La historia de Leandro, un niño gijonés con linfoma: "La psicooncóloga fue clave, no sé qué hubiésemos hecho sin ella"

"Sin acompañamiento profesional para la mente, es imposible", afirma la madre del pequeño

Leandro Ghais y Carmen Canal.

Leandro Ghais y Carmen Canal. / LNE

Sara Bernardo

Sara Bernardo

Oviedo

Carmen Canal se sentó en la mesa de una consulta del Hospital Universitario de Asturias (HUCA) en mayo de 2023. Había llegado esa mañana derivada desde el Hospital de Cabueñes (Gijón). Frente a ella, un doctor cuya especialidad desconocía. "¿Sabes por qué estás aquí?", le preguntó. Negó y recibió un diagnóstico que no olvidará nunca: "Tu hijo tiene cáncer". Su niño acababa de cumplir 9 años. Ese diagnosticó les llegó tras varias semanas de pruebas. En su caso, se había descartado la leucemia y el resultado final fue un linfoma de Hodgkin. Un tipo de tumor que, según datos de la Fundación Josep Carreras, representa el 5% de los cánceres infantiles.  hubiesemos

"Lo primero que hacen en el HUCA tras darte la noticia es pasarte con una trabajadora social, que fue la que me puso en contacto con la asociación Galbán", recuerda esta madre. "Así fue como conocí a Carmen, la psicooncóloga... No sé qué hubiese hecho sin ella", indica.

La psicooncología se dedica a atender a pacientes con cáncer desde el diagnóstico hasta la reintegración en caso de supervivencia. "Al haber hablado con un especialista en el momento del diagnóstico pude prepararme para contárselo a Leandro (su hijo)", relata. "Ese es, posiblemente, el momento más duro de mi vida", reconoce.

En una de las habitaciones de la planta 7 del HUCA, Carmen Canal tocó la melena a su hijo. "Llevaba el pelo largo y le dije que había que cortárselo. ‘¿Pero cuánto?’, me preguntó. Le dije que mucho, que íbamos a cortarlo del todo", describe. El crío hizo amago de llorar, y finalmente le soltó: "Mamá, ¿me voy a morir?". "Si yo antes de enfrentarme a eso no hubiese hablado con una psicooncóloga, la situación me habría desbordado. Fue clave. En estos temas hay mucho desconocimiento", admite.

Pasaron seis meses de tratamiento. "La ayuda es total, no solo psicológica. Yo no tendré vida para agradecerle al pediatra Santiago Jiménez que se vistiese de Spiderman y viniese a jugar con Leandro. Te sientes arropado y mimado", se emociona. En octubre de 2024, recibieron el alta. "Cuando se cura es cuando viene el golpe. Te quedas sin una ‘lucha’ y ahí es cuando llega el duelo", explica esta gijonesa.

Ayer mismo, la ministra de Sanidad, Mónica García, recordaba que uno de los objetivos de su departamento para este 2025 es el desarrollo de un modelo de plan individualizado de seguimiento para largos supervivientes de cáncer infantil, asegurando un acompañamiento adecuado tras el tratamiento.

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