El Incar dedica su salón de actos a la científica Rosa Menéndez

Rosa Menéndez y el investigador Fabián Suárez, con la placa que lleva el nombre de la primera entre ambos, en el salón de actos del Incar. | CEDIDA A LNE

Rosa Menéndez y el investigador Fabián Suárez, con la placa que lleva el nombre de la primera entre ambos, en el salón de actos del Incar. | CEDIDA A LNE

mariola riera / M. J. IGLESIAS

Oviedo

Si no fue el mejor, es probable que sí figure entre los mejores regalos de cumpleaños que ha recibido en su vida. La científica asturiana Rosa Menéndez (Cudillero, 1956) fue reconocida este miércoles por los de su gremio justo en el día que cumplía 69 años. Así que tuvo doble celebración.

El salón de actos del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar), en Oviedo, lleva desde este 12 de febrero su nombre. Rosa Menéndez fue directora del instituto entre 2003 y 2008 y presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) entre 2017 y 2022. Fue la primera mujer en ponerse al frente de la principal institución científica de España.

Marcos Granda, investigador del Incar y miembro del CSIC; Rosa Menéndez; Jesús Marco, del Instituto de Física de Cantabria, y Ángeles Gómez, anterior delegada del CSIC en Asturias, durante el acto. | CEDIDAS

Marcos Granda, investigador del Incar y miembro del CSIC; Rosa Menéndez; Jesús Marco, del Instituto de Física de Cantabria, y Ángeles Gómez, anterior delegada del CSIC en Asturias, durante el acto. | CEDIDAS

Muy emocionada, la científica agradeció el reconocimiento que la liga para siempre con el Incar. Menéndez estuvo arropada por la vicepresidenta de transferencia de conocimiento de CSIC, Ana Castro, así como por colaboradores de otras etapas de su carrera profesional. Estuvo Marcos Granda, que fue su primer becario, y forma parte de su grupo de investigación desde el inicio; Jesús Marco, que fue vicepresidente del CSIC con ella, y Ángeles Gómez, su sustituta al frente del centro.

Pero a buen seguro que la compañía que más ilusión le hizo fue la de su madre, Orfelina López, de 92 años, quien no pudo ocultar el orgullo que siente por su hija.

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