El uso de las tabletas en clase explota también en Asturias: padres de la concertada piden seguir a Madrid y limitarlo

Directores y sindicatos defienden un uso "controlado", pero se oponen a las restricciones de Ayuso

La Consejería rechaza "vivir de espaldas a la era digital"

Un niño usando una tablet.

Un niño usando una tablet.

Oviedo

La Comunidad Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso (PP), prohibirá a partir del próximo curso "el uso individual de dispositivos digitales en Infantil y Primaria". El uso compartido deberá ser siempre con una finalidad pedagógica y estará limitado a unas horas concretas según el curso. En Asturias, directores y sindicatos defienden que la tecnología ha venido para quedarse, eso sí, su uso debe ser "controlado" y "regulado", pero sin limitar la autonomía de los centros educativos. En el lado contrario, los padres que han decidido educar a sus hijos alejados de las pantallas aplauden la decisión del Gobierno madrileño y demandan acciones similares en la región.

El curso pasado empezó a fraguarse un descontento entre familias de algunos colegios concertados que decidieron poner en marcha planes de digitalización. Los padres defienden que "está demostrado que el uso de dispositivos digitales no beneficia a los estudiantes, al contrario, puede ser dañino". "Nos obligan a ir en contra de lo que defendemos en casa. ¿De qué sirve que yo no deje a mi hijo estar con el móvil o la tablet en casa si luego va a llegar al colegio y va a tener que usarla durante cuatro o cinco horas?", preguntan.

Precisamente, la Asociación Española de Pediatría en la actualización del plan digital familiar recomienda, entre otros, que el tiempo total de exposición en edades escolares sea inferior a una hora al día en niños de 7 a 12 años e inferior a dos horas en adolescentes de 13 a 16 años, incluyendo el tiempo escolar y de deberes. También la próxima ley para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales plantea una regulación de acuerdo a lo que establezcan las administraciones.

Ante la implantación de estos planes de digitalización muchos padres se han movilizado para trasladar su preocupación a los centros educativos y algunos, incluso, han acabado optando por trasladar a sus hijos a colegios públicos donde el uso de la tablet no está tan extendido. Además, "en los centros no te dicen que comprar la tablet es opcional, porque no te pueden obligar, y muchos padres se acaban gastando 800 euros a pesar de no estar a favor". Pedro José Caballero, presidente nacional de Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), insiste en que hay que "regular" y "hacer un uso responsable dentro de las aulas" porque "es un problema de todos".

Para los directores escolares limitar, tal como hará Madrid, no es lo más adecuado. El director del colegio de Lugo de Llanera, Jesús Riesco, se pregunta por qué limitarlas a 2 horas y no a 3. "Los centros tienen que tener autonomía". Para Simón Cortina, del Codema, "la clave está en integrar en el proceso de enseñanza y aprendizaje los dispositivos digitales con equilibrio, responsabilidad y sentido pedagógico. No es cuestión de reemplazar lo analógico, si no de utilizar los recursos digitales para completarlo". Andrés Flórez, director del colegio La Gesta, en Oviedo, considera que "utilizar la tecnología de forma racional ayuda a facilitar el aprendizaje, pero debe ser en momentos puntuales. Que el uso sea adecuado y controlado".

Los sindicatos asturianos siguen la misma línea. Cristóbal Puente, secretario de Enseñanza de UGT, insiste en que "una medida de esta naturaleza no puede ser una decisión unilateral del político de turno. Ha de ser consultada y consensuada con el personal educativo y sus representantes porque limita de forma radical la libertad pedagógica del profesorado y la autonomía de los centros".

Para Borja Llorente, de Comisiones Obreras, "es un momento de cambio y hace falta alfabetización tecnológica y mediática". "No se puede llegar a un abuso de las pantallas, pero tampoco se puede volver a las tizas y las pizarras", insiste. Jorge Caro, de CSIC, va más en la línea de los padres, puesto que "no está demostrado que hayan aportado nada significativo; está claro que hay que darle una vuelta a la estrategia digital".

Por su parte, la consejería de Educación dice que "es necesario compatibilizar todas las herramientas para fomentar el aprendizaje. No se puede vivir de espaldas a la era digital y a la tecnología, pero tampoco olvidar los métodos tradicionales".

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