Entrevista | Margarita Rico Dirige el proyecto europeo «Grass Ceiling» sobre mujer en el medio rural

"Las mujeres tienen un papel prioritario en el campo para innovar y fijar población"

"En Asturias han tenido una participación más representativa al frente de las explotaciones y las jóvenes ven posibilidad de actividad"

Margarita Rico. | Cedida

Margarita Rico. | Cedida / Lne

Mariola Riera

Mariola Riera

Oviedo

Margarita Rico es Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valladolid y profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, perteneciente a esa misma Universidad. Acaba de ponerse en España al frente del proyecto "Grass Ceiling" de la UE centrado en la situación de la mujer en el medio rural y en el que participa una asturiana, la ganadera de Las Regueras Lucía Velasco, junto a otras españolas y de ocho países más (Irlanda, Croacia, Italia, Lituania, Países Bajos, Noruega, Escocia y Suecia). Los trabajos cuentan con 2,8 millones de euros y se desarrollarán hasta diciembre de 2025.

–¿Cuál es el objetivo del proyecto "Grass Ceiling"?

 –Pretende apoyar la innovación sostenible liderada por mujeres en las zonas rurales. En el caso español vamos a prestar el foco en las mujeres agricultoras y ganaderas que desempeñan su actividad en áreas despobladas del tercio norte del país, con las dificultades que ello conlleva.

–¿Que particularidades tiene?

–En primer lugar, su carácter participativo, ya que aparte de entidades académicas intervienen otro tipo de instituciones, como por ejemplo Cooperativas Agroalimentarias de España y, lo que es más importante, las propias mujeres ganaderas y agricultoras tienen el papel prioritario.

–¿Cómo?

–Se ha organizado un laboratorio de experiencias en el que participan ocho mujeres con las que trabajaremos y aprenderemos codo con codo, por y para ellas, para que nos transmitan su experiencia, retos y preocupaciones. Además, participarán otros agentes relacionados con el proceso innovador femenino agrario como apoyo. Finalmente, también se ofrecerá formación dirigida a facilitar la innovación en el campo en toda su amplitud: producto, proceso, comercialización, innovación social, etc. El fin último será dar voz a las mujeres que trabajan en el sector agrario y trasladar sus necesidades a los decisores políticos europeos, que es de donde proceden la mayor parte de las políticas de desarrollo rural de los estados miembros.

–¿Cuál es la realidad de la mujer rural en España?

 –Es muy difícil responder a esta pregunta, en tanto en cuanto existe una gran heterogeneidad. Estas diferencias están relacionadas con el tamaño de su municipio de residencia y la cercanía o no a grandes centros de servicios, su edad o su formación y cualificación. Las mujeres que se encuentran en zonas más despobladas y alejadas, carentes de buen número de servicios sociales y con malas conexiones de comunicación y de infraestructuras de telecomunicaciones, se enfrentan a importantes obstáculos para poder desarrollar su vida profesional y personal. No obstante, en los últimos tiempos hay un importante grupo de mujeres jóvenes, con buen nivel formativo, que constituyen una nueva generación que apuestan por el medio rural como forma de vida y han optado por permanecer en él.

 –¿Y las españolas, en qué situación está respecto a las mujeres de los otros países de "Grass Ceiling"?

–Cada país que participa en el proyecto tiene sus propias singularidades y no es sencillo hacer comparaciones. Lo que sí es cierto es que en todos los territorios el futuro del campo pasa por la necesidad de adoptar actividades innovadoras y diferenciadas, que atiendan a los requerimientos de los mercados y que sean sostenibles tanto desde una óptica ambiental como económica y social. Y en todo este proceso a nivel europeo, las mujeres juegan un papel prioritario, tanto por su capacidad innovadora, responsable y generadora de riqueza y empleo, como por su papel en la fijación de población en las zonas más afectadas por los procesos de vacío demográfico.

–¿Hay más desigualdad en el sector rural que en otros?

–El tradicional sistema productivo en zonas de España, con predominancia de los cultivos extensivos de secano, ha constituido un lugar inhóspito para el desarrollo laboral de las mujeres. Su baza fue la emigración hacia las ciudades o hacia los municipios cabeceras de comarca. Aquellas que se quedaron, lo hicieron en su mayor parte como ayudas familiares, sin reconocimiento económico ni social. En otras regiones, como es el caso de Asturias y de otras zonas de tradición ganadera o de cultivos intensivos las mujeres han jugado otro papel, ya que se han encargado de la explotación y su participación ha sido muy representativa. Sin embargo, la discriminación siempre ha existido, ya que las mujeres han tenido que soportar la doble jornada de sus tareas en el campo y las domésticas y de cuidados. Esto les ha restado de tiempo para dedicarlo a ocupar puestos de responsabilidad en la esfera política o en el mundo asociativo. Y así les falta de fuerza para luchar por sus derechos.

–En Asturias, la mayoría del relevo generacional, que es escaso en general, al frente de las ganaderías hoy en día pasa por mujeres. ¿A qué cree que se debe?

 –La razón está relacionada con ese nuevo replanteamiento de las mujeres jóvenes al que antes hacía referencia y su visión acertada de que el campo puede constituir una actividad productiva en la que ellas tienen cabida. Todo ha de ir acompañado de la formación y profesionalización, y de cierto apoyo público.

–El campo en España ha salido a la calle a denunciar su precaria situación con numerosas protestas en los últimos tiempos.

–Los problemas del campo son estructurales en muchos casos y requieren de la actuación conjunta de todos los implicados. En primer lugar de los propios productores, con su responsabilidad a la hora de adquirir una formación que les permita emplear manejos sostenibles que no afecten al medio y que a su vez garanticen la viabilidad económica de las explotaciones. los consumidores han de conocer, valorar y sensibilizarse con los problemas y necesidades. En general, es necesario que toda la cadena de valor, proveedores de servicios, transformación y distribución, pongan en marcha medidas conjuntas relacionadas con asociacionismo, formación y campañas de sensibilización y apoyo del importante papel que juegan las mujeres y los jóvenes en el sector primario. Desde las instituciones académicas, también hemos de contribuir con estudios rigurosos.

–Y dinero...

 – En el caso de las administraciones públicas es esencial un apoyo real al medio rural para conseguir que sea un lugar digno en el que vivir y acogedor para las mujeres. Es muy importante reducir la burocracia a la hora de solicitar cualquier tipo de ayuda, así como flexibilizar ciertas exigencias a las empresas ubicadas en las zonas rurales, por sus dificultades añadidas respecto a las ciudades. 

–¿Y la formación para emprender y trabajar en el campo?

–Es necesario dar impulso a contenidos relacionados con el sector primario en las escuelas, centros de secundaria y universidades y visibilizar estas actividades tal y como lo son actualmente, cada vez más digitalizadas, tecnificadas y sostenibles.

–¿Qué opina de ese choque del que se habla entre la actividad agroganadera y la necesidad de que ésta sea sostenible? Los profesionales se quejan en ocasiones de dificultades y trabas para trabajar ante tantas exigencias medioambientales.

–No hablaría de choque, sino de necesidad. Pero no solo las actividades agroganaderas han de ser sostenibles, sino todos y cada uno de los sectores productivos. Es cierto que en ocasiones las exigencias son extremas, con lo que es necesario encontrar un punto medio de consenso en el que las prácticas del sector primario no deterioren el medio ambiente pero el cuidado de éste no comprometa la viabilidad económica de las explotaciones. La digitalización es un instrumento fundamental. Además, el sector primario también genera externalidades positivas que muchas veces no se tienen en cuenta como paisaje, absorción de dióxido de carbono, protección ante los incendios, pervivencia de las tradiciones y costumbres rurales, y que es necesario poner en valor.

 –¿Cuál es su receta para la despoblación del campo? 

 –Ojalá yo pudiera tener la receta para paliar y revertir la despoblación del campo y que ésta fuera efectiva. No obstante, me atrevo a dar algunos ingredientes. El primero y fundamental creo que actualmente está relacionado con los factores psico-sociales de los ciudadanos, y sus preferencias hacia modos de vida urbanitas. Por ello, abogaría hacia una mejor y mayor promoción de las bondades de las zonas rurales y de sus posibilidades para ofrecer empleo y una gran calidad de vida. Para ello y como segundo ingrediente, se necesita una apuesta más firme por parte de las administraciones hacia la mejora en la provisión de servicios básicos en los pequeños municipios, así como en las vías de comunicación y servicios públicos de transporte y en la cobertura móvil y de internet. Y finalmente, como tercer ingrediente y relacionado con el anterior, creo que es necesario ya, y cuanto antes, emprender una reorganización territorial y una comarcalización del territorio, para plantear una oferta racional y eficiente de servicios y otros recursos en el medio rural, mejorando con ello el bienestar de sus habitantes.

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