando ella volvió él hizo el camino a la inversa, reabrió la casa que durante todo el año estaba cerrada, a excepción de vacaciones y fechas señaladas, y al tiempo que le salía un trabajo para el Ayuntamiento, que ya no tiene, puso en marcha un proyecto ilusionante: tener ovejas y dedicarse, en un futuro, a la elaboración de queso.

"Un compañero me animó y compré una pareja. Empezamos a tener corderos pronto. El parto más sonado fue el de ‘Grandela’, que tuvo cuatro corderos. Ahora ya tenemos unas cuantas ovejas y corderos más. Nuestros inicios con los animales no fueron fáciles pero tuvimos mucho apoyo de la gente del pueblo, que nos arroparon desde el principio", dice esta pareja. Calcula que en total en Illano vivirán no más de treinta personas de continuo. Otra cosa es cuando llega el verano o los fines de semana, que se suma más gente.

José Ángel Pérez y Claudia Menéndez, con uno de los corderos.

José Ángel Pérez y Claudia Menéndez, con uno de los corderos. / Ana Paz Paredes

Junto con las ovejas llegó también la artesanía tras descubrir la belleza de la quiastolita. "Cuando José me descubrió esta piedra me pareció preciosa. Como hay muy poca gente que la trabaje, de forma autodidacta empezamos a idear nuestros propios diseños y hacemos de todo, pendientes, colgantes, pulseras y anillos con nuestro toque personal", explica ella recordando que el trabajo lleva el nombre de "Quiastola".

Algunos de sus trabajos con la quiastolita.

Algunos de sus trabajos con la quiastolita. / Ana Paz Paredes

Ambos dicen que, para mantenerse en el pueblo, en el medio rural, es imprescindible contar con un trabajo, por eso diversifican lo que pueden. "Aquí llegamos los dos con nuestros ahorros, pues ambos hemos trabajado, pero no resulta fácil. Se puede emprender, sí, pero es complicado, es difícil. Nosotros contamos con la casa de mi madre, que eso es un punto a nuestro favor, otra cosa es tener que pagar una casa en alquiler teniendo unos ingresos mínimos, así es imposible", dice él. Y ella añade: "Yo, que sigo yendo y viniendo de Noreña algunos días, creo que se puede vivir en un pueblo, pero sabiendo cuáles son las expectativas y con mucha predisposición para seguir adelante", dice Claudia.

La oveja "Grandela", que se hizo famosa por tener cuatro corderos en el parto hace tiempo, con ellos en el prao de José Ángel y Claudia.

La oveja "Grandela", que se hizo famosa por tener cuatro corderos en el parto hace tiempo, con ellos en el prao de José Ángel y Claudia. / Ana Paz Paredes

Recientemente también han cogido la concesión de los apartamentos rurales San Esteban de los Buitres, un edificio que antaño había sido la escuela de la zona. "Ya ves qué curioso, dos maestros ahora son los que se ocupan de estos alojamientos donde antes, los niños, venían a aprender y a formarse", dicen. "En cuanto a calidad de vida estamos encantados con esta tranquilidad, haciendo lo que nos gusta y con el trato de la gente, mucho más cercano que en la ciudad. Ahora bien, necesitamos trabajo para continuar. Si no hay trabajo en el pueblo, tanto antes como ahora, no te queda otra que irte a buscarlo donde te lo den", advierten.

Claudia Menéndez y Jose Ángel Pérez, con la talla de su obra artesana, también realizada por el propio José Ángel.

Claudia Menéndez y Jose Ángel Pérez, con la talla de su obra artesana, también realizada por el propio José Ángel. / Ana Paz Paredes

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