Los médicos piden bajar de 1.000 a 211 euros el recorte por pasar consulta privada

Este jueves –pasado mañana– comienza la negociación entre la Consejería de Salud y los sindicatos sanitarios. El Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) acude a la cita con una propuesta muy definida que atañe a los médicos de la sanidad pública regional que también desarrollan actividad privada. En el momento actual, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) les descuenta 1.000 euros brutos al mes (14.000 al año) por no dedicarse a la sanidad pública en régimen de exclusividad, sin que ello signifique cambio alguno en su jornada laboral.

¿Qué va a solicitar el SIMPA en la reunión de este jueves? Que ese descuento de 1.000 euros mensuales "se reduzca a 211 euros, que es la cifra media de las once comunidades autónomas que, además de Asturias, mantienen esa merma salarial", explicó ayer a este periódico José Antonio Vidal, secretario general del Sindicato Médico.

En el momento actual, el descuento de salario que se aplica a los médicos de Asturias por ejercer también en la privada es el más elevado de las 17 comunidades autónomas del país. Esta quita retributiva no existe en cinco regiones: Comunidad de Madrid, País Vasco, Navarra, Canarias, Baleares y Castilla y León.

La Consejería de Salud tiene consignados en sus presupuestos para 2025 la previsión de que la renuncia a la dedicación exclusiva salga menos cara a los facultativos en términos de rebaja de sueldo. Asimismo, la Administración sanitaria prevé dar más facilidades para compatibilizar actividad pública y privada a otros colectivos profesionales, como fisioterapeutas y psicólogos. En el caso de estos colectivos, los cambios son más complicados desde el punto de vista jurídico debido a la Ley 53/1984 de Incompatibilidades del personal al servicio de las Administraciones Públicas.

¿Cuál es la repercusión real de una modificación retributiva para los médicos que trabajan en la sanidad pública asturiana? De los 3.896 médicos que forman parte de la plantilla del Sespa, actualmente sólo 193 (o sea, un 5 por ciento de la plantilla, según datos oficiales de la Consejería de Salud) ejercen también en el sector privado, compaginando ambos. Éstos serían los afectados directos por la medida.

Pero un segundo colectivo de médicos sobre los que podría repercutir es el conformado por aquéllos que trabajaban en la sanidad pública y han optado por marcharse a la privada. Una vez que se reduzca el descuento por compaginar ambos ejercicios, algunos de ellos podrían verse movidos a retornar a las filas del Sespa –y compatibilizar pública y privad– porque este movimiento les acarrearía una mayor rentabilidad. Según los datos del SIMPA, en Asturias a finales de 2022 eran 280 los médicos que se dedicaban en exclusiva a la sanidad privada; y a finales de 2024 esa cifra había aumentado hasta 377 (casi 100 más en dos años).

A juicio del secretario general del SIMPA, los 14.000 euros anuales que se descuentan actualmente a los médicos de la pública que también ejercen en la privada "nos está quitando a grandes profesionales, que al final se marchan de la pública". En cuanto a los jefes de servicio y de sección, que actualmente no tienen opción alguna de compatibilizar, "nuestra propuesta es que puedes exigirles dedicación exclusiva, pero si a cambio se les pagan incentivos", plantea José Antonio Vidal.

El dirigente del Sindicato Médico esgrime un argumento de fondo en favor de la reducción del descuento por compaginar pública y privada: "A igual trabajo, igual salario". ¿Qué sucede con el plus de dedicación exclusiva? Que propicia que un médico cobre menos que otro cuando las obligaciones de ambos continúan siendo idénticas. Lo único que ha cambiado es que uno de ellos ha pasado a dedicar algunas tardes a la actividad privada.

La erradicación del descuento por abandonar la dedicación exclusiva ha sido sistemáticamente reclamada tanto por el SIMPA como por el Colegio de Médicos de Asturias. En 2011, los dirigentes sanitarios de Foro Asturias, en su efímera experiencia de gobierno, lo habían asumido como una prioridad. Sin embargo, la colérica reacción de su jefe, Francisco Álvarez-Cascos, contra la publicación de la noticia hizo descarrilar la idea.