Entrevista | Marcelino Marcos Líndez Consejero de Medio Rural y Política Agraria
"La política de Teresa Ribera con el lobo nos costó votos; fue un error, no es razonable impedir su control"
"No vivo en otro mundo, conozco los problemas que hay en el medio rural y voy a ponerme del lado de los afectados para tratar de mitigarlos"

Marcelino Marcos, en su despacho de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria. | Luisma Murias / Juan A. Ardura
Sonríe cuando se le pregunta si fue premonitorio aquello de tirar de guadaña en plena campaña, cuando repartía propaganda electoral en Posada de Rengos. Tras ser alcalde de Tineo, portavoz socialista en la Junta General y presidente del parlamento asturiano, Marcelino Marcos Líndez (Oviedo, 1968) llega a la consejería de Medio Rural y Política Agraria para "aportar mi granito de arena en mejorar la vida de los que viven, y quieren seguir viviendo, en el mundo rural y del primer sector". Un mundo que, confiesa aprendió "a amar" con su padre y su madre: "Tuve buenos maestros".

Marcelino Marcos Líndez. | Luisma Murias / Juan A. Ardura
–¿Cómo lleva pasar de un cargo institucional a otro de primera línea de gestión política?
–Estoy muy agradecido al Presidente de que haya apostado por mí para defender a esta Consejería y a mi partido. Soy una persona tranquila, con aciertos y desaciertos. Duermo bien, los problemas no me suelen superar fácilmente, lo cual no quiere decir que no me preocupen. Mi primera inquietud era ser capaces de planificar una estructura acorde a las necesidades de gestión del medio rural. Esa fase ya la hemos pasado, ahora podemos centrarnos en buscar soluciones a los problemas del primer sector y en ser ingeniosos a la hora de proponer nuevas medidas y adaptarnos a las realidades del siglo XXI. No se trata solo de dar continuidad a una gestión que, a mi juicio, fue razonable, sino aportar nuevas propuestas que beneficien al sector primario.
–Llega a un sector muy caldeado en los últimos tiempos, con movilizaciones y protestas habituales. ¿Cuál será su libro de estilo?
–El primer paso ha de ser el diálogo. Entre todos debemos ser capaces de buscar soluciones. Cuando las cosas van mal es lógico que haya enfado y se traslade a las instituciones y a la calle, pero sin imposturas. Yo no vivo en otro mundo, conozco los problemas que hay en los distintos sectores del medio rural, soy uno de los interesados en tratar de mitigarlos, ponerme del lado de los afectados y ver cómo contribuir a solucionar esos problemas. Este Gobierno se caracteriza por la gestión compartida, aquí no hay compartimentos estancos, es clave para logra unos buenos resultados.
–Exdirigentes del PSOE ya alertan de que el «troceo» del medio ambiente traerá más problemas y burocracia. ¿Cómo valora este toque de atención?
–Son opiniones que puedo respetar, pero no comparto. El que piense que un gobierno funciona dependiendo solo de las áreas de cada consejería está equivocado. Si, como decía, la gestión es compartida, este argumento contradice esas opiniones. Es verdad que en una estructura te puedes equivocar o no, pero el tiempo dará y quitará razones.
–Usted imprimió un ritmo más ágil a los plenos de la Junta. ¿Será capaz de acelerar el pago de los daños de la fauna salvaje?
–Eso espero, para mi es una prioridad porque es una de las cuestiones que depende de nosotros. Del mismo modo que la inclusión del lobo en el listado de especies protegidas (LESPRE) impide que los controles, de momento, se puedan realizar, sí corresponde al Principado habilitar ayudas, para que los daños se paguen lo más rápido posible y que el proceso administrativo, desde que se produce el daño hasta cobrar, sea lo más ágil posible. Hay que eliminar burocracia.
–¿Cómo?
–Muchas veces los problemas se solucionan estando encima de ellos. Me gusta delegar, que todas las personas de mi equipo sean partícipes, porque es la manera de sentirse útiles y responsables, pero estaré muy encima porque se trata de una de las cuestiones que es necesario mejorar. Fíjese la importancia de la corresponsabilidad en la gestión, de la que hablaba antes, que el pago de estos daños no depende solo de la consejería de Medio Rural, sino también de la de Hacienda que da la orden de pago.
–¿La decisión de Teresa Ribera de incluir el lobo en el listado de especies de especial protección costó alcaldías de las alas al PSOE, como ha afirmado el presidente Adrián Barbón?
–Es uno de los elementos que ha influido en esos resultados. El sector ganadero entiende que hubo un posicionamiento a favor de los que no defienden controles de una especie que causa daños, dejando de lado a los que viven del sector primario. El Principado defiende el plan de gestión, porque era equilibrado en la preservación del lobo y también en que los hombres y mujeres del medio rural puedan vivir de forma razonable. Es normal que ese malestar se haya trasladado electoralmente. Debería haber afectado más en unas generales, que es de donde emana la decisión de incluir el lobo en el LESPRE, porque la posición de Asturias está clara.
–Su predecesor ya movió ficha hace meses ante el Ministerio de Teresa Ribera, sin ningún éxito. ¿La recuperación del plan de gestión del lobo Asturias ni está, ni se le espera?
–Tengo esperanzas, hay un proceso administrativo abierto en el que estamos con varias autonomías, al que ahora incluso se incorporan otras como La Rioja. Está claro que la inclusión del lobo en el LESPRE ha sido un error. Soy consciente de que resulta muy complicado buscar el equilibrio porque se trata de debate muy polarizado, entre quien no quiere ningún lobo y quien los quiere todos. Pero tomar la decisión de impedir realizar controles ha ahondado en la polarización, aparte de que no es razonable. Existe información suficiente como para cuestionar que el lobo no está en riesgo de extinción, ni mucho menos. Es un claro ejemplo de lo que no se debe hacer para solucionar los problemas.
–¿Por qué?
–Los problemas deben afrontarse de una manera sensata, serena y, sobre todo, documentada. Es la posición de Asturias, que aporta documentación, argumentos científicos y luego criterios sociales y económicos. No se pueden poner en riesgo producciones de calidad, como nuestros quesos, en el Oriente de Asturias sobre todo, por los daños de una especie determinada. El Principado defiende un equilibrio, como el de nuestro plan de gestión, que se diferencia de los de otras autonomías. En Asturias el lobo no es una especie cinegética, ni pedimos que lo sea, pero defendemos que haya un control.
–¿Da más fuerza contar con un nuevo aliado,_La Rioja, gobernada ahora por el PP?
–No es cuestión de más fuerza. Se trata de quién tiene razón, con argumentos científicos, y yo creo que es nuestra. Para decidir la inclusión en el LESPRE se ampararon en autonomías que no vieron el lobo salvo por la televisión, algo muy injusto. Si cuando hablamos de los problemas inmediatos con los agricultores y ganaderos decimos que hay que ir de la mano y buscar soluciones, en la cuestión del lobo, también. Y si te equivocas, hay que ser consciente de ello y cambiar hacia una posición razonable.
–¿Ha faltado diálogo por parte del Ministerio de Teresa Ribera?
–Ha faltado comprensión de una situación injusta.
–¿Preocupa al Gobierno autonómico la rebaja de los últimos en el precio que se paga a los ganaderos por la leche ?
–Toda política de precios siempre preocupa. Históricamente ha habido variaciones en función de una producción mayor o menor. Hay que analizar esas variaciones y cómo quedan los márgenes para los productores, de cara a las peticiones de ayudas a las administraciones. La sequía, que antes no afectaba tanto a Asturias, dispara ahora los costes para nuestros ganaderos y agricultores. Uno de los éxitos del anterior consejero de Medio Rural fue conseguir en la Mesa de la sequía que Asturias sea una de las autonomías que perciban ayudas para nuestros ganaderos.
–¿Descarta habilitar una línea de ayudas autonómica?
–Para nada. Hay que analizar la situación. Estamos en condiciones de habilitarlas, bien desde el Ministerio o desde la comunidad autónoma. No niego que el Principado ponga en marcha ayudas, pero tenemos que comprometernos todos: la Administración y las industrias deben pagar precios razonables a los productores. Lo que no pueden hacer es aprovecharse en un momento determinado porque al final el gran perjudicado es el productor. Debe haber márgenes, pero para todos.
–¿Existe una estrategia para acabar con las pequeñas explotaciones?
–El modelo intensivo de concentración no es el mío para nada. En Asturias hemos defendido un modelo de explotación familiar y sostenible. Consolidamos cuatro millones y medio para mejoras genéticas, que diversifican producciones y generan valor añadido;_reforzamos la partida para evitar enfermedades en la salud animal y aprobamos ayudas estructurales al sector, especialmente a jóvenes y mujeres, a la modernización. Antes de fin de año abonaremos 70 millones al sector.
–El estrés hídrico llega al campo asturiano. ¿Teme el impacto que pueda tener sobre el sector agroalimentario?
–Hay que aprovechar las oportunidades ante el cambio climático. Si comparamos con 30 años atrás, ahora en Asturias hay producciones agrícolas a pleno rendimiento que no hubiéramos imaginado, como el kiwi, el arándano y el aguacate, que está empezando. Parece claro que las producciones se adaptan a la nueva realidad. Ante el cambio climático hay que ser ingenioso e innovador y ahí juega un papel fundamental la Administración, poniendo en servicio terrenos baldíos, de ahí el papel que deben desempeñar el Banco de Tierras y la dirección de Planificación Agraria. Vamos a ser capaces de aprovechar las oportunidades que nos brinda el cambio de las condiciones climatológicas que estamos viendo en los últimos años.
–Ante la situación de ASEAVA con Vaca Roxa ha planteado la posibilidad de una gestora. ¿Es la receta idónea?
–Entiendo que sí. He ofrecido el apoyo de la Consejería porque es un tema muy sensible, que afecta a todos, ganaderos y ganaderas, porque hay ayudas directas, condicionadas a la inscripción en el libro genealógico. Se juegan «perres», el prestigio de una raza, asturiana de los valles, y el nombre de la asociación. Es un problema que se arrastra hace años y requiere un asesoramiento profesional para dar una solución. Las partes han demostrado generosidad y preocupación para buscar una solución y es de agradecer que hayan orillado las diferencias, sin que ello suponga renunciar al estudio de cómo se llegó a esa situación.
–¿Cómo va la candidatura de la sidra para ser patrimonio mundial?
–Estoy esperanzado en conseguir este reconocimiento, sería algo fabuloso para defender la cultura de la sidra asturiana. Hace falta un poco de paciencia, pero igual no son tantos meses. Al final, contribuiría a la promoción de Asturias, de un sector que es muy profesional y también de nuestro turismo.
–¿Qué política piensa impulsar para que la flota asturiana no pierda barcos de pesca?
–Asturias tiene una flota de 248 embarcaciones, de las que siete faenan en caladeros comunitarios y el resto en el caladero nacional, por lo que nuestra flota es mayormente artesanal. Vivimos hace años momentos muy duros con el conflicto por la cuota de la xarda, cuando no hubo una respuesta adecuada del_PP asturiano a la gestión del gobierno popular, pero ahora los «stock» gozan de buena salud. Hay problemas como la nueva incorporación, pero la campaña del bonito, después de muchos años, se prolongará hasta finales de este mes. Se prevén problemas con la merluza norte y el jurel, pero hay que ser capaces de compensar unas especies con otras para que el sector salga beneficiado.
–¿Qué le parece que Asturias cuente con una potente plaza pesquera para la venta?
–Los dos puertos, Gijón y Avilés, tienen mucho que decir al respecto. Hay que mantener su independencia, pero se puede explora la posibilidad de aprovechar los recursos de la mejor manera posible sin perjudicar a nadie. No me parece mala idea poder gestionar de una manera conjunta.
–Una de las asignaturas pendientes es la gestión forestal. ¿Que planes hay el respecto?
–Una de las prioridades de esta legislatura es la nueva ley de gestión forestal y prevención de incendios. Será una oportunidad para dar una vuelta a esta normativa, llegó el momento de hacer una renovación más intensa que permita a continuación hacer el plan forestal. El nuevo director general de Gestión Forestal tendrá un papel muy importante. Javier Vigil tiene un perfil idóneo, que va a aportar mucho en los nuevos planes que barajamos para este sector. Tenemos claro que cualquier intervención en el territorio debe hacerse mediante el diálogo con los vecinos, llegando a un consenso sobre los planteamientos. Si hacen falta pastos, pues pastos; si se planta, se planta. Pero el diálogo con los vecinos es clave.
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