Prevención, intervención precoz y asistencia a los jóvenes, prioridades del pacto por la salud mental en Asturias

La prevención, la intervención precoz, la asistencia a los jóvenes y la posibilidad de dedicar más tiempo a cada paciente son algunas de las prioridades que los profesionales y los pacientes proponen para el "pacto por la salud mental" que el pasado miércoles plantearon varios candidatos a la presidencia del Principado en el marco de un debate con motivo de las elecciones municipales y autonómicas del próximo día 28.

El incremento de la demanda de atención psiquiátrica y psicológica subsiguiente a la pandemia de covid-19, así como la proliferación de casos de autolesiones y suicidios, en particular entre jóvenes y adolescentes, han situado a la salud mental en el centro del escenario político y social. "Ha de ser un plan integral con medidas sanitarias, educativas, sociales y laborales", subrayan los familiares de pacientes psiquiátricos.

Celso Iglesias. Psiquiatra

«Hay que comparar los resultados, pero no tenemos datos»

«¿Cómo mejorar? Valorando las distintas formas de hacer las cosas y los resultados en salud. Tenemos la posibilidad de comparar los resultados de distintos modelos en las distintas áreas sanitarias y no hay dificultades para adaptar modelos de otras partes. Problema: ¿Dónde están los datos de evaluación del programa de prevención de suicidios que se puso en marcha en 2018? Éste debe ser un debate eminentemente técnico y que hasta ahora siempre ha estado contaminado por posturas ideológicas».

Teresa Bobes. Psicóloga

«Debemos fortalecer la atención a la infancia y la adolescencia»

«Destaco tres líneas de acción principales. La primera, prevención y promoción de la salud mental en la población general. Educar y aliviar los factores de riesgo que favorecen el desarrollo de problemas emocionales y trastornos mentales. La segunda línea se refiere al fortalecimiento de la atención a los problemas de la infancia y adolescencia. Para esta población particular hay que tener mayor y mejor dotación. Una tercera línea se refiere a la prevención, detección y postvención de las conductas suicidas».

Luis Bastida. Psiquiatra

«Hace falta una red de viviendas con apoyo para los pacientes»

«En lo que se refiere a los casos de mayor gravedad, los equipos de Salud Mental necesitan refuerzos de recursos humanos con la formación adecuada. También es muy necesario tener una red de viviendas con apoyo, pues muchos de nuestros pacientes están acabando de manera prematura en residencias de ancianos. Por otra parte, el auge de problemas ansioso-depresivos debería enfocarse desde una perspectiva preventiva, lo cual es muy complejo. La situación requiere una reforma social profunda, y no simplemente mandar a todo el mundo a terapia o darle antidepresivos».

Paz García-Portilla. Psiquiatra

«El freno a un fármaco nuevo para la depresión es único en el país»

«La máxima prioridad es la innovación:_el acceso de nuestros pacientes a la innovación tanto farmacológica como de psicoterapia y tecnológica. El freno que el sistema de salud asturiano está poniendo al nuevo fármaco aprobado para la depresión resistente es único en el país. La segunda prioridad es la investigación y formación de los actores clave. En nuestro medio, es especialmente grave y preocupante la falta de rigor en las intervenciones psicoterapéuticas».

Andrés Calvo. Psicólogo

«Se debe entrenar a los sanitarios de Primaria en identificar trastornos»

«Urge concienciar a la población general sobre los problemas de salud mental. Segundo, un reconocimiento temprano y una prevención de los trastornos mentales, especialmente de los pacientes con riesgo de suicidio, creando programas de entrenamiento específico para que los sanitarios de Atención Primaria (por ejemplo, pediatras) puedan identificar y prever los trastornos. En tercer lugar, crear una unidad de trastornos de la personalidad capaz de atender la alta demanda de estas patologías. Y, cuarto, hay una necesidad urgente de profesionales psicólogos/psicoterapeutas con formación adecuada hasta alcanzar al menos la media europea».

Julio Bobes. Psiquiatra

«Se debe dar más voz a los pacientes expertos y a los familiares»

Marcos Huerta. Psiquiatra

«Hace falta un tiempo mínimo por paciente»

«Lo primero, combatir el estigma. Se satanizan los psicofármacos y eso afianza prejuicios irracionales que perjudican a quien necesita tratamiento. Lo segundo, reforzar la figura del psiquiatra. Hay que exigir un tiempo mínimo por paciente que permita intervenciones psicoterapéuticas desde el conocimiento de la psicopatología. Lo tercero, priorizar a quien realmente lo necesita. Se inundan los servicios de demandas inadecuadas que impiden una atención óptima a los casos más graves».

Tomás L. Corominas. Presidente de Hierbabuena, asociación para la salud mental

«Es prioritaria la prevención del estigma en los diagnosticados»

«Es prioritaria la prevención del estigma hacia quienes padecemos diagnósticos de la psiquiatría. Debe ser un pacto por una salud mental democrática, donde las personas puedan tomar sus propias decisiones sobre sus vidas, contando con los apoyos y recursos apropiados para su recuperación. Hace falta retomar la evaluación de los servicios de salud mental del Principado que se llevó a cabo en 2010, contando con todas las voces».

Esther Blanco. Psicóloga

«Se necesita una unidad de trastornos de la personalidad»

«Se necesita una unidad de trastornos de la personalidad con tratamientos basados en evidencia científica. Segundo, fomentar la cultura de lo grupal en atención psicológica, que significa mayor beneficio con menor coste. Y, tercero, crear grupos de trabajo multifamilia y terapias grupales en Atención Primaria».

Daniel Rodríguez. Presidente de Afesa (Asociación de Familias con Enfermedad Mental)

«Los pilares han de ser la prevención y el diagnóstico temprano»

«La prevención y el diagnóstico temprano, hasta el seguimiento a lo largo de la vida, han de ser los pilares de este plan. Ha de contemplar la prevención desde infanto-juvenil hasta la vida adulta. Los grupos políticos, todos los gestores sanitarios, las familias y, cómo no, con las propias personas afectadas de salud mental deben ser tenidos en cuenta. Ha de ser un plan integral con medidas sanitarias, educativas, sociales y laborales».

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