El sistema de financiación que Zapatero impulsó para Cataluña triplicó la deuda autonómica

Las autonomías se sobreendeudaron por la caída de ingresos, derivada de la crisis, tal y como advirtió el hacendista Carlos Monasterio

Una financiación a demanda para Cataluña puede empeorar un mal sistema de reparto

Una financiación a demanda para Cataluña puede empeorar un mal sistema de reparto

Oviedo

La deuda del conjunto de las comunidades autónomas se ha triplicado desde la entrada en vigor en 2009 del actual sistema de financiación del régimen común, cuya reforma fue promovida por José Luis Rodríguez Zapatero a instancias de la Generalitat de Cataluña, entonces presidida por el socialista José Montilla. Corrían los tiempos del Estatut y Cataluña volvió a marcar la pauta para reformar un sistema de financiación que le resultase más ventajoso que el salido del pacto del Majestic, firmado por José María Aznar con Jordi Pujol en 1996.

El modelo de financiación ahora vigente enfrentó entonces a los dos grandes partidos mayoritarios y vio la luz sin la unanimidad del Consejo de Política Fiscal y Financiera, ya que las autonomías gobernadas por el PP se negaron a darle el visto bueno, aunque de partida supusiera más dinero para todas las autonomías, al mantenerse la cláusula del "statu quo" por la que ninguna comunidad podía perder ingresos respecto a los que recibía en el sistema anterior. Pese a ese supuesto avance, hubo voces que ya alertaron en 2009 del riesgo que se corría con el nuevo sistema, bastante más complejo que el anterior al estar compuesto por cuatro fondos: servicios públicos, suficiencia, competitividad y cooperación. El grueso de aquella negociación correspondió al entonces vicepresidente económico Pedro Solbes, aunque fue aprobado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera ya en la etapa de su sucesora en ese cargo, Elena Salgado.

El catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo, Carlos Monasterio, ya advirtió que ese modelo "creará una enorme deuda pública, que tardará dos décadas en sanearse", en una entrevista publicado por LA NUEVA ESPAÑA en julio de 2009. El hacendista asturiano, uno de los principales expertos en financiación autonómica que ahora mantiene una posición crítica sobre las consecuencias de una financiación especial para Cataluña, basada en que el Estado entregue a la Generalitat la gestión y cobro del cien por cien de los impuestos que allí se generan, alertó en 2009 del lastre que era poner en marcha "el nuevo sistema en una etapa de caída de los ingresos por impuestos y de déficit presupuestario". Y eso que lo peor de la crisis económica derivada de la gran recesión aún no había llegado y apenas se atisbaba el tremendo impacto que supondría para todas las haciendas públicas de España por la caída de ingresos tributarios. Aunque el catedrático reconocía que el funcionamiento de ese modelo no se podría valorar hasta tres años después de su aplicación, a partir de 2012, su previsión sobre el impacto en la deuda de las comunidades autónomas se ha cumplido a rajatabla.

Evolucion de la deuda autonomica en España.

Evolucion de la deuda autonomica en España. / LNE

El endeudamiento del conjunto de las comunidades autónomas que, al cierre de 2009, era de 93.270 millones de euros se ha situado este año al borde de los 329.000 millones de euros, lo que supone un incremento medio de casi el triple respecto al año de entrada en vigor del actual sistema de financiación. La hacienda pública del Principado, una de las más disciplinadas en el cumplimiento de las normas de estabilidad financiera, no se ha escapado a esta tendencia y ha visto crecer su pasivo en los últimos quince años, de los 1.080 millones a los 4.211 que presentó en el primer trimestre de este ejercicio, lo que supone un incremento del 289 por ciento, es decir que casi se triplicó. Asturias es la séptima autonomía con mayor porcentaje de crecimiento, una clasificación que encabeza Murcia, donde la deuda se multiplicó por ocho en ese mismo periodo, pasando de una cifra ligeramente superior a la que presentaba Asturias, en concreto 1.340 millones a 12.356 millones de euros, según los datos actualizados por el Banco de España al final del primer trimestre de 2024. Otra comunidad autónoma uniprovincial, la vecina Cantabria, ha cuadruplicado el incremento de su deuda, casi como Extremadura. En términos absolutos, dos comunidades mediterráneas son las más endeudadas. Cataluña, que impulsó políticamente aquella reforma y ahora quiere dar un paso más, vía cupo o financiación singular, ha visto crecer su deuda de 25.661 millones de euros a 87.253, mientras que el endeudamiento de la Comunidad Valenciana se elevó de 16.113 millones de euros a los 41.563 de la actualidad.

La mayor parte del sobreendeudamiento autonómico se produjo en los años de la gran recesión económica, entre 2010 y 2017. En solo los primeros cuatro años de es e periodo la deuda de las autonomías creció en 110.000 millones de euros. Aunque todas las comunidades metieron tijera en su gasto público, recortando miles de empleos, tuvieron que financiar sus servicios públicos con nuevos préstamos, a los que hasta entonces por norma general, se recurría sobre todo para pagar la inversión. El secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, empleó en Oviedo, hace meses, un símil futbolístico, para explicar lo ocurrido con el modelo de financiación vigente y la irrupción de la gran recesión: "Hicimos un equipo para Primera y bajamos a Segunda y con una plantilla diseñada así no te defiendes económicamente si no subes al año siguiente. El sistema estaba diseñado para una época de bonanza. Vivíamos en plena burbuja, llegó la crisis financiera y se vinieron los fundamentos abajo y el sistema no funcionó porque era imposible".

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