Entrevista | Isabel Valdés-Solís Cecchini Decana del Colegio de Notarios de Asturias

"Cada vez más asturianos hacen testamento, ha dejado de verse como sinónimo de que uno se muere ya"

"Sería deseable más estabilidad en las notarías rurales; no es que no sean rentables, sino que pueden ser muy costosas"

Isabel Valdés-Solís, en su notaría de Oviedo.

Isabel Valdés-Solís, en su notaría de Oviedo. / Luisma Murias

Mariola Riera

Mariola Riera

Oviedo

María Isabel Valdés-Solís Cecchini (Oviedo, 1957) acaba de ser reelegida como decana del Colegio de Notarios de Asturias, cargo en el que suma seis años y con el que hizo historia al convertirse en la primera mujer en ostentarlo. Su reelección ahora ha coincidido precisamente en el tiempo con la designación de la madrileña Concepción Barrio como presidenta del Consejo General del Notariado (CGN), institución que representa a los cerca de 3.000 notarios españoles en activo, ahora por primera vez en manos de una mujer.

–Como en muchos ámbitos las mujeres acceden a cargos de poder.

–Como Concepción Barrio ha dicho no es algo que tenga que destacarse o sorprender, sino que es una evolución normal de los tiempos. Cada vez somos más mujeres en el notariado y es lógico asumir cargos. Cada vez será más frecuente. En Oviedo, cuando yo llegué estaba María de las Nieves, que empezó en el año 90 y se jubiló en diciembre de 2013. Yo estuve sola hasta que llegó Cristina Herrero. Hubo unos años que no había más mujeres notarios en Oviedo. Ahora somos cuatro. En Asturias hay más de una tercera parte, aunque ahora se han ido algunas como la de Cudillero, Belmonte, Colunga...

–Nuevo mandato. ¿Qué balance hace hasta ahora?

–Un balance normal. En este tiempo creamos la Cátedra de Derecho Notarial junto a la Universidad de Oviedo. Estamos con el segundo curso. La titulación obtenida con la formación recibida sirve para trabajar en notarías e igual alguien también se anima a opositar. Quiero reseñar, además, la reforma de la sede del Colegio de Notarios, que ha quedado preciosa. Es un edificio singular y no fue fácil la obra. Tiene la mejor vista a la Catedral de Oviedo.

–¿Y los retos?

–Consolidar el protocolo electrónico, que entró en vigor hace un año. Lo hemos aplicado y la sociedad no ha notado ningún parón. Hemos tenido que hacer un esfuerzo tecnológico, económico y de personal, al necesitar contratar en algunos casos. Estamos avanzando constantemente en la digitalización. El centro tecnológico del notariado probablemente sea de lo más avanzado de España. Nosotros colaboramos mucho también con la administración y todos los trámites se han agilizado notablemente, y sobre todo se ha ganado en comodidad.

–La Presidenta del Consejo General del Notariado ha fijado como retos avanzar en el apoyo de personas vulnerables.

–En cuanto a los vulnerables económicamente me gustaría destacar el trabajo que hemos hecho en toda España en apoyo a los damnificados por la dana en Valencia. Ya en su día se crearon tres notarías en el momento del volcán de La Palma, que gratuitamente realizaron actas de notoriedad para todas aquellas personas que no tenían títulos. Ahora llegó la dana y hay personas que han perdido todo y nos hemos organizado para ayudar gratuitamente. Los avances tecnológicos han hecho posible el proceso. Los notarios de Valencia quedaron colapsados, no daban abasto. Nos pidieron ayuda y en dos días hemos quitado el atasco. Haremos aproximadamente 400 actas al día. Van más de 9.000.

–Hay procedimientos muy complicados, difíciles de asimilar para el ciudadano medio. El notario debe saber hacerse entender bien. ¿Es otro reto?

–Siempre hemos estado volcados en la comprensión y la explicación, recurrir a fórmulas que no usen expresiones muy jurídicas para que todo se entienda bien. Yo soy muy de recurrir a los pictogramas, por ejemplo, para explicar el reparto de herencias. Tratar de que todo se entienda bien lo hemos hecho toda la vida; debemos acercarnos a la persona que tenemos delante en función de su entendimiento.

–Hablemos de las notarías rurales en Asturias. ¿Cuesta cubrir esas plazas de manera estable?

–A ver, todos los notarios tendemos a ir al lugar de donde somos. Ahora mismo hay muchos notarios en la región, de la última promoción, que se han ido porque quieren acercarse a sus lugares de origen. Es lógico. Ahora esperamos que tomen posesión los nuevos en breve.

–¿Cuántos son?

–Unos cien en toda España. Nuestra petición es que haya por lo menos una oposición al año, no cada dos. Y sería ideal que hubiera más concursos anuales. Desde el punto de vista del que suspende la oposición sería mucho más cómodo; sobre todo, sería más esperanzador presentarse al cabo de un año que no al cabo de dos. Además es que en el plazo de cinco años habrá gran número de jubilaciones, así que son necesarias más oposiciones. A veces hacen una extraordinaria, pero lo habitual es cada dos.

–¿Tiene Asturias muchas vacantes actualmente?

–En el distrito de Luarca están vacantes Trevías, Boal y Vegadeo. En el distrito de Cangas del Narcea están las dos que hay, Cangas y Tineo. Después tenemos alguna en el distrito de Grado, Belmonte y Salas. También está vacante Cudillero. Infiesto y Nava en el distrito de Cangas de Onís; Proaza en el de Oviedo; Colunga en el de Gijón... No hay notario en Panes. No sé si me queda algo.

–Son todas, digamos, de ámbito rural. ¿Hay resistencia a irse al pueblo de notario?

–Sería deseable más estabilidad en esos sitios. Pero hay que tener en cuenta que el notariado asturiano tiene gran capilaridad con oficinas en sitios muy pequeños y cercanos a otros más grandes. Hoy en día con la mejora de las comunicaciones no debería haber problema si falta el notario en algún sitio.

–¿Quizás son poco rentables esas notarías en pueblos?

–No es tanto que no sean rentables, como que pueden ser muy costosas. Un notario debe tener servicios informáticos, una red especial de alta seguridad para comunicarte. Tienes que tener los ordenadores. Tienes que tener todos los servicios. Además, ya no quedan notarías en las que esté solo el notario, al menos todas tienen un empleado... Todo eso son costes.

–¿Cuáles son los actos más habituales que hacemos los asturianos ante notario?

–Al año son algo más de 129.000 en total. La compraventa de inmuebles son 17.448, seguidos de los testamentos, 13.366. Luego van préstamos, créditos y descuentos; poderes; y, finalmente, herencias. Y es curiosa la evolución de los testamentos, al alza desde 2019. Antes de pandemia rondaron los 16.000 anuales. En 2021 fueron 17.825 y este año cerraremos en más de 18.000. Solo en el primer semestre se hicieron más de 9.500. Antes de irse de vacaciones en verano la gente acude a hacer testamento: me voy de viaje y por si acaso...

–¿Testamos mucho los asturianos?

–Sí, cada vez más. Ahí están los datos. Cada vez estamos más mentalizados en dos aspectos: que hay que dejar los asuntos ordenados para el futuro y que hacer testamento ya no se ve como sinónimo de que uno se va a morir ya. Antes la gente lo dejaba más para el final y ahora se quieren dejar las cosas arregladas, dejar a los tuyos económicamente lo mejor posible.

–¿Testar es para ricos o eso ha cambiado?

–No es de ricos, no. Y ahí están los datos. Hay que darse cuenta de que España es un país en el que tradicionalmente todo el mundo ha tenido vivienda en propiedad y eso es el gran bien ganancial del matrimonio. Es necesario dejar bien claro el reparto si hay varios hijos de por medio.

–La compraventa de inmuebles encabeza la lista de actos notariales. Ustedes son un buen baremo para saber cómo va el mercado inmobiliario.

–No olvidamos la cima de la burbuja inmobiliaria, que aquello fue como estar en el desierto. Luego la cuestión mejoró, pero llegó el parón del covid. Y ahora sí se notan muchas compras de gente de fuera en Asturias, quizás impulsado por el teletrabajo. Hay mucha compra en pueblos, ya que es asequible económicamente. También tiene tirón el vivir fuera de la ciudad y huir de la contaminación. Sin olvidar que el tiempo ha mejorado y atrae gente.

–¿Hay muchas renuncias por la alta fiscalidad?

–Hay cierta obsesión con esto y no son tantas las herencias por las que haya que tributar mucho. La cuestión es otra. Si solo heredas dinero, pues bueno, pagas la parte correspondiente a Hacienda y te quedas con el resto. El problema es si heredas un inmueble que se valora y del que tienes que pagar una parte, para lo que necesitas pedir un crédito. Eso es un problema. Sí hay renuncias a herencias sobre todo por las deudas. Somos una sociedad consumista y estamos endeudados hasta arriba. Hay legislaciones como la del País Vasco que solamente se responde a las deudas con los bienes heredados, hasta ese límite. En Asturias, no: respondes de ellas con lo heredado y con lo tuyo.

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