La particular cruzada que mantiene la Unión Europea en favor de la protección de los llamados "ecosistemas marinos vulnerables" vuelve a crispar los ánimos del sector pesquero asturiano. Si el pasado verano ya hubo protestas airadas por la iniciativa de limitar drásticamente la actividad en 94 áreas pesqueras –luego reducidas a 87– definidas como ecosistemas marinos vulnerables, la propuesta que plantea ahora la Comisión Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) de aumentar el número de esos espacios a 115 reaviva las ascuas de ese malestar. Y esta vez, además, con el agravante de que lo que propone ICES afecta de lleno a la flota regional pues son diez las áreas próximas a la costa asturiana (en la franja de las 20 millas náuticas) que se podrían ver afectadas por la prohibición de llevar a cabo todo tipo de actividad pesquera.
La propuesta comunitaria de restringir la actividad pesquera que ahora se podría ver ampliada plantea el establecimiento de zonas vedadas para todos los métodos de pesca de fondo, sin distinción, en fondos superiores a los 400 metros en diversas áreas marinas. La finalidad de esta medida es, según los términos en que se pronuncia la UE, "proteger unidades naturales conformadas por estructuras geológicas frágiles y poblaciones o comunidades de invertebrados que ante perturbaciones antrópicas (producidas por la actividad humana) son de lenta o escasa recuperación, tales como montes y cañones submarinos, fuentes hidrotermales y formaciones coralinas de agua fría".
En palabras del presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias, Adolfo García Méndez, "los nuevos acotamientos planteados a la Comisión Europea para su inclusión en los ecosistemas vulnerables condenarían a la ruina a más de la mitad de la flota asturiana, que se vería privada de espacios de pesca fundamentales para su supervivencia. Y esto ocurriría sin diferenciación de artes. Sería, sencillamente, una condena de muerte".
García Méndez trasladó esta y otras preocupaciones del sector al comisario de Medio Ambiente., Océanos y Pesca de la Unión Europea, Virginius Sinkevicius, en un encuentro celebrado este martes y en el que también participaron otros representantes pesqueros españoles y el presidente de la federación nacional de cofradías, Basilio Otero. El sector expresó a Sinkevicius su desacuerdo con el nuevo informe ICES de Espacios Marinos Vulnerables, que propone pasar de 87 a 115 zonas vedadas, porque aunque el Comisario de Pesca asegura que "son menos las millas cuadradas las que se van a vedar", las cofradías de pescadores manifiestan que "la realidad es otra, porque hay multitud de puntos vedados que antes no existían y que traerán consigo grandes perjuicios para la flota".
García Méndez desconfía de la fiabilidad de los informes científicos que ha facilitado el Gobierno de España y que ha tenido en cuenta ICES, por lo que ya ha solicitado al Consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, que requiera al Ministerio los datos enviados y que han servido para elaborar un informe que "aniquilaría a gran parte de la flota asturiana". En las áreas del mar Cantábrico próximas a Asturias señaladas como susceptibles de convertirse en santuarios marinos se pesca "de todo", según Adolfo García Méndez, que rebate a quienes defienden la necesidad de prohibir la pesca para proteger el ecosistema y la biodiversidad: "Si en esos espacios hay vida en abundancia como parecen indicar los informes y la actividad pesquera se desarrolla en ellos desde tiempos inmemoriales, tan dañina no será entonces la acción de los pescadores".