Entrevista | Julio César Gutiérrez Morales Nuevo jefe del servicio de Neurocirugía del HUCA
"Queremos desarrollar la cirugía de columna sin ingreso"
«Cuando llevas años trabajando, no entiendes una medicina que no sea multidisciplinar», señala este especialista mierense, que acaba de situarse al frente de un servicio que cada año realiza unas 1.100 intervenciones quirúrgicas

Julio César Gutiérrez / Luisma Murias
Julio César Gutiérrez Morales (Mieres, 1976) es el nuevo jefe del servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Estudió en el colegio público Teodoro Cuesta y en el Instituto Bernaldo de Quirós, de la capital del Caudal, eligió Medicina y se especializó en Neurocirugía en la Residencia Nuestra Señora de Covadonga, en parte por el influjo de «un profesor muy bueno, Fernando Seijo, a la postre compañero mío aquí en el HUCA». Se confiesa una persona «familiar» y eso le llevó a apostar por quedarse en el Principado, lo que no le ha privado de realizar numerosas estancias en hospitales de otros países. Su servicio está dotado de doce facultativos y cuatro residentes, y cada año realiza unas 1.100 intervenciones quirúrgicas.
-¿En qué facetas de la neurocirugía está más centrado?
-En microcirugía oncológica compleja, de base de cráneo y vascular. En la de base de cráneo colaboramos mucho con Otorrinolaringología, y en la patología neurovascular con los neurorradiólogos intervencionistas. Tengo una visión multidisciplinar de la medicina, es decir, defiendo la colaboración entre especialidades, ya que mejora los resultados en salud. Cuando has visitado o te has formado en centros punteros no entiendes una medicina que no sea multidisciplinar.
-¿Y es la filosofía que trata de implantar en el servicio?
-Exacto. Potenciar el trabajo multidisciplinar, la subespecialización y la cirugía mínimamente invasiva. Con una población tan envejecida como la de Asturias, con muchas comorbilidades, la cirugía mínimamente invasiva evita grandes exposiciones, reduce complicaciones y favorece una recuperación más rápida. También pienso que es bueno huir de la hiperespecialización, porque puede crear compartimentos demasiados estancos. Otro punto esencial es contar con un equipo de neuroanestesistas, enfermería neuroquirúrgica, neurorradiólogos y neuropsicólogos.
-¿Qué áreas abarca la neurocirugía actual?
-Todos los procesos, o casi todos, de cirugía craneal y espinal. Compartimos la cirugía de columna con los traumatólogos. Me gustaría que en el futuro podamos crear en el HUCA una unidad multidisciplinar para trabajar juntos, tal y como existe en otros centros. Los traumatólogos tienen mucha más experiencia que nosotros en deformidades raquídeas. También es importante abordar la cuestión del dolor y eso requiere trabajar mucho más imbricados con la Unidad del Dolor. Aunque la cirugía haya sido exitosa, a muchos pacientes les queda un dolor residual, por lo que este proceso debe involucrar también a Salud Mental.
-¿Quién debe operar una columna, traumatología o neurocirugía?
-Las cosas tiene que hacerlas quien sepa hacerlas bien. Además, el concepto de propiedad de la patología es algo obsoleto y muchas veces esconde intereses espúreos y personalismos. Entonces, ¿quién debe hacer la patología de columna? Tener unidades con facultativos que vengan de las dos áreas es lo conveniente para hospitales como el HUCA, que buscan la excelencia. En esas unidades deben acometerse los casos más complejos. También debe contar lo que prefieran los usuarios. Entiendo que, más que dividir, lo que hay que hacer es aunar fuerzas. Otra faceta que nos gustaría desarrollar es la cirugía de columna sin ingreso, en régimen de cirugía mayor ambulatoria. En Estados Unidos llevan tiempo haciéndola. Y además es imprescindible que en este y otros campos avancen en paralelo la asistencia, la docencia y la investigación.
-¿Y eso es viable?
-Sí. Hay gente joven en el servicio y voy a apostar por ellos. El plan es que todos o casi todos nuestros residentes salgan con la tesis doctoral hecha, como el MIR que terminará este año. Tenemos que fomentar el entrenamiento en un futuro centro de simulación, tener más peso en la Universidad y estar en la FINBA (Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias). De hecho, colaboramos en un proyecto con el grupo de Mario Fraga del Instituto de Investigación Sanitaria (ISPA) sobre glioblastomas, el tumor cerebral más agresivo. La medicina de precisión, que no está tan desarrollada en la neurooncología como en otros tipos de tumores, es sin duda el futuro.
-¿Ha puesto fechas a estos objetivos?
-En los años 2025 y 2026 queremos crear y asentar los grupos de trabajo por áreas de subespecialización, creciendo en todas ellas. Necesitamos mayor dotación tecnológica con el fin de equipararnos a los grandes hospitales universitarios del país. Si algo se hace en la sanidad pública o privada, aquí o fuera, debemos intentar incorporarlo para nuestros usuarios, sobre todo si esa técnica está avalada por la evidencia científica. Mi objetivo es crear una escuela neuroquirúrgica basada en el rigor y el profesionalismo, manteniendo los indicadores de gestión en rango óptimo.
-¿Cuál es el tipo de actividad más compleja que hace su servicio?
-Hacemos patologías muy complejas, tanto craneales como de columna. Operamos pacientes despiertos para mapeo de funciones como el lenguaje. En la base de cráneo, hacemos cirugía endoscópica (a veces en colaboración con Otorrino) y microcirugía mínimamente invasiva. Además, realizamos microcirugía vascular muy compleja y también mínimamente invasiva. Son muy pocos los centros en los que se hacen estas intervenciones. Para aquellos casos en los que hay que sacrificar un vaso cerebral, o suministrar flujo extra por escasez del mismo, iniciamos hace aproximadamente dos años en colaboración con Cirugía Plástica la microcirugía de bypass o revascularización, con muy buenos resultados.
-Algunas intervenciones de neurocirugía son muy largas…
-En ocasiones, empezamos por la mañana y terminamos por la noche. En casos con aneurismas bilaterales, estamos empleando en todos ellos dos miniabordajes en la misma intervención. Eso es algo que no se hace prácticamente en ningún sitio de España, y tenemos buenos resultados.
-¿Qué tipo de procedimientos derivan fuera de Asturias?
-No canalizamos a otros centros casos de tratamiento quirúrgico, salvo que el usuario nos solicite una segunda opinión, opción que siempre favorecemos. Creo que el usuario debe tener la posibilidad de contrastar respetando los límites administrativos. Se derivan, eso sí, algunos casos que requieren terapia complementaria no quirúrgica.
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