¿Cómo afectaría el apagón nuclear al metal asturiano? Nuevo golpe a su competitividad

La patronal estima que la renuncia a la energía atómica encarecerá un 9% la factura eléctrica

¿Cómo afectaría el apagón nuclear al metal asturiano? Nuevo golpe a su competitividad

¿Cómo afectaría el apagón nuclear al metal asturiano? Nuevo golpe a su competitividad / LNE

R. Ferrando / F. L. Jiménez

Valencia / Oviedo

La industria nuclear, encabezada por las eléctricas, ha redoblado su presión ante el cierre de las plantas atómicas, programado entre los años 2027 y 2035. España está a punto de cruzar el punto de no retorno en la generación nuclear porque las centrales necesitan tres años para estar preparadas ante una posible prórroga de su actividad. Las eléctricas pactaron con el Gobierno en 2019 el calendario de cierres, pero según se aproxima la fecha ya no lo tienen tan claro.

Tampoco apoyan la idea muchas patronales empresariales españolas, y en Asturias una de las que recela abiertamente es Femetal: "En el corto plazo, el impacto del cierre de las centrales nucleares supondrá incrementar la dependencia de otras fuentes de energía y un encarecimiento de la producción eléctrica, con el consiguiente incremento de los costes y la pérdida de competitividad, ya de por sí maltrecha debido a las incertidumbres geopolíticas. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada calcula un incremento del 9% en los años posteriores al apagón nuclear", apuntan desde la federación asturiana de empresas del metal.

Teniendo en cuenta que los costes energéticos en el sector industrial en España distan de las condiciones más ventajosas de otros países de Europa, como Francia y Alemania, y que la energía nuclear supone, según Red Eléctrica Española, el 19% del mix energético, las empresas del sector metal de Asturias (que cuenta con grandes consumidores y consumidores electrointensivos) recelan del cierre de las centrales nucleares.

Centrales con una vida útil de hasta 80 años

A finales de agosto pasado, las dos unidades de la central nuclear de North Anna, en el estado de Virginia (EE UU), recibían el visto bueno del organismo regulador nuclear de Estados Unidos para operar hasta los 80 años. Esta fue la planta nuclear que se tomó como modelo para construir en España tanto la central de Almaraz como la de Ascó. Las tres se levantaron siguiendo un mismo diseño, por lo que sus sistemas y funcionamiento son muy similares. Por ello, desde Foro Nuclear insisten en que las centrales españolas pueden seguir operando con seguridad "mucho más tiempo".

En el caso de las electrointensivas, como reseña Femetal, los costes energéticos pueden llegar a suponer casi el 80% de la estructura de costes. "Es este un dato que debería invitar a la reflexión sobre la necesidad de abordar de forma rigurosa el coste de la energía en las políticas industriales. Creemos prioritario que se incorpore la garantía del suministro y un profundo análisis de la capacidad de respuesta que ofrecen las renovables y el almacenamiento para abaratar los costes energéticos. En definitiva, hemos de trabajar sobre alternativas de suministro competitivas y acometer medidas en el corto plazo que amortigüen el efecto de descompensación de costes a largo plazo", defiende la patronal asturiana del Metal.

El Gobierno ve en el cierre de las centrales nucleares un "ejercicio de responsabilidad" e insiste en que es una decisión pactada con las empresas propietarias de las plantas (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP). Pero en los últimos meses crece el desasosiego: la Junta de Extremadura (en manos del PP) lidera una campaña para extender la vida útil de la planta de Almaraz. A esa campaña se ha sumado la Generalitat Valenciana, que aboga por mantener en funcionamiento el reactor nuclear de Cofrentes.

Francia lidera la apuesta por la energía nuclear

En la Unión Europea (UE), 13 de los 27 estados miembros tienen centrales nucleares. Hay un centenar de reactores en operación, que producen anualmente cerca del 26% del total de la electricidad consumida en toda la UE. Francia lidera la apuesta nuclear: actualmente cuenta con 56 reactores y el 70% de su electricidad es de origen nuclear, el porcentaje más alto de todo el mundo; le siguen Eslovaquia, con el 52,3%; Bélgica, con el 50,8%, y Hungría, con el 46,8%. En total, en la Unión Europea casi un tercio de la electricidad consumida es de origen nuclear. El peso de la energía nuclear en el mix español es del 20%. Además, Francia ha desarrollado un ambicioso plan para conectar ocho nuevas centrales antes de 2050, tras poner en marcha hace un mes la de Flamanville, con un gasto de 20.000 millones. Esta planta genera luz para dos millones de familias.

España cuenta en la actualidad con siete reactores nucleares que generan el 20% de la energía del país: Almaraz I y II (Cáceres), Ascó I y II (Tarragona), Vandellós II (Tarragona), Cofrentes (Valencia) y Trillo (Guadalajara). El calendario de cierre establece que los primeros reactores en dejar de operar sean los de Almaraz I (1 de noviembre de 2027), Almaraz II (1 de octubre de 2028), Ascó I (1 de octubre de 2030) y Cofrentes (30 de noviembre de 2030). La industria nuclear estima que el apagado de una central entra en un punto de no retorno tres años antes de la fecha fijada por la burocracia aparejada a la prórroga de la vida útil, porque la compra de uranio enriquecido se hace con mucha antelación y por la necesidad de formar personal de supervisión de las plantas.

En el trasfondo del debate hay un enfrentamiento ideológico entre los partidos de izquierda que apuestan, como hizo Alemania, por el apagón nuclear y el PP y Vox que defienden alargar la vida útil de las centrales. El Ministerio de Transición Ecológica aseguró en enero, tras una manifestación de 7.000 personas en Almaraz por el mantenimiento de la central, que el cierre obedece a una decisión empresarial basada en criterios económicos y no a una imposición del Gobierno. Transición Ecológica subrayó que las nuevas normas de seguridad europeas exigen grandes inversiones a las centrales nucleares para extender su vida útil por lo que las eléctricas han preferido dedicar esos recursos a las renovables, donde obtienen más rentabilidad.

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