Duro Felguera abandona el taller 35 años después: la plantilla confía en mantener las condiciones laborales
La compañía logra oxígeno con la venta a Indra de las instalaciones de calderería pesada de Gijón, las últimas de fabricación que le quedaban

Las instalaciones del Tallerón de Duro Felguera en Gijón. | LUISMA MURIAS

A finales de la década de los años 80 del pasado siglo, el entonces gigante industrial Duro Felguera decidió que la era de la fabricación de bienes de equipo había pasado y que su estrategia de futuro debía enfocarse hacia los contratos de ingeniería "llave en mano". Los talleres tenían los días contados. Pasados más de 35 años de sucesivos altibajos empresariales, vuelcos de accionariado, graves conflictos laborales, episodios de resistencia obrera, conquistas de mercados internacionales, grandes obras por todo el mundo, tensiones financieras, desinversiones, rescates públicos y el peligro de caer en el abismo de un concurso de acreedores, Duro Felguera vende su último taller.
Ángel Escribano, presidente de Indra, anunció anteayer en las Cortes la adquisición del Tallerón de Duro en Gijón. En la nave de calderería pesada especializada en la fabricación de depósitos a presión para el sector oil&gas, la industria petroquímica y el sector nuclear se pasará a fabricar vehículos blindados. El acuerdo, aun no cerrado, incluye el traspaso de los 146 trabajadores de la plantilla.
Duro Felguera, en preconcurso de acreedores desde el pasado 11 de diciembre con un pasivo de 555 millones de euros, ha puesto en marcha un proceso de venta de activos para obtener ingresos y dar credibilidad al plan de reestructuración con el que pretende llegar a un acuerdo con sus acreedores, entre los que están diferentes entidades bancarias, el Principado y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que había concedido 120 millones de euros a Duro Felguera de los que 100 millones se corresponden con un préstamo participativo que los accionistas mayoritarios de Duro Felguera, los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil México, solicitan que se capitalice.
La SEPI es el principal accionista de Indra, con 28% del capital, y esta última compañía dará oxígeno a Duro Felguera con la adquisición del taller de calderería pesada de Gijón. Es el último vestigio de la potente actividad de fabricación que tuvo la centenaria compañía nacida en Langreo y que ahora tiene su sede en Gijón.
Anteriormente, Duro Felguera había ido clausurado, vendiendo o alquilado sus talleres de fundición en La Felguera, de construcciones mecánicas en Barros, de sistemas de entibación en Llanera, de construcción naval en Gijón, de aparatos de vías y cruzamientos en Mieres... El último que queda es el Tallerón de Gijón, que tan pronto era considerado por los sucesivos dirigentes de Duro como "la joya de la corona" de la compañía, porque aportaba un valor diferencial para la obtención de grandes contratos –al incluir la posibilidad de fabricación propia–, como era considerado un lastre para las cuentas de la compañía por los periodos en los que no había suficiente carga de trabajo para hacerlo rentable.
Situado en unos terrenos ahora privilegiados, junto a la playa de Poniente de Gijón, la posibilidad de venta de las instalaciones era creciente. Ahora se va a materializar 35 años después de que Duro Felguera decidiera que iba a salir de los talleres y que se incendiaran las barricadas.
La plantilla del Tallerón confía en mantener las condiciones laborales
Yago González
Los 146 trabajadores en plantilla del taller de calderería pesada de Duro Felguera en Gijón –el Tallerón– confía en que se mantengan sus condiciones laborales bajo su nueva empresa, Indra. «Damos por hecho que se van a conservar nuestras condiciones de trabajo», afirmó a este diario el presidente del comité de Calderería Pesada Duro Felguera, Javier Rodil, quien no obstante señaló que ayer la plantilla de la nave gijonesa no tenía aún constancia de que ya se hubiera firmado el acuerdo de compraventa entre ambas compañías. A instancias de este diario, desde Duro no quisieron hacer comentarios sobre la operación.
Con todo, hasta que se formalice la adquisición, el Tallerón está dedicado a uno de los proyectos internacionales de Duro, la fabricación de cinco esferas de almacenamiento de gas licuado de petróleo para una refinería en Jordania. Si bien la ingeniería asturiana ha reducido su carga de trabajo en este contrato, como parte de su plan de reestructuración financiera, un portavoz de la compañía aseguró recientemente que en el Tallerón «se han establecido tres turnos los próximos meses para el desarrollo de trabajos inherentes a la fabricación de las esferas».
Si bien la venta de las instalaciones de calderería pesada (una opción en la que se venía trabajando desde hacie tiempo), puede suponer un soplo de aire fresco para la ingeniería, que acaba de prorrogar su preconcurso de acreedores hasta el 11 de junio, las dificultades de tesorería han llegado al extremo de que la empresa debe garantizar mes a mes el pago de las nóminas de los 1.500 trabajadores del grupo. «Nos han garantizado el cobro de la nómina de marzo, pero esto se examinará mes a mes. Ya veremos en abril», aseguraron a este periódico fuentes del comité de empresa. n
Suscríbete para seguir leyendo
- El Narcea da el campanu de Asturias: casi 7 kilos y capturado a cinco minutos de que se cerrase la cuarta jornada
- El accidente de Cerredo hace estallar la larga y soterrada guerra por el carbón: denuncias y lucha por los restos de un imperio
- Un lobo causa estragos en un pueblo de Quirós y lo cazan 'in fraganti' con una cámara: 'Cada vez se atreven más a acercarse
- Este gas es la segunda causa de cáncer de pulmón y once concejos estarán obligados a medirlo en centros de trabajo
- Gran atasco en el argayón del Huerna en la vuelta de Semana Santa: cientos de conductores sufrieron retenciones
- Barbón pide disculpas por su comportamiento en la Junta: 'No es habitual en mí
- Cangas del Narcea acoge el gran escaparate ganadero del año en el Principado
- Estábamos sacando carbón', dicen los mineros heridos de Cerredo