La Consejera de Educación responde a las críticas y pide "máximo respeto" con el jefe de inspectores: "Es un gran trabajador"

Respeto y prudencia. Eso es lo que ha pedido esta mañana la consejera de Educación, Lydia Espina, con respecto al informe que destapa las supuestas vejaciones sufridas por diecisiete inspectores educativos. Lo primero que ha querido aclarar Espina, es que ella no tenía competencia para nombrar a un jefe de inspección: "Se trata de un cargo al que se accede por méritos. No es de libre disposición.". Asegura que en cuanto tuvo constancia de la existencia de estas quejas, su departamento "abordó el asunto de forma prioritaria", y anuncia que ya han ultimado un plan de acción para mejorar el clima de trabajo: "Todos los inspectores recibirán un formulario en los próximos días para que sean ellos mismos quienes valoren las medidas adoptadas".

La titular de Educación también ha querido recalcar el "contexto" en el que se desarrolla el informe. "Insisto: No hay ninguna denuncia judicial. Se trata de encuestas anónimas", aclara. Lo que sí llevaron a los tribunales fue la supresión, por parte de la consejería, de diez días de permisos adicionales que estaban fuera del convenio. "Esa denuncia la perdieron, por eso es importante mirar con perspectiva el conflicto", manifestó.

Desde la consejería sostienen que el dosier "no concluye nada" y que está basado en "percepciones" por lo que exigen mucho rigor: "Para nosotros es importante el prestigio personal y profesional. Tanto el jefe de inspección como la jefa adjunta son grandes trabajadores". En cuanto a las críticas que está recibiendo, Espina se defiende: "A mi nadie me había preguntado por este informe. Si lo hubiesen hecho habría sido totalmente transparente porque lo hemos tenido en cuenta y hemos trabajado sobre él desde el primer día".