Opinión

Europa espera otros anuncios, y tampoco serán buenos

Europa espera otros anuncios, y tampoco serán buenos

Europa espera otros anuncios, y tampoco serán buenos / LNE

Lugar: Estrasburgo (Francia), sede del Parlamento Europeo. Hora: poco antes de las dos de la tarde. En medio del ritmo frenético de la sede comunitaria, con decenas de ascensores, puentes entre los edificios y despachos diminutos en cada esquina, el móvil de Adrián Barbón empieza a arder. También el de su equipo más directo. ArcelorMittal lanza la bomba desde Luxemburgo, a escasos 300 kilómetros de la ciudad francesa, y anuncia su intención de trasladar los servicios administrativos que tiene en sus plantas en Europa, incluyendo a las de Asturias, a la India. Otro sopapo.

El anuncio no pilló por sorpresa a la delegación asturiana en Estrasburgo. Se desconocía el contenido concreto, pero sí se conocía el envoltorio. "Arcelor va a anunciar algo malo", era el mantra repetido en círculos comunitarios relacionados con la industria. Dicho y hecho. La noticia saltó minutos antes de que Barbón se sentase con Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión. En el encuentro se habló de este tema, pero se optó por un perfil bajo. La exvicepresidenta del Gobierno ni siquiera lo valoró y Barbón, aunque preocupado, insistió en enmarcarlo en el contexto de la negociación de la empresa con la Comisión y además repitió que el problema no es individual de Asturias.

Más allá de las declaraciones públicas, medidas al detalle, teniendo en cuenta el delicado momento de la industria, en círculos comunitarios existe la percepción de que ArcelorMittal está llevando a cabo una estrategia de presión en un contexto en el que juegan varios intereses. Además del importante "Clean Industrial Deal", que se presentará la semana que viene y es una hoja de ruta para la industria, está pendiente la revisión de los aranceles y también se preparan nuevas normativas específicas sobre el acero, que se espera puedan beneficiar la continuidad de ArcelorMittal en Europa. Esto último se espera para mayo, según varias fuentes. Mientras tanto, prevén en Estrasburgo, la presión del gigante seguirá. "Habrá más anuncios, y no buenos", barruntan en Europa.

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