Entrevista | Amador Menéndez Coordinador de la Semana de la Ciencia Margarita Salas, de LA NUEVA ESPAÑA
Amador Menéndez, coordinador de la Semana de la Ciencia "Margarita Salas": "Una inteligencia artificial que iguale al ser humano está lejos"
El divulgador científico, coordinador del evento, que empieza el 31 de marzo, reflexiona sobre la importancia de la inteligencia artificial y el papel de la ciencia para combatir los bulos

Amador Menéndez. / DAVID CABO

Amador Menéndez Velázquez (1969, Las Regueras) es el coordinador de la Semana de la Ciencia Margarita Salas, de LA NUEVA ESPAÑA, e investigador del Centro Tecnológico IDONIAL. Recientemente ha sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Científico en Transfiere, el Foro Europeo para la Ciencia, Tecnología e Innovación.
-¿Supone la IA la mayor revolución tecnológica y social del siglo XXI? ¿Supone un salto enorme para la humanidad?
-La IA supone una gran revolución, no hay lugar a dudas, pero no la mayor ni la única. Quizás sea la que tiene mayor impacto mediático, pero hay otras revoluciones de similar magnitud. Me gusta resumir la Ciencia del siglo XX en cuatro palabras: átomo, gen, bit y neurona. Esto da lugar a cuatro revoluciones tecnológicas en este siglo XXI: nanotecnología (ligada al átomo), biotecnología (ligada al gen y las ciencias de la vida), computación e inteligencia artificial (ligada al bit) y neurociencia y biónica (ligada a la neurona). ¿Cuál dominará este siglo? Creo que todos ellas. Los grandes retos de nuestra, como la salud humana o el cambio climático, requieren de una aproximación multidisciplinar. La unión de diferentes disciplinas nos lleva a un sinergismo en el que el todo es mucho mayor que la suma de sus partes.
-¿Cree que se alcanzará una IA general, aquella capaz de igualar o superar la potencia del razonamiento humano?
-Creo que no. En este siglo veremos y estamos viendo grandes avances en inteligencia artificial estrecha o reducida, máquinas muy buenas para tareas específicas. Tenemos máquinas que nos ganan al ajedrez, coches autónomos que conducen mejor que el ser humano o que predicen la estructura tridimensional de las proteínas. Pero esas máquinas solo saben hacer una tarea concreta; eso es inteligencia artificial reducida. Creo que estamos muy lejos de una inteligencia artificial general, una máquina que iguale o supere al ser humano en múltiples capacidades cognitivas. Hay intentos de lograr esa inteligencia artificial general imitando al cerebro humano. Pero el cerebro sigue siendo una de las grandes incógnitas de la Ciencia; por ello, si no entendemos bien al cerebro, difícilmente desarrollaremos una máquina que lo iguale o supere.
-¿Los avances en IA nos obligarán reconsiderar las definiciones sobre la consciencia?
-Creo que no porque para eso tendríamos que disponer de una inteligencia artificial general Lo que sí veremos es “maquinas con emociones”. Existe una rama de la tecnología, conocida como computación afectiva, que trata de incorporar emociones a la máquina. A través de diferentes sensores son capaces de detectar nuestro estado de ánimo y responder de manera acorde. Marvin Minsky, pionero de la inteligencia artificial, afirmaba: “No se trata de discutir si las máquinas pueden incorporar emociones; la cuestión es si pueden ser inteligentes sin ellas”. Ciertamente, la incorporación de emociones a las máquinas las harás más inteligentes y también más humanas, algo muy necesario. ¡Tenemos que humanizar a las máquinas antes de que ellas nos deshumanicen!
-Usted ha hablado en alguna ocasión reciente de inteligencias múltiples.
-Sí, como un guiño a Howard Gardner, padre de la Teoría de las Inteligencias Múltiples, pero con un significado diferente. Gardner habla de ocho tipos de inteligencia en el ser humano: lingüística, lógico-matemática, entre otras. Yo me refiero a otro tipo de inteligencias, como la de las máquinas, conocida como inteligencia artificial, y también a la inteligencia en materiales. Con esta perspectiva, mi objetivo es resaltar que, además de la inteligencia artificial, que acapara grandes titulares, existen otras grandes revoluciones tecnológicas, como las relacionadas con los nanomateriales inteligentes.
-¿Qué son los materiales inteligentes?
Los materiales inteligentes son materiales dinámicos, capaces de “dialogar” con su entorno y ofrecer respuestas específicas a necesidades concretas. Por ejemplo, las denominadass gafas fotocrómicas, que automáticamente se aclaran u oscurecen en función de la intensidad lumínica, evitando así deslumbramiento y daño ocular. Los materiales inteligentes serán claves para abordar algunos de los grandes desafíos de nuestra era, como los relativos al sector energético o a la salud humana. Me gustaría resaltar que en el futuro – y ya en presente - tendremos inteligencia no solo en las máquinas, sino también en los materiales. Este es un tópico candente, en el que investigamos en diferentes laboratorios del mundo.
-Enumere alguna aplicación concreta de los materiales inteligentes en el sector energético.
-Una de las aplicaciones es en los edificios, responsables de aproximadamente una tercera parte del consumo energético mundial. De esa cantidad, un 40% se destina a calefacción y refrigeración. Los materiales inteligentes pueden contribuir significativamente a la eficiencia energética de estos edificios. Un ejemplo son las ventanas inteligentes, capaces de regular automáticamente el flujo de luz y calor al interior del edificio, ahorrando así en calefacción y refrigeración.
¿Y cómo contribuyen estos materiales inteligentes al sector salud?
-En la quimioterapia convencional para el tratamiento del cáncer, los fármacos atacan indiscriminadamente tanto a las células cancerígenas como a las sanas. Esta falta de selectividad espacial es lo que puede causar algunos de los conocidos efectos no deseados de la quimioterapia, como la caída del cabello y la anemia. Se requiere un enfoque farmacológico nuevo y diferente como el proporcionado por la fotofármacos inteligentes, fármacos activados por luz. De esta manera, al ingerir un fotofármaco, aunque se distribuya por todo el cuerpo del paciente, sólo se activará y será efectivo en la zona precisa que esté siendo iluminada. Por lo tanto, se consigue selectividad espacial, lo que resulta especialmente útil en el caso de tumores o patologías localizadas.
-¿Cree que en este siglo vivir más de 100 años será lo normal?
-Los grandes avances médicos han permitido aumentos significativos en la esperanza de vida, y es probable que vivir más de 100 años sea algo habitual en este siglo XXI. Sin embargo, el verdadero reto no es solo añadir años a la vida, sino también vida a los años, lo que se conoce como envejecimiento saludable. Para lograrlo debemos también poner de nuestra parte, adoptando estilos de vida saludables que incluyen una dieta equilibrada, ejercicio regular y un sueño reparador. Este trinomio es esencial para disfrutar de una vida prolongada y en buen estado.
¿Tendrán cabida los materiales inteligentes – u otros desarrollos - en un sector en auge, como el de la defensa o el aeroespacial? ¿Puedes Asturias beneficiarse de este sector?
-El sector de la defensa o el sector aeroespacial han sido en sí mismos fuente y catalizadores de innovación. Asturias - a través de la Consejería Ciencia, Empresas, Formación y Empleo, SEKUENS, Asturias Hub de Defensa y otros actores relacionados – ha sabido anticiparse y por ello ahora se encuentra en una posición privilegiada. Volviendo a los materiales inteligentes, una aplicación posible en ese sector viene de la mano de los materiales inteligentes autorreparables. La vida nunca podría haber existido sin la capacidad de los organismos de curarse a sí mismos. Debido a que la mayoría de los materiales sintéticos convencionales carecen de esta propiedad, su reconstrucción tras un daño requiere de intervención humana. Pero ya se han desarrollado materiales inteligentes que pueden autorrepararse. Un gran reto es que estos sistemas puedan integrarse en el futuro en las alas de los aviones, en una nave espacial o en un tanque. De esta forma si experimentan una fractura podrían repararse de forma automática, aumentando la seguridad y la durabilidad de los dispositivos.
-La X Semana de la Ciencia se enfoca en el sector salud.
-Sí, es una manera de rendir homenaje a Margarita Salas, quien da nombre a esta Semana de la Ciencia y cuyas investigaciones han estado estrechamente ligadas a la biomedicina. Al mismo tiempo, es también una forma de reconocer el trabajo de los profesionales del HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias), que celebra su décimo aniversario. Nos sentimos muy orgullosos y afortunados de contar con estos grandes profesionales, algunos de los cuales impartirán conferencias durante la semana.
-¿Por qué es necesaria una Semana de la Ciencia?
-Esta era de la información se convierte, en ocasiones, en una era de la desinformación. Las redes sociales son campo fértil para la circulación de bulos que confunden a la población. Por ello, iniciativas como esta semana de la Ciencia, con conferencias dictadas por grandes expertos en diferentes ámbitos, son fundamentales para combatir estos bulos. Considero que este tipo de iniciativas son muy necesarias. Al mismo tiempo, contribuyen al fomento de vocaciones científicas entre los jóvenes, algo muy útil y necesario.
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