Guía para no perderse en la polémica de los parques de baterías en Asturias: qué son y por qué se habla tanto de ellos

Las instalaciones que almacenan energía están provocando un intenso debate en Asturias, que vive un aluvión de solicitudes para desarrollar estas infraestructuras que, según todos los implicados, tendrán mucho protagonismo en el futuro industrial y en la descarbonización

Parques de baterías en Asturias

Parques de baterías en Asturias

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Oviedo

Aunque se trata de un asunto polémico, con posturas muy separadas, todas las partes implicadas coinciden en una certeza: los parques de baterías han llegado para quedarse. El problema central es dónde ubicarlos y cómo gestionar su aterrizaje. Es una de las conclusiones alrededor del futuro de estas instalaciones, un asunto de debate en Asturias en los últimos meses, pendiente de una regulación específica por parte del Gobierno regional.

Ambas partes, detractores a estos parques y también los más favorables a su desarrollo, aseguran que falta mucha información. Que se desconoce lo básico: qué son estas infraestructuras, para qué sirven y por qué están cobrando importancia en el contexto de la descarbonización. Habla Manuela González Vega, catedrática del Área de Tecnología Electrónica de la Universidad de Oviedo. "Un parque de baterías es un sistema de almacenamiento de energía que, normalmente, se conecta a la red eléctrica para almacenarla (la energía) en un momento en el que puede haber un excedente de producción. Después, esa energía se puede devolver a la red, cuando hay un aumento de consumo. Tiene más funciones, como estabilizar la red, cuando hay perturbaciones".

Javier Fenández-Font, avilesino, vicepresidente de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), lo ejemplifica así. "Es como si en un campo tenemos 2.000 kilos de manzanas, las guardamos en la nevera y las vamos sacando y consumiendo según la necesidad. Pues las baterías hacen lo mismo con la energía y por eso son necesarias. La otra opción es tirarla y desaprovecharla", explica. "Las baterías nos permiten almacenar electricidad en momentos en los que hay más producción, para verterla cuando hay poca generación. Es así de sencillo y de importante", aporta Xavier Cugat, Director Técnico de Europa de Seraphim/CRRC, empresa fabricante de baterías y placas solares.

También hay otra tercera pata, que son las baterías que se instalan en los domicilios para consumo propio. "Con una batería en una vivienda, se puede pasar de un 30 por ciento de dependencia energética con los paneles solares, a un 80", destaca Franc Comino, CEO de Sonnen, la empresa líder en Europa en acumulación solar para domicilios. En Asturias no hay hasta la fecha ningún parque de baterías. Recientemente, el Principado dio luz verde a las dos primeras instalaciones, en Siero y en Corvera, pendientes ahora de la licencia urbanística que recae en los ayuntamientos. La autorización se conoció justo después de que tuviese lugar la primera gran manifestación –400 personas– en contra de la proliferación de los parques. Días atrás, el Principado había puesto en marcha una normativa para suspender autorizaciones en suelos urbanos y rurales, no así en los industriales, hasta que llegue la legislación final. Si no hay ningún parque de baterías activo, ¿por qué hay tanta polémica? Dos claves. La primera: Asturias tiene más red eléctrica disponible que otras comunidades, en parte por el bajo desarrollo de las energías renovables. "Asturias no ha hecho los deberes con las renovables; el carbón aún representa el 30% de la energía", describe Cugat. La segunda: teniendo en cuenta lo anterior, Asturias protagonizada la llegada de un auténtico boom para la instalación de estos parques. Hay 170 solicitudes y el 40 por ciento de las subvenciones europeas destinadas a España son para proyectos en la región. Hay otro importante matiz, que es el futuro de la industria, más aún con la problemática en torno a Arcelor. "El único camino para que Asturias pueda seguir siendo industrial es que haya parques de baterías", aseguró Adrián Barbón, esta misma semana, haciendo referencia a la gran necesidad de electricidad que tiene la gran industria y el papel que ahí pueden desempeñar las baterías, para así reducir los costes energéticos.

En este contexto, con todos de acuerdo en la importancia de los parques, y con su nulo desarrollo en Asturias, hay explicaciones a los conflictos. Una de las dos partes lo tiene claro. "Todo esto se desmadró. De repente llegaron muchas solicitudes, no se explicó debidamente y cundió el pánico. Un vecino no quiere ver un parque de baterías por la ventana, ni tampoco una sidrería debajo de su casa. Yo también la preferiría en otra calle, pero es una obviedad que necesitamos un sistema de almacenaje. La otra opción pasa por construir presas, que no es más que una batería gigante", señala Fernández-Font.

Carlos Mañes es el portavoz del colectivo Stop Baterías y deja claro que su postura tiene muchos matices y que no están en contra por sistema de los parques de baterías. "Sí lo estamos de que se ubiquen cerca de las viviendas o de las ganaderías, pero tenemos claro que los parques han venido para quedarse y forman parte de una agenda política que viene de Bruselas", indica Mañes, que señala los riesgos que, según él, tienen estas instalaciones, especialmente los incendios, algo que niegan tajantemente los promotores y las asociaciones energéticas. "Los riesgos están controlados, como los hay en otras actividades", asegura Luis Marquina, presidente de la Asociación Empresarial de Pilas, Baterías y Almacenamiento Energético (Aepibal). Seguirá la polémica, vaticinan todos los implicados.

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