Cómo Langreo ha obrado el milagro para salir de su largo invierno demográfico: la clave de los alquileres

Con Asturias aferrada al millón de habitantes y consolidando población gracias a la llegada de extranjeros, surgen ejemplos que explican el inesperado repunte demográfico. Langreo perdió entre 2010 y 2020 casi 6.000 residentes. Cada año terminaba con más de medio millar de vecinos "evaporados". El declinar del padrón se veía como un hábito demográfico, ya que la tendencia se arrastraba desde principios de la década de los setenta, cuando las Cuencas empezaron su declive industrial. Por entonces Langreo llegó a contar con 65.869 habitantes, su máximo histórico. Desde entonces, todo cuesta abajo, hasta 2024. Sin que nadie lo percibiera o al menos lo anunciase, un punto de inflexión parece haber surgido en el ciclo decreciente. Langreo ganó el pasado año un total de 304 vecinos, entrando en 2025 con 38.282 habitantes.

Vuelco al censo en Asturias, que gana con fuerza habitantes tras 13 años en picado

El Ayuntamiento de Langreo ha saltado como un resorte ante el desusado buen dato demográfico. La administración local trabaja para intentar comprender el alcance y la base del inicial cambio de tendencia. Se están analizando los perfiles de los nuevos vecinos y los lugares de asentamiento en busca de respuestas que permitan dar continuidad al crecimiento del padrón. De momento, toca hacer valoraciones generales. "Estamos ante una noticia estupenda, ya que es la constatación de que hay muchas personas que eligen Langreo como el lugar idóneo donde poder vivir", apunta el alcalde, Roberto García. "Estamos en la línea de crear un municipio amable para los vecinos", remarca el regidor justo antes de enumerar algunas de las claves que pueden explicar el súbito repunte poblacional. "Contamos con buenas con comunicaciones, aunque el servicio ferroviario se puede mejorar. Langreo ofrece una gran calidad de vida, con una amplia oferta cultural, social y deportiva, además de buenos servicios".

No parece andar descaminado el alcalde si confrontamos su análisis con la visión de los nuevos residentes. Joana Ojeda, de 39 años, Ariel Martínez, de 42, son un matrimonio natural de Santa Fe (Argentina) que reside en Langreo desde marzo. Pocos han contribuido como ellos a que el concejo gane población, ya que la familia aporta al padrón cuatro hijos y a la abuela paterna. "Siempre tuvimos claro que queríamos que nuestros hijos crecieran en un lugar seguro. Al principio apostamos a nuestro país, mudándonos a un pueblo, pero al acercarse los niños a la edad universitaria nos volvimos a plantear la situación", apunta Joana Ojeda. "Mi marido tenía un amigo en Langreo y comenzamos a investigar. Nos pareció un lugar seguro, tranquilo, económico y que nos ofrecía muchos servicios en la cercanía". La familia liquidó su fábrica textil de calzados ergonómicos para bebés y puso rumbo a Asturias. Ahora esperan poder comenzar un nuevo proyecto empresarial en Sama. No se arrepientes del paso que dieron: "Hemos tenido un gran recibimiento . Los niños están estudiando y les encanta el lugar. Queremos quedarnos", señala el matrimonio.

Cuando un concejo gana población se producen casualidades que posteriormente quedarán recogidas en la estadística. En el último año son al menos dos las familias argentinas que se han instalado en Langreo. Rodrigo Jesús Vázquez de 36 años, y Evelyn Luciana Acosta, de 40, llegaron incluso un poco antes que sus compatriotas Joana Ojeda y Ariel Martínez. En ambos casos, han contado con el apoyo de la asociación Intervalo para aclimatarse socialmente al territorio: "Elegimos Langreo porque nos pareció un sitio que ofrece buena calidad de vida a un nivel económico accesible". El matrimonio está encantado con el entorno. "Estamos rodeados de naturaleza. Hay mucha paz y tranquilidad". Esta pareja argentina asegura que además no falta trabajo. Ella trabaja en la hostelería y él en la construcción. Han contribuido a alimentar el padrón con sus dos hijas, Irina y Améli, de 19 y 12 años. "Se han adaptado perfectamente, la más pequeña mucho más rápido, ya que a la mayor le costó un poco socializar. Las dos estudias en Langreo". La amplia oferta de centros de estudios es uno de los servicios que valoran las nuevas familias langreanas.

Ya antes del punto de inflexión de 2024, Langreo había logrado frenar la caída de población con mayor éxito que, por ejemplo, Mieres. La cabecera del Nalón perdió 2.310 habitantes menos que Mieres en las primeras dos décadas del siglo. El año pasado Mieres también tuvo también un movimiento demográfico esperanzador, con solo 63 bajas en el padrón, casi la décima parte de lo que venía siendo habitual. Fermín Rodríguez, fundador del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo (CeCodet), percibe que Langreo tiene alguna ventaja sobre Mieres, como contar con tres centralidades urbanas, como son Sama, La Felguera y Ciaño. En este sentido, indica que "Mieres tiene una población más concentrada en una sola villa y lo demás son pueblos más desintegrados y con menor población". A modo de ejemplo, indica que " se puede decir que Langreo trabaja con tres motores y Mieres solo lo hace con uno".

A nivel urbanístico, en Langreo los proyectos de nueva edificación no han sido significativos en los últimos años. En Langreo Centro (La Felguera) se han levantado en lo que va de siglo cerca de un millar de pisos, aunque el grueso, unos 800, ya estaban habitados en 2010, por lo que las expertos inmobiliarios consultados por este diario descartan que el desarrollo del nuevo barrio tenga una incidencia significativa en los buenos datos demográficos más recientes. Con todo, el mercado inmobiliario sí parece tener su importancia para que Langreo mire con cierto optimismo el futuro. "Se está moviendo la oferta de vivienda en alquiler, con precios muy asequibles", remarcan los profesionales del sector.

Que Langreo ganase más de 300 vecinos en 2024 tras medio siglo de invierno demográfico, permite vislumbrar un futuro algo más cálido. Aladino Fernández, geógrafo de la Universidad de Oviedo y exalcalde de Langreo, entiende que la receta para lograr frenar las impactantes cifras de pérdida de población en los valles mineros pasa por hacer estos concejos atractivos para vivir y residir. "Los valles mineros forman parte del eje central de Asturias, de dimensiones reducidas y con buenas comunicaciones, por lo que un ciudadano que trabaje en Oviedo, en Gijón o en concejos limítrofes, puede residir perfectamente en los valles mineros si le son atractivos".

Suscríbete para seguir leyendo